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El público sigue atento el espectacular vuelo del águila mora, durante la exhibición en la Plaza de España.
Aguilar regresa al renacimiento

Aguilar regresa al renacimiento

Un multicolor mercado rememora la primera visita de Carlos V a España y su parada en la localidad

Nuria Estalayo

Sábado, 2 de julio 2016, 22:59

Un ladrón es condenado a perder una mano, las águilas vuelan junto de los visitantes, los patos se pavonean entre los diferentes puestos. Aguilar ha dado marcha atrás en el tiempo. El mercado renacentista inunda el centro de la villa. Estamos en la época de Carlos V (de Alemania, I de España), el rey flamenco llega por vez primera a la tierra natal de su madre, se detiene a descansar en una población protegida por sus murallas, puertas y castillo, y es recibido por Luis Fernández Manrique de Lara y Noronha, segundo Marqués de Aguilar.

Hace 500 años de esta visita. Por ello, continuando con las celebraciones por esta conmemoración, el Ayuntamiento de Aguilar de Campoo ha querido que el mercado estival que la localidad norteña celebra cada año pase de ser medieval a convertirse en renacentista.

De este modo, muchas de las actividades que complementan los casi 50 tenderetes que conforman la feria, están relacionadas con estos personajes y sus costumbres.

Ordalía y amputación de la mano

  • La asociación Torre del Homenaje de Valladolid recreó ayer un juicio y el nombramiento de varios caballeros. Con el Marqués como magistrado, al tribunal se presentaron varios personajes. Una viuda hizo la súplica de que le fueran concedidas las tierras por las que tanto peleó su marido antes de su muerte, una cantinera imploró la cancelación de la deuda contraída por los soldados que se fueron sin pagar sus bebidas, una bruja fue sometida a ordalía (posar su mano sobre hierro candente) para averiguar su culpabilidad o inocencia, y un ladrón no pudo librarse de que su mano fuera amputada.

Así, la asociación cultural histórica Torre del Homenaje de Valladolid ha recuperado la designación de caballeros que fueron seleccionados entre los vecinos más insignes de la villa que por allí circulaban. Y una vez instruidos en el manejo de la espada y el cortejo a las damas, uno de ellos por aclamo popular fue nombrado caballero principal de la villa. Igualmente, la asociación vallisoletana muestra a los curiosos cómo se vestían los soldados en esa época pudiendo sentir en sus propios cuerpos el peso de la cota de malla, el escudo, el casco y la espada, el arco y las flechas. Indumentaria y armas son réplica exacta de las vestimentas y artefactos usados hace cinco siglos. Asimismo, los más pequeños pudieron probar como se disparaban las ballestas, en esta ocasión con una copia elaborada de gomaespuma.

Otro de los espectáculos que más llaman la atención del público en este festejo, que durará hasta la tarde de hoy domingo, es la exhibición de las aves de presa. Desde León, llegaron 10 águilas Harris, un halcón Herifalte, y la más llamativa de todas, el águila mora de tonos azulados. Según explica José Antonio Alonso responsable de Las Águilas de Valporquero, empresa encargada de la muestra de cetrería de este mercado, el águila mora es originaria de Sudamérica, Chile y Perú, principalmente. Aunque llama mucho la atención por su color, su envergadura es inferior a otras más majestuosas como el águila real que le dobla en tamaño. Los espectadores admiran sus idas y venidas en vuelo desde los guantes de cuero de sus cuidadores como desde los tejados próximos.

Un gallinero

A las aves de cetrería se suman aves de corral, como patos, gallinas y ocas. Algunos abandonan el gallinero para pasearse sin pudor entre los puestos. Para acudir a su rescate, se anima especialmente a los niños de menor edad a que vayan a buscarlos y los guíen de regreso a su morada. También los ponis se pasean por la plaza de España, pero ellos manteniendo a los más pequeños sobre sus menudos lomos.

La oferta del original mercado abarca una gran variedad de productos gastronómicos y lúdicos, relacionados con la salud, el adorno personal u objetos para el hogar. Desde Jaén ha llegado una tentadora mercancía multicolor de golosinas de diferentes tamaños y sabores, entre ellos esencias de mojito y champán. Y también jiennense es la amplia colección de hierbas medicinales, acompañadas de 26 clases diferentes de té, y otras infusiones. Bajo este tendal se puede hallar, entre otras medicinas naturales, el árnica para conservar sanos los huesos; el focus, un alga que quema grasa; o la zajareña, recomendable para combatir los problemas estomacales.

No faltan los juguetes artesanos, como escudos, flechas y espadas de madera, tirachinas, carracas o cuerdas para saltar en grupo; ni la bisutería elaborada con productos reciclados y naturales como coco, cuero, hueso, granos de café; ni ropa hecha a mano o los jabones perfumados, entre la atractiva mercadería.

Para quitar la sed se sirven diferentes tipos de cócteles, y para llenar el estómago están las pizzas, las magdalenas rellenas o las patatas asadas. Éstas últimas, llegadas de Córdoba, se pueden probar solas, con queso, jamón, verduras o diferentes tipos de salsa.

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