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fernando caballero
Sábado, 30 de enero 2016, 23:06
Generosidad, sencillez, naturalidad, buena persona... Fueron los adjetivos que ayer se repitieron en la villa romana de La Olmeda, en Pedrosa de la Vega, y en el museo de San Pedro de Saldaña, que reúne los materiales encontrados en el yacimiento. Javier Cortes Álvarez de Miranda (Santander, 1929-Palencia, 2009) era el destinatario de esos adjetivos y de muchos más que se escucharon en el homenaje, sentido y sincero, que la Diputación le rindió con motivo de la concesión, a título póstumo, de la Medalla de Oro de las Bellas Artes por parte del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, cuyo titular, ahora en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, aseguró que el descubridor de La Olmeda «dedicó su vida a algo que era importante para los demás».
El homenaje de ayer se dividió en dos partes, que tuvieron lugar en la villa romana y en el museo. En ambos se descubrió una placa conmemorativa. Tras unas palabras de presentación del alcalde de Pedrosa de la Vega, Arturo Calvo Lorenzo, por el acto de «reconocimiento, gratitud y recuerdo a una persona tan querida», fue el regidor de Saldaña, Gerardo León, quien realizó una glosa personal del mecenas homenajeado, que arrancó recordando el frío y las duras inclemencias del tiempo que Cortes soportó en sus trabajos en La Olmeda. «Que nadie se queje del frío, porque es el mejor homenaje que se le puede rendir», aseguró el regidor dirigiéndose al más de un centenar de personas que se sumaron en una fría mañana al acto en la villa romana. Gerardo León añadió que la dedicación de Javier Cortes al yacimiento se produjo en la «etapa de plenitud de su vida».
El alcalde destacó el esfuerzo, voluntad y tesón que demostró en su vida, pero también se refirió a la formación cultural que tuvo, que relacionó con «el humanismo cristiano que practicaba a diario». «Adverso a cualquier tipo de protagonismo, a Javier Cortes le caracterizaron su timidez e introspección», puntualizó León, que vinculó estas cualidades con las de su padre, Ricardo Cortes, que fue diputado durante la República. Otros méritos de Javier fueron, según León, el escaso apego a las cosas materiales, la capacidad de reunir talentos buscando excelentes colaboradores en la villa romana y la capacidad de abarcar retos más amplios que los suyos propios. «Ojalá hubiera más personas en España como Javier Cortes», concluyó el alcalde.
La presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, arrancó su intervención asegurando que «Javier Cortes representa un inusual ejemplo de generosidad para el patrimonio arqueológico». Asimismo, destacó que la vida le cambió cuando descubrió la villa romana en julio de 1968. Armisén añadió que el homenajeado hacía «gala de una modestia, rayana en humildad franciscana, cuando hablaba de las intervenciones arqueológicas en las que había participado, de los mosaicos cuya restauración había tutelado o del reconocimiento de la cerámica romana, de la que acabó convirtiéndose en un consumado especialista». «La Olmeda fue su pasión y, a partir del hallazgo de los primeros restos, la razón de su existencia», agregó.
Armisén le definió como «arqueólogo prudente y perspicaz» y «alma mater y gestor multiusos de La Olmeda», y concluyó asegurando que «la concesión de la Medalla de Oro al merito de las Bellas Artes no ha hecho sino justicia con alguien que dedicó su vida a esta faceta de las Bellas Artes, que además ha redundado en beneficio de sus paisanos».
El acto en La Olmeda lo cerró el ministro Méndez de Vigo, quien reconoció que cuando Ignacio Cosidó, director general de la Policía, le propuso que el Ministerio concediese la medalla a Javier Cortes no le conocía, pero consultó en Internet y preguntó a su primo Fernando Álvarez de Miranda, que estaba presente en el acto, y a amigos suyos, como Manuel Delgado Sánchez-Arjona, que le conocieron. «Me hablaban maravillas de él. Era una excelente persona que volcó su vida en La Olmeda», señaló el ministro. Asimismo, se mostró partidario de que «el Estado reconozca en vida a las personas que hacen cosas por su país».
Méndez de Vigo citó al poeta mexicano Jaime Sabines para asegurar que «Javier Cortes está en todas las partes en secreto, aquí con nosotros», y de la villa romana de La Olmeda, el gran legado del homenajeado, dijo que «es un punto de referencia para todos los españoles».
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