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Los servicios funerarios sacan uno de los féretros.
Un hombre apuñala a su pareja en Guardo y se ahorca en el bar que regentaban

Un hombre apuñala a su pareja en Guardo y se ahorca en el bar que regentaban

La víctima, de 33 años y de nacionalidad nicaragüense, fue encontrada en la planta superior del establecimiento

aSUN gARCÍA / jOSÉ CARLOS DIEZ

Miércoles, 7 de octubre 2015, 11:54

Ángel Granda Trapote, de 46 años, no respondía a las insistentes llamadas de su hijo durante la mañana de ayer martes, según indicaron algunos allegados. A partir de las 13:00 horas se empezó a desvelar la causa. Vecinos del bar Peña Redonda, ubicado en la avenida de Castilla y León, número 7, de Guardo, percibieron un fuerte olor a gas y dieron el aviso.

Al lugar acudieron miembros de la Policía Local y de la Guardia Civil, que constataron el olor a gas, por lo que solicitaron la presencia de los bomberos del parque de voluntarios de la Diputación. Asimismo, se pidió ayuda de un trabajador de carpintería metálica y accedieron al bar. Los medidores de oxígeno confirmaron los altos niveles de gas, pero no se trataba de una fuga fortuita, aunque el gas sí estaba abierto. Al inspeccionar el local, descubrieron a un hombre ahorcado en una escalera de caracol que da acceso a la parte superior del bar. Y en la planta alta, utilizada como vivienda, se halló el cadáver de una mujer con claros signos de violencia por apuñalamiento.

El hombre ahorcado era Ángel Granda Trapote, más conocido en Guardo por el apodo de El Tato, y la mujer apuñalada era su pareja, Carmen María Ocampos, de 33 años, de nacionalidad nicaragüense. En el local se encontraron dos bombonas con la goma cortada, y los indicios apuntan a que él apuñaló a su novia, con la que salía hacía unos meses, y después se quitó la vida. Todo parece indicar que provocó la salida de gas de forma intencionada, aunque no queda claro con qué fines.

Ángel y Carmen María habían puesto en marcha el negocio a primeros de año, donde antes estaba el bar Kilos, al lado del Avenida. El dueño de este último bar es también propietario del Peña Redonda y se lo había alquilado a la joven. Él había tenido otros trabajos, entre ellos el de minero hace años, y el de encofrador en la construcción, aunque actualmente estaba jubilado debido a una lesión de rodilla, según indicó ayer un familiar.

La presencia de la Guardia Civil, de la Policía Local y de los Bomberos en la céntrica avenida de Guardo llamó la atención de los vecinos, que empezaron a congregarse en el lugar, en torno al recinto acordonado establecido por las fuerzas de seguridad. Poco después llegó la jueza de Cervera, forenses y miembros de la policía judicial. En torno al lugar de los hechos se instaló una barrera de vehículos oficiales, incluido el camión de bomberos, que escondían la puerta del bar de la curiosidad de los congregados en la zona. Toda la manzana quedó aislada durante las horas en que se desarrollaron las primeras investigaciones hasta el levantamiento del cadáver, de forma que los negocios contiguos, desde el propio bar Avenida, el Ozono, la librería Liébana o la tienda Yara Moda, se quedaron sin clientes el resto de la mañana y buena parte de la tarde.

«Era un buen chaval, muy noble. No sé que le pasaría por la cabeza», afirmaban muchos de los curiosos de la zona, que conocían bien al presunto autor del crimen. «Nadie se imaginaba una cosa así, era una persona tranquila», indicaban otros vecinos de la localidad minera.

Bajo esa tranquilidad parecían subyacer los celos, que apuntaban otras personas próximas a la pareja. «Estaba muy pillado», indicaron algunos conocidos de la pareja, en alusión a sus sentimientos hacia Carmen María. Hubo quien mencionó también alguna pelea reciente, aunque no consta que hubiera denuncias por maltrato.

Ángel Granda Trapote era el segundo de cuatro hermanos, y tenía un hijo y una hija ya adultos, de dos relaciones anteriores con dos mujeres que son hermanas.

El hermano de El Tato reside también en Guardo, mientras que sus dos hermanas, que viven en Madrid, llegaron ayer a la localidad mientras la jueza, los forenses y la policía judicial aún estaban en el local. Ambas se abrazaban llorando desoladas tras la zona acordonada, mientras una de ellas lamentaba en voz alta «lo que ha hecho mi hermano».

Se trata de una familia muy conocida en la localidad norteña, por lo que el suceso ha causado honda consternación entre la población, que no había vivido un caso similar de violencia de género desde hace unos veinte años, según recordaba el teniente de alcalde, Luis Javier Cantero. La localidad sí se ha enfrentado más recientemente a otro caso de muerte violenta, en el año 2011, cuando un albañil mató a su hijo en su vivienda.

En un incesante ir y venir, multitud de vecinos se acercaron ayer a la avenida, cortada al tráfico, para comprobar en persona lo que les habían contado en el bar, en la tienda o que habían oído en la radio o en la televisión.

A las 17:25 horas salía el primer féretro con uno de los cuerpos, y veinte minutos más tarde se trasladaba el segundo cadáver en otro féretro. Los cuerpos de la víctima y el supuesto asesino permanecían anoche en el tanatorio Virgen del Carmen, donde está previsto que durante la mañana de hoy se les practique la autópsia. La Guardia Civil continúa las investigaciones para el esclarecimiento del hecho.

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