La catedral acoge un sentido funeral para despedir a José María Hernández

La catedral de Palencia acogió ayer el funeral por el alma del presidente de la Diputación de Palencia, José María Hernández, que falleció el domingo en Valladolid, con la presencia de más de cuatro mil personas en el templo, entre representantes institucionales y público. El féretro con los restos mortales del político fallecido descansaban en el crucero de la seo palentina, precisamente donde participó el pasado miércoles en su último acto público: la presentación del proyecto turístico y cultural que ha comenzado a funcionar en el templo catedralicio.

La clase política, que ya había expresado su pésame a la familia y al grupo de diputados del PP con su asistencia masiva el lunes a la capilla ardiente, instalada en el salón de actos del Palacio Provincial, volvió a demostrar ayer en el funeral su solidaridad y el reconocimiento a la figura humana y política del titular de la institución provincial. En la primera fila de asientos se encontraban el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, con prácticamente todos sus consejero: Sanidad, Antonio María Sáez Aguado; Fomento y Medio, Antonio Silván; Hacienda, Pilar del Olmo; Presidencia, José Antonio de Santiago Juárez; Familia, Milagros Marcos; Cultura, Alicia García, y Educación, Juan José Mateos.

También estuvieron presentes la presidenta de las Cortes de Castilla y León, María Josefa García Cirac; el secretario regional del PSOE, Luis Tudanca; los portavoces del PP y del PSOE, Carlos Fernández Carriedo y Ana Redondo, respectivamente, y la secretaria de Organización del PSOE regional, Ana Sánchez.

El Gobierno de España estuvo representado por el delegado en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, y por los directores generales de la Policía y del Imserso, los palentinos Ignacio Cosidó y César Antón, respectivamente.

Otros asistentes fueron los alcaldes de Santander, Íñigo de la Serna que también es presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias; Ávila, Miguel Ángel García Nieto que preside la Federación Regional de Municipios y Provincias; Valladolid, Javier León de la Riva; Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco; y Burgos, Javier Lacalle; y los presidentes de las diputaciones de Zamora, Fernando Martínez Maíllo, y Burgos, César Rico. No obstante, todas las diputaciones de la región y delegaciones territoriales de la Junta de Castilla y León estaban representadas en la catedral palentina.

Otros dirigentes institucionales presentes en el acto fueron los presidentes de los Consejos de Cuentas, Jesús Encabo, y Consultivo, Mario Amilivia; el Procurador del Común, Javier Amoedo; el rector de la Universidad de Valladolid, Daniel Miguel, acompañado de la vicerrectora del campus de Palencia, Mercedes Sánchez, y el delegado de Defensa de Castilla y León, Tomás Alonso Marcos. También asistió el diputado por Ávila Pablo Casado, de origen palentino. Todos ellos arroparon a la viuda, María Antonia Pardo, y a sus hermanos y cuñadas.

El protocolo de la Diputación había distribuido a los asistentes en los diferentes espacios del templo. Frente al altar, ubicado, como es habitual en las grandes ceremonias litúrgicas de la catedral, en el crucero frente a la Puerta de los Reyes, se encontraban la familia del presidente de la Diputación y los representantes institucionales. La presidenta de la Diputación en funciones, Ana María Asenjo; la vicepresidenta, Carmen Fernández Caballero, y el alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, se encontraban en la primera fila, junto al presidente de la Junta, la presidenta de las Cortes, el delegado del Gobierno en Castilla y León y los consejeros autonómicos. Detrás ocuparon las sillas, el resto de autoridades, además de los miembros de las corporaciones local y provincial, a las que pertenecía Hernández. Detrás de ellos fueron ubicados los alcaldes de la provincia y presidentes de juntas vecinales y de mancomunidades.

En la nave del Evangelio se encontraban, a la derecha del altar, representantes de asociaciones ciudadanas, culturales, sociales y sindicatos, y a la izquierda, funcionarios de la Diputación y de la Junta.

En la nave de la Epístola se habían colocado centenares de sillas para los fieles, que pudieron seguir la ceremonia a través de un circuito cerrado de televisión.

La entrada del féretro a la catedral fue seguida por un impresionante silencio, roto por los sollozos de familiares y de los políticos más cercanos al fallecido. Resultó impactante ver a ocho diputados provinciales Urbano Alonso, Adolfo Palacios, Miguel del Valle, Gonzalo Pérez, Jesús Tapia, Gonzalo Mota, Miguel Sánchez y Jesús Duque portar el féretro por el crucero hasta el altar, todos ellos con unos rostros desencajados y con lágrimas contenidas, momento que se repitió a la salida, más intenso al tratarse del último viaje, del último momento de este equipo de alcaldes y concejales junto al que ha sido su jefe en los últimos cuatro años.

Otro momento muy intenso fue la salida del coche fúnebre camino del Tanatorio de Palencia, dondefue incinerado ante la presencia exclusiva de la familia. Entre el público se oyeron palabras de ánimo para la viuda de José María Hernández, que María Antonia Pardo agradeció mientras subía al vehículo. Con la salida del coche de la plaza de la Inmaculada se rompió el silencio que había caracterizado la ceremonia, al recibir el féretro los aplausos del público y de sus compañeros de la política. Chema inició el último viaje por su querida Palencia, por la que tanto luchó y se desvivió desde distintos cargos de responsabilidad.