Miles de personas visitan la capilla ardiente del presidente de la Diputación

Miles de personas, palentinos anónimios de la capital y de la provincia, han visitado a lo largo de este lunes la capilla ardiente instalada en el Palacio Provincial para despedir a José María Hernández, que ha sido presidente de la Diputación desde el 23 de junio de 2011 hasta este domingo, cuando ha fallecido en el Hospital Clínico de Valladolid. Desde las nueve y cuarto de esta mañana el desfile de palentinos ha sido constante, en algunos momentos de gran afluencia.

El alcalde y el subdelegado del Gobierno en Palencia alaban la figura del presidente de la Diputación

Los visitantes de la capilla ardiente han desfilado delante del féretro, arropado por una bandera y una insignia de la institución, la medalla de oro que el pleno le concedió a título póstumo a primeras horas de la mañana de este lunes, el bastón de mando y la medalla del corporativo.

Autoridades y ciudadanos siguen pasando por la capilla ardiente

Hasta la capilla ardiente han llegado decenas de coronas y ramos de flores, procedentes de las instituciones palentinas, de los ayuntamientos de la provincia, de otras diputaciones y ayuntamientos de la región y de numerosas asociaciones y organizaciones sociales, que se han instalado en la sala de visitas, donde se encuentran los restos mortales para su velatorio, y por las escaleras.

Los primeros en acceder a la capilla ardiente han sido funcionarios de la Diputación. En el salón de actos se encuentra la viuda de José María Hernández, María Antonia Pardo, otros familiares, la Corporación Provincial, con la presidenta en funciones, Ana María Asenjo, y los principales representantes institucionales palentinos: el alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, arropado por numerosos concejales; el delegado de la Junta, Luis Domingo González, y el subdelegado del Gobierno, Luis Miguel Cárcel Cárcel.

Pero la triste jornada que vive este lunes la Diputacíón se inició a las 8:30 horas cuando comenzó un pleno extraordinario que se convirtió en el primer homenaje institucional que recibe el fallecido presidente. La sesión ha estado presidida por Ana María Asenjo, que pidió en primer lugar un minuto de silencio en señal de duelo por su malogrado compañero.

A continuación, y a propuesta de los portavoces, estos dirigieron unas palabras. Inició las intervenciones Félix Iglesias, de Izquierda Unida, que aseguró que representaba a su partido, «pero el dolor y el sentimiento es personal e intrasferible mío». Iglesias expresó su condolencia y apoyo a la esposa de José María Hernández, al resto de familiares, al grupo de diputados del PP y al PP.

El diputado de IU dijo que se queda con el recuerdo de «un montón de plenos y de juntas de portavoces en los que he podido expresar y manifestar mis ideas». Félix Iglesias destacó y valoró cómo entendía el fallecido político el servicio público.

El portavoz del PSOE, Jesús Guerrero, dijo que aún no esta repuesto del impacto que le provocó la noticia de la muerte del presidente e la Diputación. El diputado dijo que se quedaba con muchas imágenes de estos años como presidente de la institución provincial y anteriormente como delegado de la Junta.

Tras expresar sus condolencias a la esposa, familiares, grupo de diputados del PP y al partido, señaló que se trata de «una pérdida humana y política muy importante». «Este pleno que celebramos ahora le hace justicia como reconocimiento a su trabajo por la provincia», matizó.

Finalmente, el portavoz de PP, Mario Granda, tuvo al principio dificultades para expresarse por la emoción contenida. «El grupo popular está consternado, agobiado, angustiado y muy dolorido», y recordó que este es el segundo miembro que pierden en este mandato, tras el fallecimiento del alcalde de Ampudia, Domingo Gómez Lesmes, el 28 de agosto de 2012.

Mario Granda lanzó un mensaje claro: el Grupo Popular continuará la labor que dejó marcada José María Hernández, contenida en la frase: todo por pueblos, por los ayuntamientos y las juntas vecinales. «Trabajaremos por su memoria. Seguiremos sus pasos en estos meses que quedan de mandado. Mantendremos la manera de hacer política de José María Hernández», anunció Mario Granda.

El portavoz recordó la última gestión que llevó a cabo durante las pasadas nevadas en el norte de la provincia, llamando uno a uno a los alcaldes para preocuparse por el estado de la zona y para que todo vuelva a la normalidad.

Por último, el portavoz mostró su agradecimiento a la viuda de José María Hernández -«Ella sabe lo que trabajó por la provincia», señaló-; a los grupos de la oposición -«contaremos con vosotros para terminar esta legislatura»-; al alcalde de Palencia y a toda la corporación municipal, de la que el fallecido también formaba parte; a todos los alcaldes y presidentes de juntas vecinales, a la prensa; a la Diócesis, representada por el obispo, Esteban Escudero, que adelantará su regreso de Roma, donde ha participado en la creación de cardenales, para presidir el martes el funeral en la catedral; y a los trabajadores de la institución.

Finalizadas la intervenciones, la presidenta inició el orden del día del pleno, cuyo primer punto era votar la urgencia de su convocatoria. El segundo punto consistía en dar a conocer oficialmente el fallecimiento de José María Hernández. El tercero, la lectura del decreto que Ana María Asenjo firmó el mismo día de fallecimiento para fijar que los días 15, 16 y 17 sean declarados de luto oficial, por lo que las banderas de la institución ondearán a media asta.

El cuarto punto era el acuerdo por el que la Corporación concede la medalla de oro de la provincia al fallecido presidente. La presidenta en funciones justificó la distinción por la «amplia trayectoria de servicio público de José maría Hernández» y por su «generosidad, cercanía, esfuerzo, sencillez y simpatía».

Adoptado el acuerdo por unanimidad, finalizó el pleno y la presidenta en funciones invitó a todos los presentes a participar en la imposición de la medalla en el féretro que contiene los restos mortales de Hernández. Este acto se ha realizado en presencia de la viuda del político fallecido, y tras el cual quedó abierta la capilla ardiente.