Barruelo de Santullán inaugura el rocódromo más grande de la zona

Barruelo de Santullán inauguró este sábado por la tarde su nuevo rocódromo, una instalación de más de 120 metros cuadrados demandada por los amantes de los deportes de escalada, que será la más grande este tipo en la zona. La construcción ha contado con el apoyo económico de la Diputación Provincial de Palencia.

El presidente de la institución, José María Hernández, y el de la Fundación Provincial de Deportes, Gonzalo Pérez, acompañados por el alcalde del municipio, Alejandro Lamalfa, varios miembros de la corporación municipal y vecinos de la localidad inauguraron la nueva infraestructura deportiva, que cubre la necesidades de los amantes de esta disciplina.

La inversión de la Diputación Provincial de Palencia para este espacio deportivo alcanza los 21.000 euros. El rocódromo cuenta con más de 120 metros cuadrados escalables y está equipado con más de 300 presas de escalada. Otras 200 quedarán a disposición para renovar las vías en los próximos meses y así mantener el interés de los escaladores locales.

El rocódromo está dividido en dos zonas, la parte de la derecha con un desplome ligero de 5 grados y una ola con un desplome máximo de más de 20.

En la parte de la izquierda, un panelado vertical forma un diedro con la ola, siendo el resultado muy interesante de escalar. Asimismo, el panelado sirve también de zona de iniciación y eleva a más de 120 metros cuadrados la superficie de la instalación.

Cascadas de hielo

Contará con diez vías de escalada y será el más grande de la zona. Atraerá, probablemente, escaladores de municipios vecinos, ya que el rocódromo está diseñado para ser lo más versátil posible. En el futuro además podría equiparse una zona para simular la escalada en hielo y así aprovechar el tirón invernal de la zona, conocida por las cascadas de hielo.

El rocódromo pretende dar servicio a cualquier ciudadano, siendo un referente en cuanto a instalaciones deportivas en la provincia que permitirá realizar actividades de este tipo cuando el mal tiempo no permita hacerlo en el exterior.