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jose carlos diez
Lunes, 10 de noviembre 2014, 11:59
La abuela de Palencia, Claudia Martín, ha pasado ya a ostentar un título reservado para muy pocas personas privilegiadas. Y es que cumplir 110 años hará que esta vecina de Villaoliva de la Peña la persona más mayor de Palencia, la tercera de Castilla y León y la sexta de España entre a formar parte de registros históricos mundiales.
Fue la semana pasada cuando Claudia celebró su 110 cumpleaños con su familia, pero el pueblo le ha rendido este domingo un emotivo homenaje, al que asistió en compañía de su hija Primitiva y de todos los vecinos.
Junto a sus familiares, todo el pueblo se reunió en la iglesia para celebrar una misa. Asistieron también el alcalde pedáneo, Pedro Lombraña;el regidor de Santibáñez de la Peña, al que pertenece Villaoliva, Manuel Maza;el presidente de la Diputación Provincial de Palencia, José María Hernández;el alcalde de Velilla y diputado provincial, Gonzalo Pérez; y el alcalde de Guardo y procurador en las Cortes de Castilla y León, Juan Jesús Blanco. Tampoco faltaron el alcalde pedáneo de Pino de Viduerna, Juan Carlos Mayordomo;y el exalcalde de Santibáñez y exsenador por Palencia, Julián Gutiérrez.
Durante la ceremonia, fueron varios los regalos que recibió, con los que, como años atrás, se emocionó, agradeciendo a todos los asistentes su presencia. Entre los obsequios, una manta de Palencia por parte del presidente de la Diputación, así como varias cajas de pastas y bombones y un ramo de flores que le regalaron el Ayuntamiento y la junta vecinal.
Posteriormente, se desplazaron hasta la parte baja de la calle La Iglesia, que ayer cambió el nombre para pasar a denominarse calle Claudia Martín García, un reconocimiento vecinal que se suma al parque que el pueblo le dedicó hace ya cuatro años.
Precisamente, a este parque acude a menudo con su hija Primitiva, una religiosa que hace ya varios años que abandonó su vida misionera para volver a la Montaña Palentina a cuidar de su madre.
Durante el descubrimiento de la placa, el alcalde de Santibáñez de la Peña, Manuel Maza, dedicó unas palabras a Claudia Martín, a la que deseó todo lo mejor. Un caluroso aplauso de todos los vecinos, volcados con Claudia, precedieron a las lágrimas de emoción de la supercentenaria, que solo podía pronunciar palabras de agradecimiento. «Gracias, muchas gracias a todos, muchas gracias», insistía.
Todos los vecinos y asistentes al homenaje se desplazaron hasta una carpa, donde se había preparado un ágape y en el que a Claudia le esperaba una tarta con tres velas numéricas, algo que sucede en muy pocas ocasiones. Yen esta ocasión además, un bizcocho con el 110, aunque las velas no pudieron llegar a encenderse debido al viento.
Claudia ha pasado un año muy estable, según comenta su hija, que la cuida diariamente. «Aunque algunas veces tiene algún momento de bajón, se le pasa rápido y sonríe», explica la religiosa, que asegura que su madre «no perdona su taza de chocolate para desayunar. Hasta el punto de que un día no se encontraba muy bien del estómago y le dije que ese día no tomara el chocolate y se enfadó, porque dice que a ella no se lo quite», recordaba con humor.
Leer y jugar a la brisca
Aunque los años van pasando factura y el año pasado dejaba de tejer, mantiene su afición a la lectura «aunque tienen que ser libros con letra muy grande», explica su hija. «Tampoco olvida sus oraciones y jugar a la brisca, pero no solo conmigo, le gustan las partidas con más gente», asegura.
Aunque todas las mañanas desayuna su taza de chocolate, también le gusta la tortilla de manzana reineta del huerto. «Este año, nuestro manzano no ha dado ni una sola fruta y mi madre dice que eso hace pensar en algo malo», explicaba la religiosa, quien siempre le quita cualquier pensamiento negativo de su madre con el fin de animarla a afrontar cada día con fuerza y felicidad. «Muchas veces nos reímos juntas cuando me pregunta si Dios no se habrá olvidado de ella», relata.
Todos los familiares coinciden en la misma hipótesis sobre cómo se llega a la edad de Claudia. «Es una mujer que nunca se ha movido de su tierra, siempre se ha alimentado de los productos de la tierra y de la leche de las vacas, por lo que su alimentación ha sido muy sana siempre», aseguran. Entre los vecinos, ya están pensando en los regalos para los próximos cumpleaños. «Habrá que cambiarle el nombre al pueblo», bromeaba el alcalde de Villaoliva de la Peña.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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