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Raquel Martínez Carrascal
Jueves, 30 de octubre 2014, 11:09
Ha tenido la sensación de que debería reducir su conducta de juego? ¿Niega u oculta su verdadera conducta de juego ante las posibles críticas de los demás sobre sus supuestos excesos? ¿Ha tenido problemas psicológicos, familiares, económicos o laborales a causa del juego? ¿Se siente con frecuencia impulsado irremediablemente a jugar a pesar de sus problemas? Si ha respondido afirmativamente a más de dos de estas cuatro preguntas, entonces tiene un problema con el juego.
Este pequeño cuestionario forma parte de unos dípticos que varios voluntarios y usuarios de la Asociación de Jugadores en Recuperación El Azar (con sede en la Avenida de San Telmo, 21) repartieron ayer en la Plaza Mayor de Palencia con motivo de la celebración del Día Nacional sin Juegos de Azar. Salieron a la calle para concienciar a los palentinos de la importancia que tiene este problema, que estiman afecta al 3% de la población, lo que significa que en la provincia de Palencia puede haber unos 5.000 ludópatas.
«Se les altera el carácter, se deterioran las relaciones y los vínculos con la familia, desperdician tiempo con el juego...», explica Begoña Pérez, psicóloga que trabaja como voluntaria en El Azar, cuando se le pregunta por las primeras señales que delatan que estamos ante un caso de ludopatía. «Y las mentiras», se apresura a apostillar Aurora Maiso, vicepresidenta de la asociación. «Si hablas con cualquier ludópata y con las familias, lo que más notan es que se vuelven muy mentirosos», agrega.
¿Pero cuándo la monedita que se echa en la máquina tragaperras se convierte en un problema? «En estos casos es muy difícil determinar dónde termina lo normal y empieza lo patológico, pero creo que cada persona sabe cuándo empieza a pasarse», señala Begoña Pérez, quien indica que son sobre todo las familias las que detectan el problema, ya que el afectado no tiene conciencia de que su adicción al juego es una patología o enfermedad. «Casi todos los afectados han pasado por momentos en que han dicho que lo dejaban cuando ellos querían, pero es una falsa sensación de control. Cuando lo intentan dejar y no pueden es cuando empiezan a tomar conciencia de que algo va mal», indica Aurora Maiso.
Tanto la vicepresidenta como la psicóloga de El Azar destacan la importancia que tienen las familias, tanto en la detección de la adicción al juego como en la rehabilitación. «Normalmente los afectados no lo reconocen hasta que no tocan fondo, por lo que es muy difícil que ellos mismos nos pidan ayuda si no han llegado a esa situación», asegura Aurora Maiso. «Suelen ser las familias las que les motivan a buscar ayuda y las que, en algunas ocasiones, les dan un ultimátum», añade.
La asociación El Azar retomó su actividad en octubre de 2013 tras un paréntesis de varios años. Los voluntarios que trabajan en la agrupación han constatado cómo el perfil de los usuarios ha cambiado mucho desde la primera etapa de El Azar, cuando la mayor parte de los ludópatas eran adictos a las máquinas tragaperras, el bingo o la lotería, hasta el momento actual, en el que han surgido nuevas adicciones vinculadas a las nuevas tecnologías, Internet y los móviles, que arrastran consigo a población más joven. «Sabemos que hay jóvenes adictos a los juegos online, pero no están viniendo a la asociación, los deben de estar tratando en otros sitios», señala Begoña Pérez. «Además, se convierten en adictos muy rápidamente. Se estima que una persona tarda unos ocho años en hacerse adicto a unas tragaperras o al bingo, mientras que en el caso del juego online la ludopatía tarda en desarrollarse de año y medio a dos años, empiezan con 18 años a hacer algunas apuestas deportivas y a los 20 están enganchadísimos», señala la vicepresidenta de la asociación.
Entre los objetivos más inminentes que se ha marcado El Azar está el desarrollo de una campaña informativa en colegios e institutos de la provincia para promover entre los jóvenes un uso racional y controlado de los móviles e Internet y evitar así que caigan en los nuevos tipos de adicciones vinculados a las nuevas tecnologías.
Asimismo, desde la Asociación de Jugadores en Recuperación quieren conseguir que más afectados por ludopatía den el paso de acercarse a la sede de El Azar para rehabilitarse actualmente no llegan a la veintena y se estima que hay 5.000 ludópatas en Palencia y afianzar a los usuarios actuales para que no dejen de asistir ante un pequeño atisbo de mejora.
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