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Raquel Martínez Carrascal
Domingo, 14 de septiembre 2014, 23:04
El comienzo de la Primera Guerra Mundial, el nombramiento del Papa Benedicto XV o la primera transfusión de sangre que se hizo en el mundo. Estos tres importantes acontecimientos tuvieron lugar en 1914, un año muy relevante para las agrupaciones scout de Palencia, ya que fue entonces cuando un grupo de médicos, profesores, políticos, militares y abogados se unieron para crear en la provincia lo que dos años antes había nacido a nivel nacional: el movimiento scout.
Para conmemorar el centenario de su creación, durante todo el fin de semana se desarrollaron una serie de actividades en la capital palentina que tuvieron su punto álgido en la mañana de este domingo, con la inauguración de una escultura que representa la flor de lis, símbolo internacional de los scouts, en la rotonda donde confluyen la avenida de Madrid y la calle Ramón Carande. Una celebración que consiguió paralizar una parte de la ciudad, literalmente, ya que un tramo de estas dos vías en las que confluye la glorieta fue cortado al tráfico para que los centenares de scouts de los seis grupos existentes en la provincia pudieran disfrutar con calma e intensidad de ese especial momento.
«Esperamos que estos cien años de escultismo sean muchos más, que sigamos cumpliendo otros doscientos o trescientos, porque somos muy grandes, movemos muchas cosas y somos jóvenes», destacó entusiasmada Judith González, presidenta del Movimiento Scout Católico en Palencia, quien junto a Carlos Rascón, coordinador de las actividades organizadas durante el fin de semana y monitor del grupo scout San Miguel, fueron los encargados de poner voz a los sentimientos de los más de 500 niños y monitores voluntarios que integran el movimiento scout en Palencia y que se congregaron ayer para vivir uno de los días más importantes de la historia de estos grupos.
Orgullo y reconocimiento
«Para nosotros es un reconocimiento muy grande de estos cien años y un orgullo que la gente que entra en Palencia, al ver esta rotonda, se dé cuenta de que hay mucho movimiento scout», señaló Carlos Rascón, quien indicó que el símbolo que preside ahora esta glorieta palentina ha sido costeado con las aportaciones de los scouts. «Hemos conseguido los mil euros que costaba y también hemos contado con el trabajo voluntario de algunas personas que nos han cortado la chapa y la han soldado, para después nosotros pintarla, porque nuestros recursos son escasos», agregó Rascón agradecido por la implicación conseguida.
El momento más emotivo de la mañana tuvo lugar cuando una representación de los seis grupos scout activos actualmente en la capital y en la provincia San Miguel, Tres mares, Ávalon, Barrio del Carmen, Castilla y La Senda descubrieron la escultura cubierta hasta entonces con una tela morada, mientras todos los scouts presentes, niños y mayores, que forman parte de la historia presente y pasada de este movimiento en Palencia, se pusieron en pie para cantar el Himno de la Flor de Lis.
Rodeando a la escultura, lucen también seis estacas de madera pintadas con los colores de cada uno de los grupos scouts: una azul, dos moradas, una roja y dos verdes. Todas ellas recordarán a partir de ahora a vecinos y visitantes que Palencia es una ciudad scout desde 1914.
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