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Raquel Martínez Carrascal
Miércoles, 9 de julio 2014, 11:56
Rememora Araceli López cómo cuando ella era niña apenas pasaban peregrinos por su pueblo, Boadilla del Camino, la segunda localidad de la provincia de Palencia por la que discurre la Ruta Jacobea. «Era el peregrino auténtico, el que iba con su capa, con su sombrero, la concha y la calabaza, pero veíamos muy pocos, porque iban por la carretera y no atravesaban el pueblo», recuerda esta vecina de Boadilla. «Pero lo verdaderamente fuerte llegó hace quince o veinte años», prosigue haciendo un recorrido por su memoria.
Y no anda desencaminada Araceli, porque Ángel Luis Barreda, presidente de la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Palencia, sitúa el boom del Camino de Santiago en el Jacobeo de 1993, aunque cuatro años antes, con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Santiago de Compostela, «ya se dio el primer aldabonazo, porque llegaron 5.000 peregrinos a Santiago, que por entonces era una cifra tremenda, porque un año antes llegaron 1.000», explica Barreda, quien reconoce la gran promoción realizada por la Xunta de Galicia para el Jacobeo de 1993, que logró atraer a 70.000 peregrinos. «Se pasó en pocos años de 2.000 o 3.000 peregrinos a 70.000, una auténtica salvajada, y no había albergues ni nada, se pusieron bases de acampada por parte de la Junta de Castilla y León, en Galicia entró el ejército con tiendas de campaña... Y ahí empezó a surgir el boom del Camino, porque aunque al año siguiente se redujo la cifra a unos 20.000 peregrinos, luego ha ido in crescendo de una manera impresionante», agrega.
Las previsiones que maneja la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Palencia es que a lo largo de este año pasarán por la provincia 35.000 caminantes. La cifra registrada en el primer semestre se sitúa entre los 16.000 y 17.000 peregrinos, lo que ha supuesto un descenso del 2,5% con respecto a otros años. «Este semestre ha sido más flojo porque la Semana Santa fue en abril, y cuando es en marzo, como el pasado año, se adelanta todo el ciclo», detalla Ángel Luis Barreda, quien apostilla que para recuperar los datos de otros años son importantes los meses de julio, agosto y septiembre, que son los que aglutinan el mayor número de peregrinos españoles, porque los extranjeros prefieren hacerlo antes o después, cuando no se concentran tantas personas.
En el albergue privado En el Camino, de Boadilla, han apreciado el descenso de peregrinos del que habla Barreda. «La situación está como el clima. En comparación con otros años, en este periodo de finales de junio y principios de julio estamos apreciando un descenso del 30%», lamenta Eduardo Merino, responsable de las instalaciones. «Además, últimamente se nota mucha afluencia de americanos, pero pocos españoles», abunda. Sus impresiones son similares a las de María Victoria Román, quien regenta el albergue municipal de Boadilla. «Se nota un descenso de caminantes, y los que hay son principalmente extranjeros, porque los españoles comienzan a llegar en esta época, pero este año, ni eso», abunda.
A Carmen Calvo, responsable del albergue municipal de Frómista, estas cifras no le resultan tampoco ajenas. «Hay poca gente, no se están ocupando ni la mitad de las plazas de los albergues y nos están faltando los españoles, que el año pasado ya nos ocurrió», destaca. «Además, hay otro factor importante, y es que hay muchos albergues, casi más que peregrinos», subraya.
Los que sí superan con creces a los caminantes españoles, son los extranjeros, con un incremento importante de los americanos. «Se calcula que por cada cuatro peregrinos extranjeros hay uno español. Siempre ha sido así, pero a medida que ha aumentado el número de peregrinos, se ha agudizado la diferencia», asegura Barreda. «Pero en estas épocas es cuando se empieza a equilibrar», matiza.
Buenos precios
El presidente de la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Palencia se encuentra inmerso en un proyecto de recopilación de las opiniones de los peregrinos en los últimos veinte años respecto a varios aspectos de la ruta jacobea, como la señalización, los albergues, la gastronomía o el precio.
Si nos centramos únicamente en la evaluación que los caminantes hacen de Palencia, encontramos que la nota más alta, 8,5 puntos, se la otorgan a los palentinos y a otros peregrinos que se han encontrado a su paso por la provincia, mientras que la más baja la obtienen los ayuntamientos, 6,3 puntos. Si ampliamos el círculo y comparamos la puntuación otorgada a Palencia con la recibida por otras provincias y comunidades, ganamos al resto en precios, «nuestros albergues son más baratos que los de otras provincias», destaca Eduardo Merino, del albergue El Camino. La puntuación general que obtiene la provincia, 7,4 puntos, la sitúa en el primer lugar junto a León, Galicia y La Rioja. «El Camino está en buen estado, aunque nos falta un poco más de apoyo institucional», concluye Barreda.
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