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Los cocodrilos, que ganaron el premio al mejor disfraz en grupo, cruzan contenedores de fango.
¿Y el disfraz de ‘chino cudeiro’?

¿Y el disfraz de ‘chino cudeiro’?

La II Carrera de Obstáculos Grijota Fun Race contó con pruebas dignas de salir en el mítico programa ‘Humor Amarillo’

marco alonso

Sábado, 5 de julio 2014, 22:59

De cocodrilos, de piratas, de cartas de Póker, de cantantes de Kiss... Hubo disfraces de todo tipo en la II Carrera de Obstáculos Grijota Fan Race, pero faltó el que mejor encajaba en una prueba de estas características, el de chino cudeiro. Y es que la organización de la carrera preparó un circuito digno de aparecer en el mítico programa Humor Amarillo. No hubo Zamburguesas ni Laberinto del Chinotauro, pero los 280 participantes acabaron con la ropa interior llena de fango después de superar siete obstáculos diferentes y de cruzar el Canal de Castilla a nado en dos ocasiones.

El obstáculo que más expectación atrajo fue un tobogán acuático que acababa en las aguas del Canal de Castilla. Los participantes esperaban impacientes su turno para cruzar el canal, como si fueran ñus en el Masai Mara y, de repente, llegaron los cocodrilos, pero nadie se alteró, y es que los dientes de espuma no dan tanto respeto como los de verdad. Los disfrazados de Cocodrilo del Canal, lejos de producir bajas en el número de participantes, lo que hicieron fue ganar el premio al mejor disfraz en grupo.

Finalmente, de manera ordenada, todos los participantes lograron pasar el canal a nado sin problemas, pero el reto no acababa ahí. Los obstáculos se fueron sucediendo uno tras otro. Pacas de paja, neumáticos o contenedores de obra llenos de fango, todo valía para poner a prueba la resistencia de los participantes y de sus disfraces. Y como todo esfuerzo tiene su recompensa, la organización preparó un avituallamiento digno de una prueba de estas características: calimocho y cerveza, el binomio perfecto servido como mandan los cánones:fresquito y en porrón. No podía ser de otra manera.

La carrera no era competitiva, ni muchísimo menos, pero al final acabó primero el que casi siempre gana las carreras de aficionados de Palencia, Javier Sangrador, que iba ataviado con un disfraz de hombre sin piel, toda una metáfora para una persona que lleva dejándose la piel por el atletismo desde mucho tiempo antes de que ser runner se pusiera de moda.

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