Borrar
Vista general del municipio de Villablino. Imágenes cedidas por el Ayuntamiento de Villablino
Municipalismo 360

Villablino, energía y naturaleza entre las montañas

El municipio minero, asentado en el Valle de Laciana, se convierte en un escenario idóneo, único y espectacular ubicado entre montañas en el que la energía de la naturaleza y su paisaje alejan al estrés y a las preocupaciones diarias

Rebeca Adalia

Martes, 13 de mayo 2025, 10:32

El Valle de Laciana esconde la conjunción perfecta entre turismo y vecindad en la localidad leonesa de Villablino. Un histórico lugar de tradición minera que hoy se ha convertido en la ubicación idónea para albergar a vecinos y recibir a visitantes que quieran descubrir un destino de referencia en el turismo de la zona.

Villablino es sinónimo de patrimonio, material e inmaterial. Está envuelto por un impresionante paisaje de montañas y bosques que ha sido declarado Reserva de la Biosfera en el año 2003 por la UNESCO. El municipio ha diversificado sus actividades en los últimos años incrementando así su oferta de ocio, sin dejar de lado lo que fueron sus orígenes y su historia en torno al sector de la minería.

De alto valor arqueológico se conservan antiguos poblados castreños que cuentan con un Centro de Interpretación. En Rioscuro de Laciana hallamos el castro de La Muela proyectado a modo de espigón sobre el río Sil, hoy desfigurado en su flanco oeste por una majestuosa escombrera minera. Por otro lado, hallamos el castro La Zamora, en la localidad de Sosas de Laciana. Es el único que se encuentra a una elevada altitud, de ahí su rasgo más sobresaliente: ser muy útil como sistema defensivo en el pasado.

Las rutas de senderismo son otra alternativa turística que atrae a los visitantes. Los caminos de la zona están caracterizados por su belleza y singularidad. Hay rutas para todos los gustos y cuentan con diferentes dificultades. Las rutas del Muxivén, el Cornón, el Pico del Río y el Nevadín son aptas para los más valientes y experimentados en la materia del senderismo. En ellas se pueden ver el Mirador del Castro, las cabañas de la braña de Robles, la cascada El Pimpanón con agua del arroyo de la Brañina, la cima del pico Miro de Rabón, el arroyo Glacheiro, la fuente y el «boquete» de la Almozarra, la laguna de Vigalguera, el pico Los Pastores o el refugio de la Regada, entre otros lugares que alertarán al caminante de que está en terrenos con riqueza paisajística.

Para los senderistas menos profesionales, esta zona leonesa ofrece otras rutas más livianas: la de Los Tejos, el camino a Villaseca y la del mirador del Feixolín. A través de una pista de tierra y un pequeño sendero se pueden recorrer seis kilómetros con la ruta de los Tejos hasta el frondoso bosque de Brañarronda que alberga robles, avellanos y fresnos, cabañas y arroyos. La importancia de la minería queda patente en el camino que lleva a Villaseca. El caminante empieza el paseo por el antiguo ramal ferroviario que le unía con Villablino para ver las muestras patrimoniales mineras y el antiguo lavadero de carbón. La ruta del mirador del Feixolín conduce a un yacimiento geológico único en España por el gran valor que tienen los restos de un talud con una intrusión de pórfidos de unos 100 metros de altura.

Escudo de Villablino.

Pero Villablino también es un territorio bendecido por la fauna. Aquí se pueden avistar especies de animales tan singulares como osos y urogallos. De ahí, que este último cuente con un centro donde poder saber más sobre la especie y donde se le puede ver. Y tampoco se puede menospreciar la flora que hay en este entorno. El Valle de Laciana cuenta con fresnos, avellanos, serbales, tejos, robles y hayas, así como arandaneras, entre otras especies arbóreas.

Y si lo que se necesita es practicar deporte, en esta localidad leonesa se abren las puertas de par en par para recibir a todos los amantes de la montaña, las bicicletas, la escalada y el esquí. En invierno, la modernizada estación 'Valle de Laciana-Leitariegos' se convierte en el atractivo de los aficionados a la nieve.

Llenar el estómago

Si hablamos de turismo, también tenemos que pensar en la gastronomía leonesa. El Valle de Laciana ofrece al visitante una cocina con gran tradición, compuesta por platos enérgicos y recios propios de la alta montaña.

Del cerdo, como dice el refrán, se aprovechan hasta los andares. Y aquí, a la tradicional matanza se le conoce como 'sanmartino' –apelativo concedido a raíz de que la feria de ganado de Mansilla de las Mulas se celebra en la festividad de San Martín de Tours–.

Un voladero de urogallos

Proteger la especie. Observar de cerca a urogallos ya es posible gracias a la creación de un voladero en el Centro del Urogallo de Caboalles de Abajo. Las instalaciones, que simulan el hábitat de estas aves, incluye dos unidades familiares, cada una compuesta por un macho y tres hembras, distribuidas en zonas independientes. El voladero ha incorporado una empalizada permeable, esculturas informativas, una pérgola panorámica y un arroyo artificial que mejora el bienestar de estas aves que pueden avistarse en la comarca de Laciana.

Entre los primeros platos de la mesa lacianiega destacan los embutidos: queso, chorizo, cecina, jamón, lomo embuchado o la sabrosa morcilla, el botillo y los chichos. Los comensales también pueden degustar sus afamadas y contundentes empanadas, compuestas por chorizo, carne magra y panceta. Pero si hay una receta que despierta el interés del estómago ese es el caldo. Elaborado a base de berza, repollo o fréjoles, todos ellos plenos en sabor y consistencia, se acompañan de proteicas carnes que se sirven como segundo plato en cada contundente menú.

La tradición pastoril que otorga el Valle de Laciana a Villablino le ha brindado también la posibilidad de elaborar platos con carne de cordero, como son la caldereta o la chanfaina. Esta última se puede elaborar con hígado, pulmones, corazón, riñones, tripas y una pequeña cantidad de carne de falda.

Y como colofón al menú, el comensal notará el dulzor del postre en sus artesanales arroces con leche, flanes, natillas, pastas de nata, retorcidos, y... ¡cómo olvidar! Los fisuelos (hechos con harina, huevo, azúcar y leche, similar en forma a un churro), el pionono o brazo de gitano, la tarta de moka y los borrachinelo.

Imagen de un tramo de la ruta Pico El Río.

Mario Rivas López, alcalde: «Villablino es un municipio integrador»

Mario Rivas.

Villablino ha asumido un reto muy importante en los últimos años: adaptarse a la transformación de la minería. Nuestra dependencia del monocultivo del carbón nos ha servido para diversificar y ampliar las posibilidades del municipio. Y por ello, nuestras circunstancias naturales, industriales y medioambientales nos hacen ser diferentes de otras zonas turísticas.

Desde mi entrada en el Ayuntamiento como alcalde, el proyecto que más me enorgullece es la puesta en marcha del centro de atención a personas inmigrantes. Gracias a una inversión de quince millones de euros, la localidad podrá acoger a 200 personas inmigrantes y refugiadas. Desde el punto de vista de los derechos humanos, esto servirá para que todo el mundo sepa que en Villablino y en el Valle de Laciana somos personas integradoras. Esta iniciativa nos va a diferenciar y va a aportar un valor añadido en el sector económico y sociocultural para el crecimiento y el futuro del municipio.

Y si hablamos de enriquecer el municipio, Villablino es también un lugar que destaca por su cultura y tradición y eso se refleja en la festividad de Santa Bárbara. Una celebración que refleja todo lo que nos ha dado la minería y cómo se ha ido adaptando la fiesta desde los momentos más álgidos del sector en la historia hasta la caída de estos últimos años. Es una fiesta que tenemos que seguir celebrando con intensidad porque la minería es nuestro ADN y es parte de nuestra singularidad. En la actualidad, el debate energético sobre el carbón se ha puesto sobre la mesa con el apagón. Un tema que siempre ha estado presente en las conversaciones de nuestros vecinos, y no solo desde el punto de vista energético sino sobre las posibilidades y los nuevos usos que se le puede dar al carbón. Somos ricos en este mineral y si no puede seguir por ese camino energético creemos que se debe investigar para darle otros usos.

Villablino es un municipio que necesita más apoyo de las instituciones que están por encima de él, especialmente de la autonómica y la central. Hay que dirigir políticas concretas hacia localidades como la nuestra. Se tienen que aplicar ayudas directas que permitan ejecutar proyectos concretos adecuados a este lugar. Villablino ha aportado mucho durante años desde el punto de vista energético y ahora nosotros debemos ser acompañados en el cierre de este sector para tener nuevas oportunidades.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Villablino, energía y naturaleza entre las montañas

Villablino, energía y naturaleza entre las montañas