El abogado de Raquel Gago se enfrenta a una fuerte sanción

Tres días restan para que Fermín Guerrero, el letrado de Raquel Gago, justifique ante el Colegio de Abogados de León la ausencia del día 27 de enero al juicio por el crimen de Isabel Carrasco después de que su presidente, José Luis Gorgojo, le hiciese entrega de la información previa que el acuerdo de la Junta de Gobierno en la que se decidió abrirle un expediente informativo.

El abogado de la agente que resultó culpable en el juicio por el crimen de Isabel Carrasco tendrá hasta el viernes de plazo para presentar las «pruebas» pertinentes con las que pueda justificar las circunstancias que motivaron la inasistencia al juicio con jurado popular tras permanecer 20 horas desaparecido.

«Deberá aportar lo que estime oportuno pero deberán ser pruebas concretas», remarcó Gorgojo al que Guerrero le confirmó la semana pasada que aportaría documentos que justificarán la ausencia al proceso judicial. «Sobreentiendo que serán documentos médicos».

Una petición que el Colegio de Abogados retrasó hasta el término del juicio porque «no quería interrumpir el derecho de la defensa que es sagrada ni perjudicar a su clienta». Si bien, entienden que ahora es el momento que se aclaren los motivos que obligaron a anular la vista oral, con la repercusión mediática que ello supuso a nivel nacional.

De ahí que Gorgojo confíe en que las pruebas sean contundentes para justificar un hecho «insólito» en la provincia de León así como para limpiar el bueno nombre de los abogados «porque somos conscientes de que somos los responsables».

Contundente

De no ser así, continúa, el Colegio de Abogados será contundente y aprobará la sanción pertinente. «Confío en que haya una explicación y estemos ante una circunstancia excepcional», concluyó Gorgojo.

En cualquier caso, no será la última vez en la que Guerrero tendrá que dar explicaciones sobre su misteriosa falta. El Ministerio Fiscal solicitó al Juzgado de Guardia la apertura de una investigación por considerar que el letrado ha incurrido en una falta.

Pese a todo, Guerrero se ha mantenido tranquilo aunque sin aclarar las acusas que le llevaron a ausentarse del juicio. «Las cosas privadas hay que reservarlas», espetó a los periodistas a su salida del Colegio de Abogados de León, dejando en el aire la posibilidad de que se debería a una enfermedad.

La imposibilidad de no contactar con él el 27 de enero, desató una gran alarma que obligó a intervenir a efectivos de decenas de policías locales que registraron la casa de su clienta y rastrearon palmo a palmo la ciudad hasta localizar al letrado en una céntrica calle de León, desorientado y alegando motivos «ajenos a su voluntad».