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Raquel Gago, Triana Martínez y Montserrat González escuchan el veredicto del jurado.

Montserrat, Triana y Raquel Gago, culpables del asesinato de Isabel Carrasco

El jurado considera probado por unanimidad que la hija de la autora de los disparos urdió el asesinato junto a su madre y, por mayoría, que la policía local participó en el plan para matar a la que fuera presidenta de la Diputación de León

EL NORTE

Sábado, 20 de febrero 2016, 14:09

El jurado popular encargado de emitir un veredicto en relación al crimen de Isabel Carrasco ha determinado que tanto Montserrat González como Triana Martínez y Raquel Gago son culpables de asesinato. Para Montserrat se considera probado que cometió un delito de asesinato con alevosía con el agravante de disfraz, un delito de atentado contra la autoridad y otro de tenencia ilícita de armas.

Además, los miembros del jurado consideran probado que la hija de la primera, Triana Martínez, y la policía Raquel Gago son también culpables de asesinato, como colaboradoras necesarias.

En relación a Triana, el jurado considera que urdió junto a su madre el plan para asesinar a Isabel Carrasco. Por ello, la culpa de un delito de asesinato, como cooperadora necesaria.

En el mismo sentido discurre la decisión sobre la implicación de la policía local Raquel Gago en la trama del crimen. El jurado ha considerado probado que la agente conocía los planes de Montserrat y Triana y que formó parte del plan que llevaron a cabo. Por ello, consideran culpable de asesinato a Raquel Gago como cooperadora necesaria.

Por todo ello, el Fiscal solicita la pena de 22 años de prisión para Montserrat y Triana y de 15 para Raquel Gago. Las defensas, por su parte, piden las penas mínimas de prisión para las tres acusadas; es decir, 17 años y seis meses para Montserrat y Triana; además de otros dos años por tenencia ilícita de armas. Para Raquel Gago se piden 8 años y dos más por tenencia ilícita de armas.

Tres días ha durado la deliberación del jurado popular en el caso del crimen de Isabel Carrasco. El juicio, que ha durado un mes, arrancó el pasado 19 de enero con la declaración de Montserrat González, a la que le sucedieron su hija Triana Martínez y la policía Raquel Gago.

Desde el primer momento las defensas de madre e hija defendieron que Isabel Carrasco había acosado sexualmente a Triana , extremo sobre el que giró una buena parte de sus respectivas declaraciones, buscando así demostrar que la política asesinada le hizo la vida imposible.

Montserrat en todo momento ha asegurado que fue ella quien realizó los disparos que terminaron con la vida de Carrasco y que lo hizo sola, porque «no necesitaba a nadie más». Igualmente, la autora confesa del asesinato no se ha mostrado en ningún momento arrepentida de sus actos porque, según ella misma dijo durante el juicio: «era o ella o mi hija». Además, de realizar declaraciones tan contundentes como «mentiría si dijese que estoy arrepentida» o «no debí matar a Isabel Carrasco ese día, había mucha gente».

Triana, por su parte, aseguró que pidió a su madre que «no hiciera una tontería» y remontó los hechos relativos al acoso sexual que supuestamente sufrió por parte de Isabel Carrasco al año 2010, en un encuentro en casa de la política leonesa. «Vino, me entró y me llegó a besar. Yo no me quise acostar con ella y me fui», aseguró durante su declaración. Añadiendo, ante las preguntas de su abogado, que no contó antes este suceso por vergüenza.

Declaración del héroe del día del asesinato

Dos días después de arrancar el juicio llegó el momento de la declaración del testigo presencial del asesinato, el policía jubilado Pedro Mielgo. Su relato de los hechos fue contundente, asegurando que vio como Montserrat González, tras realizar el primer disparo sobre la espalda de Isabel Carrasco, «se agachó, acercó la mano a la cabeza de la política y disparó tres veces» .

El relato de Mielgo ha sido uno de los más controvertidos y objeto de pelea por parte de la acusación y la defensa. Entre los audios que se mostraron al jurado está el de una llamada del expolicía en la que él mismo aseguró no reconocerse . En ella, aseguraba; «Voy detrás de la mujer que la ha disparado pero se me ha despistado».

Pedro Mielgo aseguró durante el juicio que no llegó a perder en ningún momento a la autora de los disparos, hecho que esa grabación ponía en entredicho. Se trataba de un matiz importante, puesto que con el relato de Mielgo se esperaba poder trazar el recorrido realizado por Montserrat y así desvelar si su huida estaba coordinada con su hija para hacerle entrega del bolso con el arma y así hacerla desaparecer.

Desaparición del abogado de Raquel Gago

El 27 de enero se vivió uno de los episodios más surrealistas que se pueden dar en un juicio: el abogado de Raquel Gago, Fermín Guerrero, se esfumó. El letrado no se presentó a la sesión del juicio, desde mediada la tarde del día anterior no se conectaba a WhatsApp e incluso se llegó a cursar una orden nacional de búsqueda.

24 horas después de su desaparición, Guerrero fue hallado por una patrulla policial junto al Corte Inglés de León y al lado de su vehículo. Sus explicaciones no han convencido a los letrados e incluso el Fiscal le pidió que contara lo ocurrido porque se lo debía «tanto al Ministerio Fiscal como al jurado, como a todos los españoles». De hecho, el Colegio de Abogados de León ha abierto un expediente informativo sobre el suceso para intentar esclarecer lo ocurrido.

El pasado 15 de febrero llego el momento del alegato final de las tres acusadas ante el jurado popular. Montserrat González prefirió no realizarlo mientras que su hija Triana Martínez aprovechó para incidir en que había sufrido acoso sexual por parte de Isabel Carrasco y denunciar el que a su juicio por un trato «borde» de los policías que le interrogaron tanto a ella como a su madre.

Igualmente, cuestionó los informes de las médicos forenses que le examinaron y denunció que se llevaron a cabo en «malas» condiciones, «con las esposas puestas» .

El alegato final más emotivo fue el de Raquel Gago , que entre lágrimas y en un fuerte estado de nervios defendió su inocencia y aseguró además: «Quienes me conocen, me quieren y han estado a mi lado saben realmente quién soy y cómo soy; los que no me conocen y se atreven a decir muchas cosas, allá su conciencia», en referencia a las declaraciones de sus compañeros y lo policías que analizaron durante el juicio la personalidad de la agente.

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