El fuerte temporal de nieve y frío deja las primeras víctimas en la fauna salvaje y elevará a cotas «altísimas» la mortandad

Es el duro juego de la naturaleza. La batalla por la supervivencia donde unos viven y otros mueren. Una realidad que el último temporal de nieve ha hecho aún más visible. Las primeras consecuencias de las intensas nevadas que durante más de una semana han caído en la provincia comienzan a ser visibles en la fauna salvaje de la provincia.

Los celadores medioambientales de la provincia han iniciado la recogida de los primeros cadáveres de animales salvajes que han fallecido como consecuencia del fuerte temporal de nieve. Una labor que este año se presume intensa dado que, según advierten los expertos, la mortandad «será altísima».

Muestra de ellos son el importante número de cadáveres de ejemplares que comienzan a aparecer en el entorno de muchas localidades de montaña. Es el caso del Valle de Valdeón, enclavado en los Picos de Europa, dónde los celadores ya han retirado los cuerpos de varios ciervos.

Pero no serán los últimos. Los expertos estiman que serán muchos los animales los que perecerán como consecuencia de las últimas nevadas de la provincia. Su principal víctima, los corzos y ciervos que no consiguen avanzar y se hunden en la nieve ante los importantes espesores que se acumulan en los montes.

Lobo y zorro, enemigos del ciervo y el corzo

Una situación que aprovechan los zorros que junto a los lobos son los grandes beneficiados de estas nevadas. Una vez que comienza a helar, su agilidad les permite caminar con facilidad por la nieve y dar caza a sus débiles presas que, en la mayoría de los casos, tratan de buscar sin éxito una fuente de alimento.

Es ahí cuando, no sin dificultad, los ciervos y corzos se dirigen hacia las poblaciones cercanas. Aunque, según recuerdan los expertos, es tal la situación extrema que atraviesan, que en la mayoría de los casos acaban falleciendo. «Los animales ahora se dirigen a los pueblos no para el momento pero es difícil que sobrevivan».

Son esos cadáveres, los que aparecen próximos a las localidades, los que los celadores recogen. Por el contrario, cuando el ejemplar fallecido aparece en los montes, los celadores se limitan a realizar una ficha de la baja y, en caso de que sea macho, a hacer cargo del trofeo (la cabeza).

Otro de los perjudicados por estas nevadas, como así se ha reflejado en los informes de bajas de otros años, son los rebecos, aunque en menor medida porque principalmente se mueven en la peña, y los jabalíes que, a pesar de no ser rumiantes, encuentran importantes dificultades para moverse.

Por el contrario, el oso es uno de los beneficiados. Así lo señala José Luis García, de la Fundación Oso Pardo, que recuerda cómo la carroña, vital para la supervivencia del plantígrado, será «abundante» una vez que se produzca el deshielo ya que se prevé que sea «importante» la reducción del censo de la fauna salvaje de León, principalmente de ciervos y corzos.

Una situación que también intentan paliar los propios trabajadores de los montes y espacios naturales de la provincia que intentan, en la medida de sus posibilidades, suministrar alimento a la fauna salvaje.

«Se les va echando en la medida de los posible algo de hierba aunque la experiencia de otras ocasiones nos dice que la comen», asegura un celador de Valdeón, que confía en que en los próximos días puedan acceder con motos de nieve a los montes para hacer una valoración más exhaustiva de la repercusión del fuerte temporal en la fauna salvaje de León, principalmente entre los ciervos y corzos, que, inicialmente, no se presume halagüeña.

Duras las imágenes que se dibujan tras el temporal de nieve y que, sin embargo, no son más que parte del extraño juego de la naturaleza y la supervivencia.