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EL NORTE
Martes, 26 de enero 2016, 19:59
La companía automovilística Renault abrirá en Valladolid una planta dedicada a la fundición de aluminio inyectado, que supondrá la creación de cientos de puestos de trabajo. El material, una novedad en España, servirá para suministrar a sus fábricas de motores y mecánica y supondrá una «mejora competitiva». Renault cuenta con dos fundiciones de este tipo en Francia, una en Le Mans con 1.700 trabajadores y otra en Villeurbanne (Lyon) con 277 empleados.
La dirección de Renault España ha mantenido en la mañana de este martes una reunión con los representantes de los trabajadores para plantearles la posibilidad de trabajar conjuntamente en la asignación de un tercer plan industrial que permita la llegada de un nuevo vehículo a la factoría de Carrocería Montaje de Valladolid.
En una nota, la empresa indica además que el plan industrial también apostará por una nueva actividad de inyección de aluminio y nuevas versiones de motores y de cajas de velocidades, entre otras cosas. La adjudicación de este plan a Renault España pasa por conseguir un acuerdo que mejore la «competitividad y flexibilidad», señala la empresa.
El ofrecimiento de Renault se produce en un momento en el que el segundo plan industrial de la compañía para España, el del periodo comprendido entre 2014 y 2016, se encuentra a punto de llegar a su fin.
La propuesta de trabajo «conjunto» con los representantes de los trabajadores ha sido planteada en una un Comité Intercentros. De llegarse a un acuerdo, este Plan permitiría la continuidad de la actividad en la factoría de Carrocería Montaje de Valladolid mediante la asignación del vehículo nuevo a esta planta, así como mejoras en otras fábricas.
Así, en este contexto, la fábrica de Palencia, indica Renault, «se beneficiará de unas mejores condiciones de competitividad que reforzarán su posición ante posibles adjudicaciones de nuevos productos».
La empresa también dice que el plan procurará volúmenes anuales de producción media en el periodo del acuerdo similares a los alcanzados en 2015, en las condiciones actuales de mercado, tanto de volumen como de 'mix' de productos. Este volumen afectará tanto a vehículos como a componentes mecánicos.
Junto a esto, la factoría de Motores producirá en Europa las generaciones 7 y 8 del motor K9, al tiempo que la factoría de Renault en Sevilla será prioritaria para la adjudicación de la producción de la caja de velocidades TX30.
También se prevé el inicio en 2018 de una nueva actividad de inyección de aluminio en el centro de trabajo de Valladolid, además de la intención de continuar y potenciar la actividad de Ingeniería (Centro de I+D+i) en España, tanto de producto como de proceso.
La Dirección General del Grupo tomará una decisión sobre la adjudicación de los nuevos productos a finales del mes de marzo, por lo que Renault España «tiene la ambición de presentar una propuesta antes de esa fecha», señala.
Planes anteriores
Renault recuerda que, en un contexto de fuerte crisis en Europa, puso en marcha en los últimos años dos planes industriales (2010-2013 y 2014-2016), que han permitido a las factorías españolas ponerse al máximo rendimiento.
En el caso de la fábrica de Carrocería Montaje de Valladolid, que produce el Captur, el ejercicio 2015 se cerró con una producción de 257.510 vehículos, lo que supone un volumen récord de los últimos 12 años.
De la planta de Motores de Valladolid salieron el año pasado 1.525.337 órganos, después de que se lograse la mayor producción en un solo día de toda su historia, con 7.699 motores.
La planta palentina, donde se producen el Kadjar y el Mégane, fabricó en 2015 un total de 210.293 vehículos. Esta factoría cerró el año con una producción diaria de 1.293 vehículos, cadencia que no se alcanzaba desde 2009.
Renault también destaca las cifras de empleo obtenidas. El último plan industrial, señala, ha posibilitado la creación de 4.000 empleos netos, además de los compromisos de 940 contratos de relevo y el paso de un mínimo de 800 contratos de relevo a indefinidos.
Los dos últimos planes industriales, indica la compañía, han llevado aparejados una inversión de 1.100 millones de euros, de los que 500 millones corresponde al primero y 600 millones al segundo.
Reacciones
Las secciones sindicales de UGT y CCOO en Renault España han valorado el tercer plan industrial planteado por la dirección del rombo pero, al mismo tiempo, han coincidido al advertir de que si para la empresa las palabras clave son «competitividad y flexibilidad», para la parte sindical los términos que deben marcar la nueva estrategia empresarial pasan por «salarios y empleo estable».
Ambas organizaciones, de cara al encuentro fijado de nuevo con la dirección para el día 3 de febrero, han mostrado su propósito de analizar el plan con sus respectivos afiliados, si bien han aprovechado para anticipar su valoración por entender que posibilitaría consolidar las plantas españolas, informa Europa Press.
Sin embargo, desde UGT recuerdan a la empresa que el éxito de los dos últimos planes industriales «han sido fruto, en una parte muy importante, de los esfuerzos de los trabajadores» en los dos últimos acuerdos, por lo que entiende que «es el momento de que ese éxito sea compartido por todos», en referencia a que «ha llegado el momento de conjugar los términos salario y empleo estable», algo que ya defendió en el pasado el sindicato, «con la transformación de unos 1.900 contratos indefinidos en los dos últimos acuerdos».
En la misma línea, CCOO ha analizado en clave positiva la experiencia de los dos planes industriales anteriores, si bien dado el porcentaje de eventualidad actualmente existente en las factorías de la multinacional, considera una «prioridad» la creación de empleo estable en próximas negociaciones.
Por su parte, el delegado general de CGT en Renault España, Unai Hernández, considera que el tercer plan industrial planteado por la dirección de la compañía del rombo no es más que un «chantaje» con el fin de marcar y condicionar las nuevas condiciones del próximo convenio colectivo.
Hernández se ha mostrado categórico al precisar que las relaciones laborales entre la plantilla y la empresa las marcan los convenios colectivos, no los planes industriales, máxime cuando estos últimos, suscritos por los sindicatos mayoritarios, «no han hecho otra cosa que desvirtuar precisamente esa negociación y han supuesto una destrucción de empleo de calidad».
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