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Los trabajadores, durante una protesta.
Nutrexpa diseñó un plan para dañar las cuentas y cerrar la fábrica de Palencia

Nutrexpa diseñó un plan para dañar las cuentas y cerrar la fábrica de Palencia

El 'Proyecto Simba' contempla abandonar clientes a propósito, suspender las inversiones y recolocar en Reinosa a directivos y sindicalistas

Ángel Blanco

Jueves, 1 de enero 1970, 01:33

El grupo alimentario Nutrexpa tomó la decisión de cerrar el centro industrial de Palencia y trasladar la fabricación de batidos a un «partner» (socio) en octubre de 2011. Inició entonces un detallado «proyecto técnico y de producto» destinado a «trasvasar la producción» con «la menor transferencia posible de tecnología y equipos» al socio, que se encargaría de «hacer la aportación en este apartado y para nuevos formatos» (brick y PET). El martes pasado, en la primera reunión entre empresa y comité después del anunció del expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo, los representantes del grupo con sede en Barcelona admitieron por primera vez que habían iniciado contactos con una empresa láctea. Documentos internos de Nutrexpa constatan que las negociaciones para que sea el grupo Pascual el que produzca los batidos Cola Cao y Okey se iniciaron en 2012.

También este mismo mes, la compañía ha justificado el desmantelamiento de las instalaciones palentinas «debido a que el reducido volumen de fabricación y los costes impiden su sostenibilidad» y ha hablado de pérdidas continuadas por la competencia de otros productos similares con precios más bajos, que ha cifrado en un millón de euros en el último año. Sin embargo, los informes elaborados por la dirección de la compañía demuestran que esos números rojos, o al menos una parte de ellos, no son culpa de la crisis económica.

Correos electrónicos de carácter «confidencial» dejan claro que Nutrexpa cesó la fabricación de batidos para Central Lechera Asturiana y nata para cocinar marca ATO, que elaboraba para la Corporación Alimentaria Peñasanta, por iniciativa propia. Tras tomar la decisión, intentó disfrazarla para que pareciera que era Capsa la que solicitaba la «discontinuación de producciones».

Directivos de Nutrexpa escribieron una carta datada en Granada y fechada en diciembre de 2013, según la cual su cliente rompía el contrato «una vez se agote el stock ya fabricado» y agradecía «la colaboración prestada, así como la buena gestión que ha mostrado a lo largo de estos años». La misiva fue enviada a Granada para que volviese «firmada por un alto cargo, con nombre y antefirma (y si pueden con el sello de empresa)» al objeto de «lograr la máxima imagen de realidad, como si realmente hubiera ocurrido». «Pensemos en cómo lo haríamos nosotros con un proveedor con el que tenemos contrato firmado y apliquemos el mismo criterio», continuaba, antes de terminar con un «gracias por la gestión, que es muy importante».

Pese al minucioso celo con el que fue urdido el plan, la dirección de Capsa no accedió a entrar en el juego de Nutrexpa.

Traslados a Reinosa

El programa de cierre de la factoría palentina, bautizado por Nutrexpa como 'Proyecto Simba', constituye un detallado manual de actuaciones e incluye estrategias de comunicación, planes de contingencia, argumentos para contrarrestar posibles filtraciones, instrucciones sobre cómo deben ser las relaciones con la Junta (que ha otorgado varias subvenciones a la firma), cuantificación de costes, posibles planes de recolocación para los directivos y miembros del comité de empresa, etc.

En el plan está calculado hasta el precio de un viaje en taxi desde Palencia a Reinosa, donde Nutrexpa tiene la fábrica de galletas Cuétara y donde planea ofrecer un puesto a mandos, trabajadores mayores de 50 años, empleados casados entre sí y representantes de la plantilla. En total, 21 personas. El presidente del comité de empresa, Jaime Serrano, declaró ayer quedarse «de piedra» al enterarse por El Norte de estos planes, de los que «jamás había oído hablar».

Desde octubre de 2011, la empresa tenía tomada la decisión de iniciar «acciones destinadas a evitar la notoriedad y mayor conocimiento de la fábrica en la zona», como «estrategias de prudente alejamiento, evitar las visitas, no establecer convenios de prácticas con instituciones docentes», etc. Desde ese momento no existen planes de futuro o inversión, se suspenden las campañas publicitarias en los medios y se descartan todas las propuestas de I+D para elaborar productos nuevos.

De acuerdo con el acta de una reunión que tuvo lugar en Aranda de Duero en abril de 2012 entre directivos de Nutrexpa y del Grupo Pascual, en esa fecha ya estaban decididos todos los productos que la empresa arandina fabricará para la catalana. Botellines con y sin rosca, de sabores, con los cálculos de vida de los productos, tamaños de los envases, material de las envolturas, todo. En el acuerdo está contemplada ya hasta la maquinaria de la planta de Palencia que puede ser aprovechable. «En las instalaciones en Aranda destinadas a la futura línea de batidos, Pascual debe desmontar la actual maquinaria de la sala, realizar la obra civil correspondiente y la instalación de servicios, instalar los equipos y ejecutar la puesta en marcha», explica el 'cronograma' elaborado. No obstante, «el proyecto está diseñado para que la puesta en marcha en Pascual sea independiente de la necesidad de equipos del centro de Palencia», concreta. El presupuesto provisional del acuerdo se estimaba en 2012 en dos millones de euros.

El desarrollo del proyecto se ha retrasado un poco con respecto a las fechas planificadas en un principio. En marzo de 2013, Nutrexpa tenía fijado el próximo día 30 de este mes como fecha de «finalización de actividades de la fábrica de Palencia». Para entonces, los planes contemplaban que Pascual estuviese ya preparado para fabricar para Nutrexpa.

Conflicto en las calles

En el argumentario del plan, la firma barcelonesa señala que «la clave del éxito legal reside en que se pueda demostrar ante los tribunales la buena fe empresarial y la no ocultación de decisiones que afecten al empleo». Recomienda «reducir al mínimo el tiempo de 'tensión' en la plantilla». «Anunciar el cierre e ir rápido en los acuerdos de salida/traslado/indemnización. Es mas difícil aguantar la presión política de autoridades, sindicatos, medios y comunidad si el proceso dura muchos meses», alerta.

Asimismo, considera que se debe «reducir el eventual tiempo de conflicto laboral al mínimo posible (dos o tres meses es gobernable)». «El conflicto social es el menor y al final se gobierna bien. Lo preocupante es que el conflicto socio / político se pueda ir de las manos». Para evitarlo, Nutrexpa debería si se cumple lo previsto comenzar en los próximos días una campaña en la que incidirá en el hecho de que Castilla y León «no perderá actividad económica y productiva», ya que la fabricación va a otra provincia de la comunidad, donde residen «oportunidades que la potencien».

«Una vez anunciada la medida extintiva añade el documento, esta ha de ser irreversible» y la instalación de Aranda debe estar lista para iniciar su actividad. Ello «permite una mayor seguridad de poder suministrar producto al mercado si se produjera una respuesta en Palencia de carácter conflictivo», señala.

Plan de indemnizaciones

El apartado denominado 'plan de contingencia' revela que Nutrexpa que considera que «culturalmente la plantilla de Palencia es reticente a los desplazamientos» está preparada ante la eventualidad de que se produzcan «paros y huelgas, avisos de bomba, retenciones de directivos, amenazas telefónicas, ataques físicos, manifestaciones en Palencia y en Barcelona, pintadas, daños a equipos, instalaciones o calidad de los productos, ataques a la web, campañas contra productos del grupo, inundación en Internet del conflicto, mensajes negativos para las marcas y boicot a los productos catalanes».

Dentro del plan de cierre, en el que se incluyen los consejos realizados por el bufete de abogados Sagardoy, el grupo empresarial da por supuesto que los políticos de la Junta de Castilla y León «serán muy activos para que no se pierda empleo y ellos seguirán esforzándose para encontrar un omprador».

Para mejoras tecnológicas y para la implantación de una segunda línea de envasado extrusora y un segundo paletizador, Nutrexpa tiene concedidas por parte de la Junta subvenciones por valor de 667.875,61 euros en el periodo 2014-2020.

En cuanto al coste total de deslocalizar la producción de la fábrica del polígono Pan y Guindas, Nutrexpa realiza varias proyecciones en el Proyecto Simba, dependiendo de si las indemnizaciones que finalmente abona a la plantilla son por 45 o 33 días (asecenderían a 3,14 o 2,05 millones, respectivamente). Sumados los sobrecostes por los traslados a Reinosa y la aportación que deberá hacer al Tesoro Público (4,63 millones) al tratarse de despidos de una empresa con beneficios, el coste en el 'peor' de los casos para Nutrexpa ascenderá a 8.056.904 euros.

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