Dalilah Muhammad, sin rival en 400 metros vallas

Hay fiesta en el distrito de Queens. De allí, del populoso barrio de Nueva York, es Dalilah Muhammad, la reina de las vallas bajas de estos Juegos de Río. Imparable en la vuelta al estadio, como se ha podido ver con su incontestable victoria con 53.13. No ha habido lugar a la sorpresa en los 400 metros vallas, la mejor atleta de la temporada ha ejercido de tal y ha aventajado en 42 centésimas a la danesa Sara Slott Petersen, brillante segunda que ha batido el récord nacional de su país.

Hija de musulmanes, Dalilah ( 26 años) sabía desde muy pequeña que iba a ser atleta. En una reciente entrevista con sus progenitores y su hermana, recordaban en ambiente familiar como la pequeña Dalilah ya ejercía de saltadora de altura en su habitación con cuatro años y que con solo siete se enroló en un equipo de atletismo. Y para disgusto de su madre, escogió la única disciplina que la había prohibido para que no se accidentara, las vallas.

Muhammad ya dio muestras en 2013 de su calidad, cuando se proclamó subcampeona del mundo en Moscú. Sin embargo, su carrera deportiva sufrió un tremendo frenazo los dos años siguientes. Incapaz de encontrar la forma que la había llevado hasta la cima, en 2014 corrió cinco segundos por encima de su mejor marca. Y 2015 fue peor, pues se lo pasó casi en blanco por culpa de las lesiones. Así que tomó una drástica decisión, dejó a su entrenadora Yolanda Demus y apostó por Lawrence Johnson, que dirige su trayectoria desde febrero de este año.

Las cosas no han podido salir mejor. Ha recuperado su mejor forma, ha vuelto a correr por debajo de 53 segundos y se presentó en Río como la rival a batir, algo que ha demostrado esta madrugada dominando la final de principio a fin. Estados Unidos tiene su reina de las vallas.

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