El Deportivo, con pie y medio en Tercera División

Desastre. Una palabra con tres sílabas y todo el significado del mundo para describir lo acaecido ayer en La Balastera. El Deportivo Palencia, que necesitaba la victoria para seguir luchando por la permanencia -y más después del triunfo del Boiro ante el filial del Celta-, cayó derrotado ante la Arandina, un equipo prácticamente descendido, que sumó en el feudo palentino su primera victoria a domicilio de la temporada por 1-3. La derrota pone en una tesitura muy difícil a los de Zurro. Cierto es que hay nueve puntos en juego, pero ayer se vio -sobre todo en la primera parte- un equipo sin alma ni juego, que ha dejado escapar muchas oportunidades de sumar y ahora tiene que sacar los puntos ante rivales directos, que se juegan lo mismo que ellos.

Los morados saltaron al terreno de juego estáticos, con demasiado peso sobre las espaldas, sabiendo que una derrota era una losa prácticamente insalvable y un muy posiblemente billete de retorno a la Tercera. Tal vez ese fue el motivo por el que no lograban conectar desde el centro del campo con la línea de tres cuartos y por el que los desmarques brillaron por su ausencia en el conjunto morado. Un minuto antes del primer gol de la Arandina, Moré centraba al área de Montiel -la jugada más repetida de la primera parte- sin que llegase Rodri a rematar. Y menos de sesenta minutos más tarde, Momar regateaba en dos ocasiones a Asier dentro del área para rematar por lo bajo ante Alejandro, que nada pudiera hacer para evitar que subiera el primer tanto rival al marcador.

La Arandina, sin nervios ni presión, disfrutaba de sus mejores momentos en La Balastera. Gallardo buscaba de cabeza la puerta de Montiel en un saque de esquina botado por Moré que se iba ligeramente desviado. Instantes después llegaba el segundo mazazo de la tarde y los pitidos comenzaban a ser frecuentes en la grada. Falta cerca del área del Deportivo, que bota Leo Ramírez y que se convierte en el segundo tanto rival tras un certero remate de cabeza de Pablo. Ahora sí, el Deportivo había desaparecido del todo del partido y no encontraba la forma de retornar al mismo.

La defensa, más seria y contundente desde la llegada de las incorporaciones de enero, era más blanda e inestable que nunca. Dos llegadas y dos goles de un equipo prácticamente descendido. La plantilla morada -que jugó una de las peores primeras partes de toda la temporada- no se encontraba sobre el césped y cometía errores y pérdidas de balón de patio de colegio. Todo el peligro del conjunto palentino llegaba por la banda derecha, donde Moré centraba una y otra vez el esférico sin crear realmente ocasiones claras.

Transcurridos ya treinta minutos, de nuevo Xavi Moré remató desviado pero el simple hecho de disparar a puerta supuso los aplausos de la grada. Comenzaron a calentar por la banda Navas, Torres y Chuchi, ganándose este último los aplausos de la grada que reclamaba su espíritu ofensivo sobre el campo. Una falta peligrosa botada por Moré se estrelló contra el larguero de Montiel, para instantes más tarde buscar Rodri el disparo desde la frontal. Sin más, se llegó al descanso.

Nada más comenzar la segunda parte, saltaron sobre el terreno de juego Chuchi y Diego Torres, en sustitución de Héctor Sánchez y Garmendia. Un minuto después lograba el Deportivo Palencia recortar distancias con un gol en propia puerta de Rubén Garcés, que batió a su meta con una vaselina al evitar que Torres controlase el balón. Parecía que el equipo recuperaba su esencia y las ganas de luchar por la permanencia.

El equipo comenzó a tocar y a llegar con cierto peligro sobre la portería burgalesa. Xavi al borde del área cedió un balón a Chuchi, que disparaba alto. Nueva ocasión para los locales, que minutos más tarde buscaban el empate con un remate demasiado cruzado de Guillem.

La Arandina, que había marcado dos goles ya al Deportivo, botaba -a menos de treinta minutos para el final- su segundo saque de esquina del partido. Instantes después, Alejandro centraba desde el medio de campo un balón al área de Montiel. El asedio local era más con el corazón que con la cabeza. Martí tuvo el empate en su cabeza al final del choque, pero su remate se fue ligeramente desviado. Ya en el tiempo de descuento, con el Deportivo volcado en el ataque con toda su artillería, llegó el tercero de los arandinos, obra de Momar, tras un contragolpe. Pitidos en La Balastera -junto con algún aplauso- y al Deportivo se le pone muy cuesta arriba la permanencia con esta derrota.

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