El Becerril impone su pegada ante el Burgos Promesas 2000

Cómo han cambiado las cosas para el Becerril en tan solo tres semanas. Tras un comienzo de temporada complicado, los de José Hernando suman tres jornadas sin perder, con dos victorias y un empate. Los palentinos lograron ayer un importante triunfo en el campo de un rival directo, en un partido de mucha intensidad, poco juego y aún menos ocasiones.

Pese al marcador abultado, el encuentro careció de grandes ocasiones de gol. Los morados tuvieron la fortuna de ponerse por delante en el marcador en dos ocasiones, lo que les permitió ceder la iniciativa del juego a su rival para sentirse muy cómodos en labores defensivas y crear peligro en rápidas transiciones y a la contra.

Los primeros minutos del partido fueron un intercambio de posesiones sin peligro real para ninguna de las dos porterías. Álex y Ortega vivían plácidamente bajo palos porque nadie quería salirse del guió inicial y los jugadores cumplían a rajatabla las premisas tácticas que habían recibido en vestuarios. Los atacantes luchaban solos por balones perdidos y los escarceos por banda eran las únicas armas para deshacer el atasco que había en la zona ancha. Las acciones a balón parado eran las únicas que llevaban verdadero peligro. Y en una de ellas se adelantó el Becerril.

Crespo aprovechó su corpulencia para cabecear al fondo de la red una falta lateral. El Burgos Promesas no tardó en responder, ya que solo tres minutos después, una buena acción por banda izquierda de Marti terminó en un centro hacia la cabeza de Cosín, cuyo remate se alojó en la portería contraria.

El partido volvía a empezar y eso que ya se había cruzado la media hora de juego. El primer tiempo continuó con la dinámica inicial, pero con un juego cada vez más embarullado y continuas interrupciones, que obligaron a que un disparo con el exterior de Zamora fuera lo más destacado antes de se llegara al descanso. Ninguno de los dos entrenadores varió su plan inicial, pero en esta ocasión, el Becerril tuvo más fortuna. A los cuatro minutos de la reanudación, Kuko no perdonó un mano a mano tras un pase en profundidad que puso en ventaja a los palentinos que pudieron hacer el partido que más les interesaba: seguros atrás y sin sufrir ante un Burgos Promesas sobrado de esfuerzo pero carente de ideas. El partido estaba donde querían los morados.

Tanto fue así que estuvo más cerca en todo momento el 1-3 que el empate. Las oportunidades llegaron por mediación de Melero y Kuko, que fallaron sus respectivos acercamientos, a los que los locales solo respondieron con balones laterales sin ningún tipo de peligro. El Burgos Promesas quiso reactivarse por mediación de un doble cambio, a la vez que el técnico visitante sustituyó pieza por pieza con la contención como premisa y con el único objetivo de que el tiempo fuese transcurriendo. Algo que pasó de forma irremisible sin que el tanteador se moviera para esperanza visitante y desasosiego local.

Todo ello hasta que llegó el minuto 84, cuando Kuko, el mejor de los palentinos, colocó un gran centro en el área que el recién incorporado Kevin remató al fondo de las redes.

Con este gol, el partido parecía estar sentenciado. No fue así porque tan solo dos minutos después, Zamora recortó distancias para mantener la incertidumbre en los últimos cuatro minutos.

El Burgos Promesas lo intentó hasta el último suspiro, pero sin crear peligro real sobre la portería que defendió Ortega. El Becerril pudo así sumar tres puntos de oro que hacen que los palentinos olviden definitivamente el mal inicio liguero. Después de la derrotas con goleada ante el Zamora y, en casa, frente a La Bañeza, los de José Hernando se han levantado para lograr dos triunfos a domicilio, en el Burgo de Osma y en Burgos, con el empate ante el Salmantino entremedias. Ahora a los becerrileños les toca dar una alegría a su público el próximo fin de semana ante el Numancia B.