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Marcos Belerda se dirige a por el balón tras dejar a un rival del Santa Marta en el suelo. Antonio Quintero
El hormiguero lleno de puntos

El hormiguero lleno de puntos

El Villamuriel sigue «cogiendo provisiones para pasar el invierno», suma su tercera victoria consecutiva y se desmarca de la parte baja de la clasificación tras ganar al Santa Marta

marco alonso

Sábado, 12 de diciembre 2015, 21:59

«Estamos como las hormiguitas, cogiendo provisiones porque el invierno es muy largo». Esto decía Francis Olea al acabar el partido de ayer, en el que su equipo logró su tercera victoria consecutiva. No le faltaba razón al técnico del Villamuriel, y es que sus jugadores tienen poco de cigarra, por mucho que vistan de verde. El conjunto cerrateño es séptimo en la tabla y ha metido ya 26 puntos en el hormiguero. A este ritmo, Trancas y Barrancas se van a quedar sin sitio.

El partido comenzó con el equipo cerrateño un tanto desorientado y el primer aviso del Santa Marta llegó en el minuto 5, cuando Ramajo ganó la espalda a Chema y se plantó solo ante Sevi, pero el portero del Villamuriel estuvo muy atento y atajó un buen disparo cuando muchos de los aficionados cerrateños ya se llevaban las manos a la cabeza. Pero el disgusto no duró demasiado y la primera aproximación con peligro del Villamuriel llegó por mediación de César Simón en el minuto 12. El delantero centro quería brillar para demostrar a Francis Olea que su presencia en el once es garantía de éxito y obligó al portero visitante, Rubén, a emplearse a fondo para que el balón no acabara en la red.

El Santa Marta tenía la posesión. Es un equipo acostumbrado a jugar el balón por el suelo, con criterio, pero el césped del Rafael Vázquez Sedano no estaba para muchas florituras y las irregularidades del terreno de juego favorecían el fútbol al contragolpe por el que apostó el Villamuriel. No obstante, los dos equipos se mostraron muy temerosos y no descuidaron su zaga en ningún momento, lo que hizo que el fútbol se concentrara en el centro del campo y que las ocasiones brillasen por su ausencia hasta el último instante de la primera mitad, en el que Aitor pasó a Javichi y el delantero centro del Villamuriel no acertó a rematar cuando la afición ya cantaba gol.

Hacía un frío horrible. La niebla bajaba poco a poco y el Villamuriel necesitaba moverse, aunque solo fuera por supervivencia, para luchar contra la hipotermia. Y no. No llegó la hipotermia para los cerrateños, que salieron eléctricos al campo en la segunda mitad y disfrutaron de dos ocasiones claras en los primeros minutos, y a la tercera fue la vencida. Corría el minuto 52 y un rechace acabó en los pies del máximo goleador cerrateño, Aitor, que remató desde fuera del área para marcar el 1-0 y arrancar los primeros aplausos imposibles de la grada, y es que el palmeo con guantes es un arte complejo hasta para el flamenco más experimentado. Y pocos fueron los valientes que fueron ayer al Rafael Vázquez sin un kit antihelada formado por gorro, bufanda y guantes.

El gol hizo dar un paso atrás al Villamuriel. El Santa Marta fue arrimándose cada vez más a la portería y Sevi se convirtió en el hombre del partido. El portero estuvo atentísimo en cada acción, fue certero bajo palos y se convirtió en líbero cuando su equipo lo requería. Los charros juegan bien al fútbol, tienen jugadores de calidad, pero al Villamuriel le bastó asomar las garras entre la niebla para mostrar el nombre del equipo que merecía llevarse el triunfo en la gélida tarde de ayer, en la que las hormigas de Olea salieron del hormiguero para recoger tres puntos más.

Los minutos fueron transcurriendo y el Villamuriel parecía no conformarse con el 1-0, y en el 89 Dani aportó el toque de magia que necesitaba el partido. El delantero se quedó solo ante Rubén después de hacer un regate de cola de vaca, de esos que puso de moda de Romario, pero el brasileño estaba mejor visto por los árbitros que el bueno de Dani, que se fue al suelo derribado por el portero, pero el colegiado no pitó penalti cuando todo el Rafael Vázquez Sedano pedía la pena máxima al unísono.

El árbitro no vio el penalti y decretó cinco minutos más de tiempo añadido. Todo un suplicio para la grada, que quería que el encuentro acabase cuanto antes para regresar a casa y pegarse al radiador . «Pita ya que no nos vemos», gritaba un aficionado, y es que la niebla siguió bajando, pero no tanto como para que desde la grada se dejase de ver el 1-0 en el marcador con el que finalmente acabó el partido.

Los espectadores se agolparon en el túnel de vestuarios para despedir al equipo con una ovación cerrada. El pitido final debió dar calor a la hinchada y muchos de los aficionados decidieron despojarse de los guantes para aplaudir a rabiar a un equipo de hormigas que cada vez crece más en la clasificación. El hormiguero esta lleno de provisiones y parece que Francis Olea se ha repasado la bibliografía de Esopo, y es que sus hombres están a cuatro puntos del play off, pero contemplan la posibilidad de alcanzar el cuarto puesto de la misma manera que miraba la zorra a las uvas en la famosa fábula. Parece que el play off aún no está maduro para los de verde.

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