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Marco alonso
Sábado, 28 de noviembre 2015, 21:16
Está claro que el Rafael Vázquez Sedano no es un centro comercial. En el campo cerrateño no hay centenares de compradores compulsivos en busca de gangas y descuentos imposibles, por mucho que nos hayan metido por los ojos que este fin de semana haya que darle al consumismo a ultranza, esté uno donde esté, ya sea en un campo de fútbol, en El Arambol o en el baño. Pero al Plásticos Magonsa Villamuriel le dio igual el escenario y se fue de compras al Rafael Vázquez Sedano para celebrar el black friday, esa fiesta de nuevo cuño que llega para adelantar las adquisiciones navideñas y que sirvió ayer para que el equipo dirigido por Francis Olea acabara la tarde sin sensibilidad en las manos por el peso de las bolsas cargadas de goles con las que terminó la decimoquinta jornada de Liga.
Todo hacía indicar que la tarde de compras no sería muy prolífica para los cerrateños, que llegaban al choque con la tarjeta bajo mínimos. Y es que el presupuesto de un recién ascendido no da mucho de sí, por mucho black friday que sea, pero ayer hubo descuentos de escándalo en la zaga del Villaralbo y el primero en aprovecharlo fue Javichi en el minuto 6 de juego. El delantero se fue en velocidad y la defensa zamorana se quedó mirando el número 10 que lucía en la espalda el genial punta del cuadro cerrateño, que cruzó el balón para establecer el 1-0 en la primera llegada del partido. Ni siquiera le hizo falta entrar al probador al Villamuriel para meter el primer gol en el carrito.
La primera alegría no tardó en llegar, pero el primer contratiempo, tampoco. Iván notó unas molestias en su rodilla y tuvo que ser sustituido en el minuto 22. Las blasfemias del mediapunta se escucharon en todo el Rafael Vázquez Sedano, pero, hasta con irreverencias y juramentos, el de arriba estaba ayer con los de verde. En el lugar de Iván entró Marcos Belerda, que se colocó en el centro del campo y la lesión no obligó a Olea a cambiar su dibujo.
Nadie esperaba un escenario como el que se dio a la primera de cambio y el partido se desordenó un poco. El Villaralbo parecía no querer la responsabilidad de la posesión, que es lo que le tocaba con un resultado adverso, y los minutos fueron pasando sin que hubiera un dominador claro. Con mucho juego en el centro del campo y sin ocasiones claras, el partido llegó al descanso, y el Plásticos Magonsa Villamuriel comenzó a preparar la estrategia para la segunda parte.
La lógica decía que los de Olea tenían que juntar sus líneas y esperar agazapados a su rival, pero un equipo de corazón como es el cerrateño entiende poco de lógicas y se guía más de sentimientos. Cada vez que los de verde veían la posibilidad de salir en tromba en busca del segundo lo hacían, exactamente igual que una adicta a las compras en el momento que abren la puerta del Corte Inglés el primer día de rebajas. Pero, pese a las rápidas ocasiones locales, lo que pudo llegar antes del segundo gol cerrateño fue el primero del Villaralbo por mediación de Villa, que con un fuerte testarazo estuvo a punto de marcar, pero enfrente se encontró con un Alberto bien colocado que respondió al tiro con una buena parada.
El partido se volvió entonces un tanto alocado y la grada si es que así se puede llamar al lugar en el que se sientan los espectadores del Rafael Vázquez Sedano disfrutó de lo lindo. De un lado a otro, las ocasiones se fueron sucediendo. Olea sentó a Javichi y en su lugar salió un eléctrico César Simón, que pudo marcar hasta en dos ocasiones, pero no acertó para desesperación de una afición que no quería sufrir más de la cuenta. Pero ya se sabe que para lucir hay que sufrir y alguna prefiere estar muerta que sencilla. Marcos Belerda no acabó muerto ayer, pero si que perdió algo de sangre después de un encontronazo que acabó en brecha. Un aparatoso vendaje fue el complemento perfecto para el mediocampista, al que no le importaron sus heridas para cuajar un partidazo para enmarcar.
Todavía quedaba sitio en la cesta de la compra cerrateña para dos goles más. El Villaralbo se echó arriba a la desesperada y el equipo de Francis Olea aprovechó el atrevimiento zamorano para cerrar el partido con dos goles en los últimos minutos. Aitor marcó el segundo después de que César Simón le dejase solo con un gran pase, y el propio Simón cerró el marcador con un tercer tanto en el último minuto de juego.
No les hizo falta tener una personal shopper a los del Cerrato para disfrutar de una fructífera tarde de compras. Tres goles, tres puntos y, como recompensa, ya son undécimos en la clasificación de la web de la Federación de Castilla y León. Las compras on line también han ido bien.
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