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Messi, abrazando a Pedro.
El 'sextete', a cuatro partidos pero sin Pedro
SUPÈRCOPA DE EUROPA

El 'sextete', a cuatro partidos pero sin Pedro

El Barcelona sufrió en una final que se complicó tras tenerla decidida en el minuto 50 y en la que Messi, letal a balón parado, quebró uno de sus pocos récords por batir.

Rodrigo Errasti Mendiguren

Martes, 11 de agosto 2015, 23:43

Fue una final de verano, de esas que no sirven para imaginarse cómo será el resto de campaña. Sobe todo porque la decidió alguien que en octubre no estará. La suplencia de Pedro en la final fue la sorpresa de la noche. «Me ha dicho que quiere irse. La cláusula de Pedro no es negociable, pero puede ser su último partido», explicó Robert Fernández, secretario técnico. En la prórroga tuvo que salir y decidió. Su gol fue la guinda a un maravilloso encuentro de verano para el espectador neutral con goles y errores quizá provocados por el calor. En el inicio cada disparo a balón parado era un gol. Pegó primero el Sevilla, por medio de Ever Banega. Talento argentino, pero muy lejos del que tiene Leo Messi. Cuando el mundo cree que ya no hay retos que deba superar, ni estadística por romper aparece el 10 para destrozarlos. No admite comparación con nadie, no hay nadie como él.

Nunca había hecho Messi dos goles de falta seguidos. Debió pensar que una final europea era un gran día para conseguirlo. Y lo hizo en solo 9 minutos. El primero desde cerca, junto a la media luna, superando la barrera y a un Beto que no llegó a quitarla de la escuadra. La segunda era más lejana y parecía casi imposible que repitiera. Pues lo hizo, ajustando la pelota al palo en el que estaba el meta luso del Sevilla.

Un Sevilla no se rinde

El Sevilla se quedó tocado, pero no le perdió la cara al partido. Era inferior pero seguía empeñado en salir jugando desde atrás en inferioridad ya que el Barça presionaba con uno más. Eso le costó un gol antes del descanso, en el que Luis Suárez falló pero fue capaz de reaccionar para asistir a Rafinha. El mérito de Luis Enrique no es que sus cracks jueguen bien, si no que presionen de ese modo tan voraz y ahoguen al rival. Así llegó el 4-1. El delantero uruguayo, al regresar de la caseta, puso lo que parecía la sentencia a los siete minutos. Y es que con 40 minutos por delante y tres goles de desventaja parecía todo terminado.

El Barça arrasaba por inercia, por la inercia de Messi y se dejó ir quizá porque no contaba con que, como dice la canción, el Sevilla nunca se rinde. Pese a las bajas, el cansancio y el resultado tuvieron fe. Tiró de fuerza mental, no perdió la cara al partido, logró el 4-2 y entonces Luis Enrique quitó a Iniesta, que dejó el brazalete de capitán con un beso a Messi, por Sergi Roberto. Ese cambio, incluso más que prescindir de Rafinha por un Bartra que falló en el 4-4, fue decisivo. No estuvo fino tampoco Mathieu, que tuvo problemas como lateral, no estuvo fino en el 4-2 y, sobre todo, cometió un absurdo penalti en el 4-3.

Con diez minutos por delante, ninguno buscó la prórroga. Messi pudo evitarla pero su tercer golpe franco se fue lamiendo la cruceta para alivio de un Beto que antes había ganado confianza parando alguna intentona culé. Podía haber sido su gol 25 al Sevilla, el equipo al que más veces ha marcado.

Pedro, tras otra falta de Messi

En la prórroga entró Pedro por Mascherano, intentando el técnico asturiano su equipo recomponer el desaguisado provocado con un regreso al 4-3-3. El canario estuvo fino, ante un Sevilla que se metió atrás esperando que Beto emulase la final de Turín. El portero luso sacó una mano soberbia tras un zapatazo de Messi posterior a un golpe franco en el que Banega cometió un claro penalti. Pedro aprovechó el rechace y permitió que su equipo pueda aspirar al reto de conseguir el sextete por segunda vez.

No estará para ayudar como en 2009, pero deja a su equipo a solo a cuatro partidos. Dos, los correspondientes a la Supercopa de España, se producirán este mismo mes ante el Athletic, el primero el próximo viernes en San Mamés y el segundo el próximo lunes 17 en el Camp Nou (ambos a las 22 horas retransmitidos por Telecinco). Si es capaz de superar a los leones, a los que han vencido en las anteriores ediciones recientes del torneo en las que ambos se midieron (2009 y 2012) el reto deberá esperar cuatro meses.

Mundialito en Japón

El Mundial de Clubes se disputa en diciembre, del 10 al 20 en Japón, aunque los azulgranas sólo tendrán que jugar dos partidos: la semifinal y la final. Por el momento ya sabe que River Plate, al que solo se enfrentaría en la final, Club América y Auckland City serán tres de los rivales, a falta de concretarse los otros tres, que saldrán de las Ligas de Campeones de Asia, de África y de la Liga de Japón, este último por ser el país anfitrión. Pedro se irá pero estaba claro que si iba a salir se merecía irse así, porque fue muy importante en el anterior sextete, con aquel gol en la prórroga en Mónaco y el del Mundialito en Abu Dabi ante Estudiantes. Y en caso de que se logre otra vez, aunque ahora se marche, también estará en la historia.

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