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miguel García Marbán
Sábado, 4 de junio 2016, 20:58
Medina de Rioseco y el Canal de Castilla fueron ayer una gran fiesta de las bicicletas, gracias a la celebración de la octava edición del Desafío Canal de Castilla. Más de medio millar de ciclistas, a golpe de pedal y con gran esfuerzo, recorrieron los 160 kilómetros que separan Alar del Rey de la Ciudad de los Almirantes.
No era una competición. No hubo meta. No había clasificación. «El único objetivo era que los participantes fueran capaces de cumplir un reto y de disfrutar del Canal de Castilla», según explicó el coordinador de la actividad, Carlos Valdeomillos, quien mostró su satisfacción por haber logrado 100 ciclistas más que el año pasado.
A pesar de esa ausencia de competición, a media tarde, el primero en llegar a la dársena de Medina de Rioseco fue Manuel Ortiz, de la Asamblea Ciclista de Valladolid, que hizo el recorrido en un excelente tiempo de 6 horas y 3 minutos. Para Ortiz, «es una ruta superaconsejable que cualquiera persona que le guste la bicicleta o el senderismo puede hacer». Más de una hora y media después llegaba la primera de las 35 mujeres participantes, Cristina Mezquita, de Aguilar de Campoo, quien indicó «lo completa de la ruta y lo perfecto de la organización, pero también bromeó diciendo que en ningún momento ha sido siempre cuesta abajo», en relación a lo que se había informado en la publicidad.
La mayoría de los participantes fueron de Valladolid y otras localidades de la región, aunque también los hubo que llegaron de Madrid, País Vasco, Asturias y Galicia. Los consabidos pinchazos, algunas caídas sin importancia y tirones y calambres musculares fueron los únicos incidentes de una prueba en la que los participantes repiten al año siguiente, por lo que lo tenemos que estar haciendo bien, añadió Carlos Valdeomillos, que no quiso olvidar la excelente participación femenina.
Para el alcalde riosecano, Artemio Domínguez, que estuvo muy atento a llegada de los ciclistas, «se constata la importancia de la marca Canal de Castilla desde el punto medioambiental, pero también desde el deportivo». Domínguez expresó «el orgullo de Medina de Rioseco de recibir a tantos ciclistas que han hecho el gran esfuerzo de recorrer tantos kilómetros a través de una paraje tan histórico y único».
Un buen masaje, sabrosas viandas y refrescantes bebidas isotónicas sirvieron para que los esforzados y cansados ciclistas, con la tranquila y bella imagen de la lámina de agua de la dársena riosecana, empezaran ya a pensar en la novena edición del desafío Canal de Castilla.
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