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Filip
Kallman llena de ilusión Huerta del Rey
Balonmano

Kallman llena de ilusión Huerta del Rey

El Atlético Valladolid y su afición rindieron un sencillo y sentido homenaje al fallecido Lalo García

Miguel Ángel Pindado

Domingo, 26 de abril 2015, 01:11

Tan solo estuvo sobre el parqué cinco minutos en la primera mitad y cuarto de hora tras el descanso, pero suficiente para que Huerta del Rey rebosase ilusión. Un tipo que sobresale con sus más de dos metros de altura, del que se espera con devoción sus lanzamientos desde los nueve metros, esos que hace ya unos años que desaparecieron de Valladolid. Y el joven Filip Kallman ofreció un poco de todo. Marcó tres goles, dos de ellos desde la distancia esos cañonazos que solo se ven en los equipos grandes, dio dos excelentes asistencia a los pivotes e incluso intentó defender en el lateral. Y es que solo lleva tres entrenamientos con su nuevo equipo después de estar más de un mes sin jugar. Necesita ponerse a tono y tomarle el pulso a esta categoría tan correosa y peleona, que está en las antípodas de su desgarbada apariencia. Pero sin lugar a dudas que llenó el pabellón de ilusión. Si este joven sueco es capaz de acoplarse a los sistemas del equipo y a la categoría, sin duda que será uno de los protagonistas del final del temporada.

Pero está claro que el partido ante el Octavio no lo ganó el sueco, sino el trabajo sufrido y duro de sus nuevos compañeros, de los que llevan defendiendo la camiseta del Atlético Valladolid desde su fundación. Porque el Academia Octavio, un equipo muy joven y con chavales de mucha calidad, no se rindió en ningún momento, hizo su partido, intentó marcar un ritmo endiablado , se le subió a las barbas a los vallisoletanos nada más comenzar la segunda parte y solo las exclusiones, su falta de banquillo para aguantar su propio ritmo y el trabajo del Atlético Valladolid le impidió llevarse algo positivo de Huerta del Rey.

Y eso que de salida, los hombres de Nacho González parecían de otra galaxia ante la defensa de los gallegos. Una vertiginosa velocidad y una evidente superioridad en los uno contra uno, hacían que el partido enseguida se decantase del lado local. Solo la falta de acierto en el lanzamiento impidió una mayor ventaja en los primeros cinco minutos.

Poderío, pero sin orden

El Atlético era el claro dominador, pero también se convirtió en su peor enemigo ya que los cinco minutos siguientes fueron un compendio de fallos, malas entregas, pérdidas y caos en el ataque, seguido de una mala defensa, lo que propició que el Octavio se viese en la obligación de empatar. Cuando los vallisoletanos olvidaban la pizarra, el desbarajuste se adueñaba del equipo y los intentos de hacer cada uno la guerra por su cuenta se saldaban con errores y goles en contra. Pero la superioridad era evidente. Incluso con un hombre menos, los del Atlético, en cuanto veían las orejas al lobo, tocaban a rebato y en un abrir y cerrar de ojos volvían a marcharse en el marcador. Si los gallegos marcaban un gol de contragolpe, Fernando respondía acto seguido. A los 26 minutos, el nuevo fichaje, Filip Kallman hizo su debut con la camiseta del Atlético Valladolid. Y marcó el 14-10. Pero no había disciplina en el Atlético Valladolid, por lo que acumuló muchas pérdidas y se marchó al descanso con un ajustado 16-14. Y es que también el Octavio conocía las dificultades defensivas del sueco y centró todo su ataque por ese lado, conscientes de que un tipo de más de dos metros se las ve y desea para frenar a un jugador mucho más bajito y rápido.

Tras el paso por el vestuario, el Octavio salió peleón. En apenas un minuto había conseguido empatar el partido (16-16) y vuelta a empezar. El técnico gallego comenzó su particular tablero táctico amagando con defensas 5-1 para dificultar la circulación y el juego local. Pero no contaban con la aparición de Rey en la portería. Sus paradas frenaron las ilusiones de los gallegos y ademas sirvieron para que el resto del equipo se pusiera las pilas. Además, Nacho González centró bien las ideas del grupo con un acertado tiempo muerto. El Atlético regresó con una defensa más agresiva, mejores ayudas y con un Rey soberbio. Yse acabó. Tres goles anotó el conjunto gallego en los últimos quince minutos. Las diferencias fueron aumentando y sobre todo la sensación de poderío de los vallisoletano. Kallman tuvo de nuevo la oportunidad de lucirse y lo hizo con dos excelentes pases a los pivotes, que ya no tendrán excusa de que el balón no les llega en condiciones o de que no pueden agarrarlo.

Y ahora, a sumar cuanto antes, si es posible la próxima semana, una nueva victoria que garantice matemáticamente la presencia en los play-off de ascenso.

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