El líder cae en Huerta del Rey

Dicen que superar tus propias carencias es la mejor manera de alcanzar tus metas. Y el Atlético Valladolid fue una clara muestra de ello. El líder, el GO Fit Sinfín cántabro, que llegaba con la vitola de líder después de haber ganado las dos jornadas que habían transcurrido de competición, era un hueso duro de roer. Dirigidos por un soberbio central como Alejandro Álvarez, hizo sudar tinta a los hombres de Nacho González. La defensa 6-0 de los cántabros se cerró ante la falta de lanzadores puros con la que cuenta el club vallisoletano. Sin un lanzapiedras al uso, los locales recurrieron a correr y a las acciones de sus penetradores. Cuando el equipo corrió con cabeza, en el tramo central del primer tiempo, fue un torbellino que desarboló a los visitantes. En el momento en el que un tocado Fernando Hernández abandonó la pista, el cuadro local se diluyó. Déficit de madurez, déficit de lanzamiento...

Pese a esas limitaciones, el equipo vallisoletano fue capaz de rehacerse en el segundo tiempo y aguantar en un partido en el que el conjunto cántabro llegó a colocarse a un gol en varias ocasiones en los minutos finales. Los pupilos de Nacho González aguantaron el tirón para cosechar una victoria que alimenta la idea de que las cosas se están haciendo bien en función de las limitaciones.

El choque comenzó igualado. El GO Fit Sinfín llegó a disfrutar de una mínima renta en los primeros instantes de partido. Pero, con un soberbio Fernando Hernández, el cuadro vallisoletano abrió una brecha importante hacia el ecuador de la primera mitad. La defensa y la portería funcionaban, por lo que los vallisoletanos podían correr. El 10-5, con un 5-1 de parcial, obligó a Rodrigo Reñones a pedir un tiempo muerto.

El Atlético Valladolid siguió a lo suyo y la renta llegó a alcanzar los siete tantos. Con 17-10, Alejandro Álvarez y los suyos despertaron. Fernando ya había cogido el camino del banquillo por culpa de una contractura. Y si general no está al frente de las operaciones bélicas, la tropa lo nota. Así pasó. Los cántabros endosaron un parcial de 1-5 y se marcharon al descanso con un más ajustado marcador de 18-15.

El Atlético Valladolid vio, en el arranque de la segunda mitad, como los hombres de Reñones se colocaban en un abrir y cerrar de ojos a un gol (18-17). La sangría se contuvo ahí. Los visitantes encontraron entonces en su meta Ernesto Sánchez, que se estrenó en el segundo tiempo bajo los palos, un muro. Detuvo varios contragolpes locales y evitó que el conjunto castellano volviese a irse en el electrónico.

Los errores en el lanzamientos claros pudieron ser letales. Nacho González devolvió a la pista al renqueante Fernando Hernández en el puesto de un desacertado Lacasa. Y ahí estuvo la clave. El equipo local llegó a disfrutar de una renta de cuatro goles (27-23 y 28-24), pero Alejandro Álvarez no pensaba rendir la plaza. El central y su conexión con el pivote Herrero volvieron a situar a los visitantes a un solo gol en tres ocasiones. Dos goles finales de Fernando Hernández y Turrado evitaron que los puntos se marchasen de Huerta del Rey al colocar el definitivo 33-30.

El triunfo del Atlético Valladolid supone un refuerzo para el trabajo que se está haciendo. El equipo aguantó, se repuso de los malos momentos y tumbó a un buen equipo, a uno de los que seguro va a estar en la pelea por el ascenso. Los de Nacho González se sobrepusieron en el momento justo y aguantaron sin descomponerse. Una victoria con un enorme mérito.