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Esther Bengoechea
Miércoles, 29 de abril 2015, 00:57
Con la ovación de la afición, que desplegó una pancarta gigante para dar su aliento a los jugadores morados, comenzó ayer el partido más importante del Quesos Cerrato de la temporada. Los jugadores de Lezcano se medían al Breogán Lugo en el segundo encuentro de cuartos de final del play off sin margen para el error, ya que habían perdido el primer choque en tierras gallegas. Así, el club colegial decidió desprenderse de los nervios, de los agarrotamientos, y disfrutar sobre el parqué del Marta Domínguez.
Y vaya si lo hicieron, ellos y todo el público local, que convirtió el encuentro en una fiesta. Con esta victoria del conjunto palentino en la fase de ascenso (81-66), se iguala la eliminatoria, jugándose todo ambos conjuntos el viernes en Lugo.
Dani López inauguró el marcador del pabellón mientras Urko contrarrestaba con otra canasta de dos y ponía tablas en el luminoso. El partido iba transcurriendo sin sobresaltos, ahora anotas tú y ahora yo, hasta que la colegiada del partido se convirtió en protagonista al señalar una técnica a Nacho Lezcano que encendió aún más a las ya calientes gradas del pabellón, que no estaban de acuerdo con muchas de sus decisiones arbitrales. Cortaberría hacía la última canasta del primer cuarto, que concluía con un igualado 16-18.
El despegue palentino, alentado por el empuje de la afición, llegó en los segundos diez minutos de partido, después de la polémica agresión de Van Wijk, que se saldó con técnica para el holandés y para Quinn McDowell. Tras unos minutos de precipitación de los morados, que parecía que estaban disputando el último minuto del choque en vez de la primera parte, llegó el mejor parcial del encuentro para los jugadores locales, que comenzaron a romper el partido. Los triples de Dani Rodríguez y Jon Cortaberría, seguidos de una canasta de Quinn y nuevamente del base catalán, sumaban diez puntos a los palentinos, que se ponían 37-26 en el luminoso, la mayor ventaja de todo el partido. Tras otra jugada polémica, donde pitaron falta a Mbaye, llegó el 41-34 con el que se ponía punto y final a la primera parte del choque.
El paso por los vestuarios no benefició a los locales, que saltaron un poco desconcertados a la pista del Marta Domnínguez, y así los gallegos les endosaron un parcial de 0-4 que les metió de lleno en el partido. Los de Nacho Lezcano, con menos soltutra en ataque, no lograban mantener la ventaja e irse del partido. Hasta que llegaron Urko Otegui y Quinn McDowell, que anotaron canasta y además lograron tiro adicional. Volvía la ventaja de diez puntos al marcador del Quesos Cerrato, y esta vez para quedarse. El colchón de puntos se veía aumentado tras los dos libres anotados por McDowell, al que tanto se había echado de menos estas pasadas jornadas.
Con el partido de cara para los locales, la plantilla lucense perdió a Sergio Sánchez, quien fue expulsado del encuentro después de realizar dos técnicas. Fornas y Forcada anotaban sus correspondientes tiros libres y ponían el 63-46 en el marcador. Se llegaba así al último cuarto con 64-49.
Los últimos diez minutos del encuentro fueron un mero trámite para los palentinos, que simplemente tuvieron que aguantar las embestidas de los visitantes, más fuera que dentro del partido. La plantilla morada disfrutaba sobre la pista jugando y deleitando a los suyos, fallando y volviendo a empezar. Volvían a ser aquel equipo que aspiraba a todo antes de ser duramente castigado por las lesiones. Con el 81-66 final, se escuchaba el Sí se puede en la cancha palentina, que no quiere despedirse de la fase de ascenso. El sueño se alarga hasta Lugo.
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