Todo son pulgas

Imagine el lector una alambrada de agudas espinas rodeando el Pabellón Marta Domínguez de Palencia, al de la taquilla armado hasta los dientes tras la ventanilla y al de la cafetería con el cuchillo de cortar la tortilla más afilado que una katana. Aquí no se entra, y si alguno osa, nada se llevará de esta cancha. Al Quesos Cerrato le han birlado ya demasiados puntos este año en sus dominios y tenía que fortificarse, recibir así a un MyWigo más oriental que vallisoletano, que lleva meses sin cobrar pero que las huelgas las hace a la japonesa, trabajando más si cabe sobre el parqué y demostrando sus jugadores un compromiso digno de encomio, luchando por colocar al equipo lo más arriba posible en la parrilla de salida del play off. Lo dicho, más nipones que uno de Tokio los de Porfi Fisac, que ya había avisado en la previa que en Palencia les esperaba «un animal herido», un Quesos Cerrato que sí es modelo de gestión económica, una rara avis en la categoría, pero que ha torcido su rumbo en la parcela deportiva. Se embriagó tanto el equipo de Lezcano con la Copa Príncipe que aún no ha sudado la resaca, que ha dejado escapar (la plaga de lesiones ha ayudado lo suyo, es verdad) ese premio extra del factor cancha en todo el play off siempre que quedara entre los cinco primeros al final de la Liga.

El derbi castellano y leonés lo presentaba Fisac como una pelea entre ese animal herido, necesitado de una victoria como el comer, y otro «debilitado» por las circunstancias extradeportivas, un MyWigo Valladolid que se ha «liberado» de la tensión plasmando en un comunicado sus dudas sobre una directiva que no trae dinero a casa para pagar a los jugadores. Liberado no quería Fisac que fuese sinónimo de relajarse, de falta de tensión en la pista del Marta Domínguez. Y sus jugadores le entendieron este viernes a la perfección, con unos primeros minutos en los que defendieron y atacaron con criterio, acertado Uriz en la dirección y Lucas y Stobart en la zona, con lo que el MyWigo Valladolid se colocaba 9-15 en el marcador a falta de 3:36 y obligaba a Nacho Lezcano a pedir tiempo muerto. En el Quesos Cerrato, Gantt reclamaba protagonismo con cinco puntos antes de ser sustituido por Cortaberría, que retornaba al equipo tras su lesión. Su primer lanzamiento fue un triple que reducía a tres la diferencia, pero el equipo de Lezcano erraba más en el pase y en las entradas a canasta. El MyWigo estaba liberado, relajado, pero como todo aquel que se cuela en propiedad privada para afanar lo que se pueda, alerta y vigilante. No quería dejar huellas, viendo a Alvarado cómo limpiaba la pista con una mopa tras una interrupción del juego. Forcada volvía a poner al Quesos Cerrato arriba con dos tiros libres (16-15), y Dani Rodríguez aumentó la renta a tres puntos, pero Montañez, con un tiro de calidad, ponía el cierre al primer cuarto (18-17).

El efecto Roger no se produjo en el inicio del segundo cuarto, con el ex del Valladolid fallando dos triples seguidos, y el MyWigo continuaba a lo suyo. Tranquilo y seguro, como Montañez con su muñeca, anotando un triple que ponía el 18-24 en el marcador. Nacho Lezcano pedía tiempo a falta de 6:26 tras la canasta de Uclés, viendo cómo su equipo permitía segundas opciones en su zona y se mostraba fallón en la contraria. No había claridad en el Quesos Cerrato, todo lo contrario que en el MyWigo, que exprimía su mayor rotación. Los tirones de los de Porfi Fisac sembraban de dudas a los locales, que trataban de endurecer su defensa, pero Uriz se sumaba a la coral de tiro vallisoletana y, con siete puntos consecutivos, ponía a su equipo ocho arriba (25-33). El deseado Cortaberría, con otro triple, impedía que la brecha se abriera más, pero como a perro flaco todo son pulgas, Forcada se lesionaba a falta de 1:21, y la cara de Lezcano era un poema viendo que se quedaba con otro menos (así fue). Y Pino, un jugador por el que suspiró el Quesos Cerrato, irrumpía también en escena y disparaba a su equipo hasta los trece puntos camino del vestuario (28-41). Ni alambrada ni gaitas, el Quesos Cerrato estaba herido pero no en su orgullo, un parcial de 10-24 en el segundo cuarto le estaba desangrando.

Más agresivo en defensa, el Quesos Cerrato emitía señales de vida en la reanudación, pero Pino era una ametralladora. Con dos triples, el alero del MyWigo volvía a callar al Marta Domínguez. Lezcano recurría hasta a Mbaye, que aún no había debutado, para dar un respiro a su mermado perímetro. El MyWigo se estrellaba contra la defensa palentina, pero el Quesos Cerrato seguía cediendo rebotes. Con todo, en el intercambio de golpes, apretando los dientes en defensa, los de Lezcano iban reduciendo la desventaja (41-49, a falta de 3:14). Arteaga se redimía atrás y Dani Rodríguez en ataque, pero el WyWigo se mostraba muy serio, con Montañez de nuevo cerrando el cuarto, esta vez con un triple (47-57). Estaba realmente complicado para los de Lezcano, pero no se les podía recriminar falta de actitud. Se estaban dejando todo en el campo ante un equipo que de profesionalidad anda también sobrado.

Dani Rodríguez comenzaba a ser Dani Rodríguez en el inicio del último cuarto, la dirección con la lesión de Forcada era suya. Y el tiro, también, colocando a su equipo 53-59 a falta de 6:26. Cada defensa era ir a la guerra. Duro un equipo, más el otro. Increíble la intensidad de ambos en cada zona. Dani Rodríguez se echaba definitivamente el equipo a la espalda en ataque y Fornas, esta vez su efecto sí fue efectivo, anotaba un triple que ponía el 61-63 a falta de 4:52. Qué partidazo. Pero el MyWigo no cedía, la experiencia de Montañez y Uriz era un grado, y los vallisoletanos volvían a escaparse (61-71). Esta vez parecía la definitiva, con un Montañez letal, aunque Dani Rodríguez, en su mejor partido con el Quesos Cerrato, mantenía a los suyos con esperanza. Débil esperanza, con 66-73 a falta de 1:17. Y tras la canasta de Uclés, otro de los destacados en el MyWigo, perdida ya por completo. El animal debilitado se mostró este viernes vitaminado, y el animal herido va camino del veterinario, flaco y lleno de pulgas.