La tertulia alemana de Valladolid cumple 60 años
El Círculo Hispano Germánico celebra su medio siglo de entidad colaboradora del Instituto Goethe en Castilla y León
Aún no había libertad de reunión, así que los fundadores del Círculo Hispano Germánico convivían con un agente de la ley hasta que se aburría ... porque allí se hablaba alemán. El Círculo Hispano-Germánico celebra sus 60 años y el medio siglo como centro examinador de la lengua alemana en Castilla y León.
Fue un grupo de profesores universitarios que habían completado su formación en Alemania los que crearon la asociación para «mantener la lengua viva», apunta su presidente Eduardo Pedruelo. Pedro Gómez Bosque, Emilio Zapatero Ballesteros, Marino Barbero, Jesús Casas Carnicero, Fernando Muñoz Box, Jesús de la Heras, Federico Wattenberg, José Constantino Nalda o Fernando Altés fueron algunos de aquellos notables. También se sumaron emigrantes regresados y estudiantes, además de lectores germanos de español que estaban en Valladolid.

«El lugar de encuentro y las clases ha sido el núcleo de la actividad de la asociación». Una década después se convertían en referencia de los 'examinadores' oficiales de la lengua teutona en Castilla y León. «En una reunión en Madrid nos dimos cuenta de nuestra singularidad. Somos los más antiguos en poder examinar, desde el curso 1974-1975, porque eso estaba reservado a las ciudades que tenían colegios alemán oficial –Madrid, Barcelona, Bilbao, San Sebastián y Sevilla– y después a los colegios privados alemanes de las afueras de Madrid. Aquí, sin embargo, han vendió desde hace medio siglo a examinar del Instituto Alemán que luego fue el Instituto Goethe».
Con 120 socios, sus ingresos proceden de las clases y las cuotas. «También tenemos una ayuda de la Fundación Municipal de Cultura para las actividades del 'Otoño alemán'». Su calendario se ha ido adaptando a los cambios sociales. «Antes se observaban muchas tradiciones alemanas en Navidad, se cantaban villancicos, hacíamos coronas, se cocinaban platos típicos. Eso ya no se hace».
El número de alumnos varía en función de la coyuntura. «Sentimos bastante la crisis de 2008. Por otro aparte la motivación laboral es fuerte para aprender alemán. Cuando Angela Merkel invitó a ir a trabajar a su país hubo un florecimiento de nuestra actividad». Entre su acción social está la ayuda a los emigrantes para conseguir sus papeles de jubilación. Han cambiado cuatro veces de sede mudándose de la calle 20 de febrero a la calle Solanilla, después a Rinconada y finalmente a Recoletos.
Irene Carvajal, concejala de Cultura, y Tony Heinig, director académico del Goethe Institut de Madrid, les acompañaron en la celebración.
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