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Anuncio sobre el estreno de 'La naranja mecánica', en la plaza de Zorrilla en 1975.
El día en que... Kubrick no quiso que 'La naranja mecánica' se estrenara en Valladolid

El día en que... Kubrick no quiso que 'La naranja mecánica' se estrenara en Valladolid

La película se proyectó durante la Seminci de 1975... con aviso de bomba incluido

Víctor Vela

Sábado, 22 de octubre 2016, 09:53

Cuenta El Norte de Castilla que «la gran expectación» de la vigésima edición de la Seminci (en 1975) estaba centrada en La naranja mecánica, película que cuatro años antes ya se había estrenado fuera de España (de visión «obligada en la salida de españolitos al extranjero», como Emmanuel, Los cuentos de Canterbury o El portero de la noche, decía El Norte), pero que tuvo que esperar para exhibirse aquí «merced a ese hálito de tabú con que nuestra censura había adornado la película durante cuatro largos años», explicaba J. A. Rodero para El Norte el 24 de abril de 1975.

Las páginas del periódico mostraban larguísimas colas para asistir a la proyección de la película, que el 24 se exhibía en el Carrión, después de su estreno para abonados, un día antes, en versión original con subtítulos en español, en el Coca, a las 22:30 horas. «Muchos jóvenes durmieron anoche en la calle, guardando religiosa cola para hacerse con una entrada», decía el diario. La organización del festival tuvo que limitar incluso la venta. «Ante la gran demanda de localidades para la proyección de la película La naranja mecánica, y con el fin de poder atender a la mayoría de peticiones, se limita la venta de localidades, como máximo, a cuatro por persona», informaba la Seminci en una nota pública. Y alrededor de las colas (con mucho joven, de Valladolid pero también llegado de Madrid y otras ciudades) hubo cordones policiales de vigilancia.

Llegó la película tan solo unas semanas después de que el Boletín Oficial del Estado (el 1 de marzo) publicara las nuevas normas de calificación cinematográfica, con las que quedaban derogadas las de Censura Cinematográfica de 1963 «que han servido para controlar la exhibición de filmes en España nada menos que durante doce años». Y la Seminci se aprovechó de esa nueva normativa para estrenar el filme de Kubrick, que durante cuatro años estuvo prohibido en nuestro país.

En aquel año 1975 el director del festival era Carmelo Romero, quien vio por primera vez la película en Montreal, en 1972. En una entrevista para el Diario de Sevilla (en febrero de 2011), Romero explicaba: «Por entonces (en los años 70) era normal que la Dirección General de Cine del Ministerio pactara con las distribuidoras la exhibición especial en festivales de películas problemáticas; se trataba de probar, de ver la reacción de la gente, y a partir de ahí, autorizar su distribución o no».

Pero el camino de La naranja mecánica en Valladolid no fue tan sencillo. La productora y dueña de los derechos de distribución era Warner y reclamó a la Seminci que devolviera la copia que ya le habían enviado con el argumento de que se la iban a cambiar por una de mejor calidad para su proyección en Valladolid La explicación que se dio a la prensa (y que publicó El Norte) es que el rollo había venido sin subtítulos. «Yo la devolví, a pesar de que un amigo del Ministerio me había advertido de que no lo hiciera», apunta Romero. «Pasaron los días y la segunda copia no llegaba. Hasta que descubrí lo que ocurría. El mismo Kubrick se enteró de nuestra intención de proyectarla y tal vez Valladolid no le pareció el lugar idóneo; lo cierto es que mandó a la Warner secuestrar la cinta. Y así lo hicieron».

Comenzaron entonces las negociaciones del festival con Kubrick. «Escribí una carta para que la llevara mi amigo en la que aseguraba a Kubrick que La naranja mecánica se proyectaría en la Universidad, lo que al parecer sí era de su agrado, y con las condiciones de imagen y sonido que él considerara oportunas. Mentimos como bellacos, pero al final accedió, a cambio de una serie detallada de instrucciones que, claro, no cumplimos», recordaba Romero.

Tampoco la proyección fue tranquila porque a la mitad, entró un policía en la sala preguntando por el director de la Seminci, ya que se había recibido un aviso de bomba que obligaba que detener la proyección y evacuar a la gente. Al final, no se hizo y los espectadores pudieron ver hasta el final 'La naranja mecánica', considerada hoy una película de culto.

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