Gabriela Ortiz, compositora residente de la OSCyL
«Lo que sucede con los migrantes mexicanos en EEUU rompe con la dignidad humana»La Sinfónica de Castilla y León ha interpretado varias obras de la ganadora de tres 'grammys' durante esta temporada, la última este viernes en Salamanca
Hija del folk mexicano, Gabriela Ortiz suma la música popular, los ritmos latinos y la escritura clásica. Compositora residente durante esta temporada en la Orquesta ... Sinfónica de Castilla y León, se han estrenado algunas de sus partituras en España desde en auditorio Miguel Delibes. La OSCyL participó en el FÁCyL salmantino con un programa que incluía 'Antrópolis'. El último disco de la Filarmónica de Los Ángeles, dedicado a su obra, a las órdenes de Dudamel y con María Dueñas de solista, ha recibido tres 'grammys'.
–¿Cómo surge 'Antrópolis'?
–Fue un encargo de Carlos Miguel Prieto, director mexicano para el Carnegie Hall y la celebración del 80 aniversario de Philip Glass. Se iba a interpretar con una de Glass, que llevaba dos juegos de timbales y con 'La Noche de los Mayas', de Silvestre Revueltas, que lleva trece percusionistas. A Carlos se le ocurrió que podía escribir una obra para dos timbalistas, más trece percusionistas. Negocié con él, porque esa obra estaría condenada a no volverse a tocar. La obra empieza con una cadencia de timbal, que es algo muy poco común en el repertorio de la música de concierto. Me gusta mucho bailar. Hay mucha leyenda sobre los clubes de baile en México. Muchos ya desaparecieron, y siempre quise hacer una obra que fuera un recorrido nocturno por estos antros. Mi esposo, que es flautista, Alejandro Escuer, me dio el título. Es una obra divertida, sin más pretensión que la del gozo.
–Muchas de sus obras tienen historia. ¿Hasta qué punto necesita contar, ser programática?
–No todo es programático, pero sí hay muchas obras que tienen una idea conceptual atrás. A veces pienso en cosas musicales, que son muy abstractas, pero normalmente el punto de partida tiene que ver con ideas muy precisas. Por ejemplo, 'Dzonot', que es este concierto para cello, que lo interpretará aquí en septiembre Johannes Moser. Tiene que ver con el cambio climático. Dzonot es la palabra en maya para decir cenote, estos ríos subterráneos, estas cuevas que están en la península de Yucatán y que desgraciadamente han tenido un impacto muy fuerte por este desarrollo turístico descontrolado. Estos cenotes eran sagrados, representaban el acceso al Xibalbá, que es el inframundo. Tiene una parte también de protesta de que algo tenemos que hacer con lo que está pasando en términos del cambio climático y tenemos que proteger estos ecosistemas. En el caso, por ejemplo, de 'Kauyumari', también hay una idea. Me la pidió Gustavo Dudamel y la Filarmónica de Los Ángeles, una obra que tuviera un sentido de reconciliación después de la pandemia. Tenía poco tiempo, porque estaba yo escribiendo 'Altar de cuerda' para María Dueñas. Entonces, dije, bueno, puedo partir de una obra que se llama 'Altar de Muertos', que en los últimos minutos utilizan una especie de inspiración en una melodía huichol. Los huicholes es una comunidad indígena casi nómada y comen el peyote, una planta alucinógena, porque es su manera de contactar con sus ancestros. La guía que los lleva para comer el peyote es el venado azul, que le llaman ellos kauyumari. Es algo totalmente ceremonial. Decidí utilizar esta melodía huichol y un poco hablar de la sanación del alma. Para mí la música tiene esa función, poder sanar el alma y de reconciliación. La música para mí es algo sagrado. Cada altar tiene su propia historia.
–Dudamel, Alondra de la Parra, María Dueñas, Prieto, varias voces ¿son la excepción latina en la clásica de EE UU?
–Me da muchísimo gusto que ahora tengamos mucho más visibilización porque hemos estado ahí durante años. Siempre me preguntan si ahora estoy teniendo más visibilidad a nivel internacional, pero llevo haciendo música más de 30 años, Que ahora nos tomen más en cuenta a los compositores latinoamericanos me parece una gran apertura, pero ha sido una gran lucha, así como la lucha de las mujeres compositoras que también nos hemos tenido que abrir y cerrar esa brecha tan grande en la historia de la música. No hay que olvidar que Los Ángeles es la segunda ciudad con más mexicanos después de la Ciudad de México. Hay 13 millones de mexicanos en California, particularmente en Los Ángeles. Estamos hablando de una ciudad que la hispanidad y lo latino es imposible ignorar. Gustavo ha sido muy inteligente y la Orquesta de Los Ángeles ha hecho una gran labor porque han logrado integrar esa comunidad tan importante que es la hispana. Antes nadie les hablaba a esa comunidad. Lo que ha logrado la Filarmónica de Los Ángeles es algo inaudito. Había que mirar y hablarles a estas comunidades y creo que eso lo ha logrado Gustavo. Es un fenómeno que se ha estado empezando a replicar en Estados Unidos, lo cual me da mucho gusto y que espero que siga porque ahorita las políticas actuales no son las correctas.
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–Este fin de semana se multiplican las manifestaciones contra las deportaciones en Estados Unidos ¿cómo ve la situación?
–Lo que está sucediendo con los migrantes mexicanos es algo que rompe completamente con la dignidad humana. No debería de estar pasando cosas de este tipo. Separar familias, a los hijos de sus padres, deportaciones masivas, cuando además la economía de ese Estado depende de la mano de obra mexicanas. La economía de California se caería sin la mano de obra de todos estos trabajos que los americanos no quieren hacer. Estados Unidos es un país de migración. Se fundó con todas estas culturas migrantes que han contribuido en gran parte a la riqueza económica y cultural de ese país. Me parece muy grave esto que está pasando, lo están haciendo en una manera que tiene que ver con un racismo puro.
–¿Cambiará algo su carrera los tres 'grammys' ganados por el disco 'Revolución diamantina'?
–Por supuesto que es algo importante. Estuvimos nominados a cuatro categorías y ganamos tres. Es el disco de la Filarmónica de Los Ángeles más premiado. Que sea con una mujer compositora mexicana para mí es muy significativo. Espero que abra esta brecha de empezar a visibilizar que hay todo un continente el latinoamericano y vean que tenemos excelentes compositores que merecen ser escuchados. Esperaría que este álbum abra esa curiosidad y se pregunten por ¿qué es México? ¿qué pasa en Latinoamérica? Por otro lado, es un reconocimiento muy mediático, que no cambia nada, sigo siendo la misma, seguiré escribiendo y en cada obra seguiré poniendo todo lo que tengo a mi alcance para que esa obra funcione.
–Mejor compositora con un disco que habla de la violencia contra la mujer.
–'Revolución Diamantina' es una obra que tiene una agenda política muy fuerte relacionada con una cuestión feminista sobre la violencia hacia la mujer en todas sus formas. Tiene que ver con hechos que sucedieron en México, aunque la violencia hacia la mujer es un problema internacional. Que haya ganado con esa obra me sorprendió muchísimo y eso me da esperanzas de que la música puede hablar de otras cosas, puede ser un agente de cambio, nos sirve para ser mejores seres humanos, que el arte es importante. Nosotros tenemos que darle alimento al alma eso es el arte, eso lo hace la música. La música también tiene ese poder de tocar las fibras, pero también de hablar de estos temas. A mí me aqueja que se cometan once feminicidios al día en mi país. No puedo quedarme impávida. La mejor manera de decirlo es a través de la música, porque es lo que yo sé hacer.
–¿Qué puertas le abrirá?
–Los compositores vivimos a través de que nuestra música se toque. Es así como cobra sentido. Me puedo imaginar algo en mi cabeza y lo puedo plasmar en una partitura, pero la música no va a existir hasta que se interpreta. Y no va a existir hasta que haya otro que la escuche, porque para mí es un acto de comunicación. O sea, yo no escribo para mí misma, ni escribo para una partitura que después guardo en un cajón. Tampoco escribo para la academia. Escribo para la gente que esté abierta a recibir y a escuchar. Para eso dependo de las instituciones, de las orquestas y de los intérpretes. No lo puedo hacer yo sola, entonces, claro, un reconocimiento así me abre las puertas para seguir aprendiendo con intérpretes de la gran musicalidad como con los que he ganado.
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