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Espectro de frecuencia sonora coloreado según su evolución.
Jugando con el sonido

Jugando con el sonido

La Joven Orquesta de la Universidad de Valladolid dedica su XIXCiclo de Música Contemporánea al repertorio francés del siglo XX y, en especial, a Tristan Murail en su 70 aniversario

VICTORIA M. NIÑO

Lunes, 1 de mayo 2017, 18:07

Llevar el oído al extremo de no saber discernir entre ruido y música, jugar con su paciencia y su atención, dejando un seductor rastro acústico que impide abandonar sin más. Esa parece ser la intención de Tristan Murail en algunas de sus composiciones. Militante de la música espectral, interesado por la materia sonora en su estadio físico, este profesor emérito de la Universidad de Columbia acaba de cumplir 70 años y el Ciclo de Música Contemporánea de la Universidad de Valladolid le dedica su XIX edición.

Francisco Lara, director de la Joven Orquesta de la UVA y alma de esta suerte de milagro en la programación musical, lo ha elegido por su interés en «la música espectral, en los armónicos y sus espectros, que no es otra cosa que experimentar con una serie armónica y sus combinaciones. A partir de Murail, hemos querido dar una visión de la música francesa del siglo XX».

Si algo caracteriza a la producción musical del país vecino es «que trata del timbre, de la armonía. No tiene ningún aspecto rítmico, suele ser una música vaporosa que todo lo envuelve. Esa tradición marca a Murail», explica Lara. Discípulo de Messiaen, se asomó al serialismo alemán para rechazarlo.

«El espectalismo se basa en un estudio muy físico del sonido. No repara en aspectos melódicos o temáticos, se centra en la armonía y sus combinaciones. Es una música muy relacionada con la electrónica y el desarrollo tecnológico. Estudia el sonido y el timbre, como si hiciera una radiografía del mismo. La música espectral escapa a la cerebralidad alemana».

Los armónicos de una nota

Cuando Murail se jubiló, su departamento preparó un ep con un pequeño catálogo de su producción (colgado en su web). En él se puede intuir esta investigación a través de piezas de cámara, dúos o solistas. Más difícil de entenderlo en su versión sinfónica. «La música orquestal parte de una análisis de sonidos que se quiere explorar. Por ejemplo la nota de un piano, a partir de ahí se reconstruye dentro de un grupo instrumental y se estudia el espectro sonoro de esa nota, los armónicos que son más prominentes, los que decaen antes. Cada sonido se puede reconstruir o evocar con instrumentos de la orquesta, construir combinaciones sonoras en torno a él», explica Lara.

«La JOUVA interpretará la obra Désintégrations, que es un buen ejemplo de fusión de electrónica y música instrumental de base sinfónica. En este caso no necesitamos instrumentos especiales (sintetizadores, ondas Martenot, órganos o guitarras elécricas, equipos de reverberación), hay mucha percusión pero dentro de los instrumentos tradicionales. En esa obra compiten un montón de elementos; la grabación y la música que se toca a la vez. El espectro de la grabación se completa con el otro sonido. Es una fusión de todo. Tiene la dificultad de la sincronía total. Por eso el director, en este caso yo, dirige con claqueta (como en la interpretación y grabación de bandas sonoras), para poder seguir todo. Son sonidos extraños, porque la grabación es muy envolvente. El resultado es curioso».

El Ensemble TCM es la formación que subirá el telón del programa el próximo jueves. «Repiten en nuestro ciclo. Para esta ocasión han elegido música francesa previa al siglo XX. También en Poulenc y Saint-Saëns predomina la atención a la armonía». Este grupo está ligado al Taller de Música Contemporánea del Conservatorio de Segovia que dirige Vicente Uñón desde 2008. Compuesto por alumnos o ex alumnos y profesores de centros de Castilla y León y Madrid además de la aportación gala, incluyen en su concierto obras de Kurtág, Jean Françaix y Rodion Schredin.

Les seguirá el Trío Ayren, que el pasado enero tocó en el Calderón dentro del programa de Juventudes Musicales. Entre el sutil Debussy y el contemporáneo Salvador Brotons, han elegido obras de Sciarrino, otro italiano fascinado por los espectros sonoros. Los Ayren inician su carrera como trío en 2014 dentro del Centro Superior Katarina Gurska de Madrid, apadrinados por Aldo Mata, profesor de música de cámara.

El sábado se estrena el Coro Proyecto Ópera, que dirige Clara de los Ojos y colabora en cada montaje lírico de Lara. Con Vladimir López como tenor solista, interpretarán «canciones populares de Janacek. Cantarán en checo, son temas cortos, muy divertidos, con textos surrealistas. Estará muy bien y es el estreno de los chavales fuera de la ópera». La JOUVA en su versión camerística también interpretará obras para formaciones pequeñas de Murail y su amigo Gérard Grisey.

Cierra el ciclo la JOUVA con un recorrido sinfónico por el homenajeado, su maestro Messiaen y Xenakis. De Messiaen abordarán LAscension. Cuatro meditaciones sinfónicas para orquesta. Precisamente de las enseñanzas del organista parisino parte esa aspiración ascética de la idea musical de Murail. Cuando habla de tomar materiales, ya sean electrónicos o de otra índole, recuerda el estudio de Messaien sobre el canto de los pájaros y el uso del mismo en su música, «tanto físico como metafórico», dice Murail sobre los sonidos de la naturaleza.

Música computerizada

Tristan Murail (Le Havre, 1947) estudia económicas y árabe antes de ingresar en el Conservatorio de París (1967). Allí es donde conoció a Olivier Messiaen y donde descubrió la música computerizada, primer escalón de su interés por explorar el sonido desde la electrónica. Tras una beca en Roma, funda con otros músicos el ensemble Litinéraire y comienza lo que llama un «acercamiento al fenómeno sonoro distinto», que no lo fía todo a la racionalidad serialista ni a la intuición de la música intuitiva (Scelsi, Ligeti). En una contemporaneidad, la de los sesenta y setenta, dominada por Pierre Boulez, el grupo espectralista se considera fuera del «establishment» que aquel representa aunque dependerán de su IRCAM (Instituto de Investigación de Música Contemporánea), creado en París en 1970, para poder investigar con sus grandes máquinas y ordenadores.La descomposición y análisis del sonido, sus frecuencias y su evolución, les lleva a territorios más propios de un ingeniero o un técnico que de un compositor, ya que entonces «no se disponía de tanta información y tantos medios electrónicos», explica Murail en una larga entrevista académica. Rodeado de escritores, tiene tres hermanos dedicados a los libros en diferentes géneros, Tristan ha prescindido del cualquier tentación narrativa de la música, no quiere contar nada, sino «utilizar de manera artística el sonido», ese que explora desde hace cuatro décadas.

Si en la pasada edición la JOUVA se acercó a la música del compositor japonés Toru Takemitsu, conocido por sus bandas sonoras, este año propone esta inmersión en la música espectral de un francés que dejó París por Nueva York, el IRCAM por la Universidad de Columbia. Fran Lara dirige el viaje, que en esta ocasión no contará con ningún estreno firmado por el también compositor.

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