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CRUZ CATALINA
Sábado, 26 de julio 2014, 17:50
La envolvente música de los saxos tenores del joven Miguel Arribas, el director de la AMI y la Escuela Municipal de Música, Jose Luis Gutiérrez, el titulado superior en este instrumento por el Conservatorio de las Islas Baleares residente en Jersey City (Nueva York) donde actualmente cursa un Master de Jazz en Jersey City University, Jesús Díez García, y el iscariense líder de Randolph Willis Jazz Quartet, Pepe Muñoz Suárez, que además actuó como presentador e hilo conductor; el saxo alto del jovencísimo alumno de la escuela de música iscariense natural de la vecina localidad Cogeces de Íscar, Héctor Arribas; el trombón de Manu Villoria; la flauta travesera del componente del grupo Celtas Cortos y CastiJazz, Carlos Soto; la trompeta el cubano Jorge Vitel, uno de los grandes del jazz internacional que recién aterrizado de Japón y Noruega de camino hacia el Festival Internacional de Donostia en San Sebastián donde actuo al día siguiente; junto a las sugerentes voces del guitarrista y peculiar interprete, Pablo McCartney Casado; el 'crooner' Manolo Darin Muñoz, posicionado ya en los circuitos musicales madrileños; la joven iscariense Carla Velayos, de la que se espera que de un momento a otro de un salto definitivo al mundo de la canción y el espectáculo; y la cubana Ileana Hernández, una de las voces más reconocidas y de consolidado prestigio internacional, presente en el desarrollo del jazz madrileño y verdadera artífice del buen hacer en un escenario, y artista de la que resulta difícil olvidarse de su voz cuando se la escucha por primera vez, se fundieron la noche del viernes en el patio de armas del castillo de Íscar, con la imponente torre del homenaje como telón de fondo, y un numeroso y entregado publico en una de esas noches que la temperatura invitaba a disfrutar de un lugar con encanto, para rendir un mágico tributo a Duke Ellington.
Instrumentistas y cantantes, que a lo largo de las dos horas de concierto, en unos temas todos juntos, en otros formado combos y duetos y también en solitario, estuvieron arropados por la base rítmica de Miguel Sacristán en los teclados, Gonzalo Sánchez en el contrabajo y Manolo Heredia en la batería, se fundieron la noche del viernes en el patio de armas del castillo de Íscar, con la imponente torre del homenaje como telón de fondo, y un numeroso y entregado publico en una de esas noches que la temperatura invitaba a disfrutar de un lugar con encanto, para rendir un mágico tributo a Duke Ellington.
Rreunión de músicos, con especial presencia de foráneos, que en busca del tiempo perdido, sin ensayos, sin preámbulos y sin prejuicios, "Tal como éramos, tal como somos", como la definió su artífice, Pepe Muñoz, que en formato Jam Sesión y por segundo año bajo la denominación JazzIscar, merced a la decida apuesta de la cervecera local La Loca Juan y la colaboración del Ayuntamiento de Íscar, buscaba y encontró su consolidación, recordando al reconocido universalmente como uno de los compositores más emblemáticos del siglo XX, maestro itinerante, que utilizo su orquesta como herramienta para crear el lenguaje armónico que distingue al jazz.
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