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El pesimismo que sembró, negro sobre blanco, en sus primeros textos le acompañarán toda la vida, y por mucho que sus versos fluyan ahora en un río de optimismo (contenido), los turbios no solo no se olvidan sino que permanecen bien presentes entre los que ... han seguido casi al milímetro la trayectoria de Fermín Herrero. Se lo dejaron bien claro quienes le acompañaron en la presentación de ‘Fuera de encuadre’ (Reino de Cordelia), el poemario que marca un punto de inflexión en su producción y forma de escritura. En este libro se sacude el polvo «agropecuario» para incluir en el foco todas aquellas escenas de su infancia y juventud que tanto le marcaron como para iniciarle en un perfil oscuro y pesimista.
«Este es un libro más cinematográfico, concebido como si yo rodase ahora aquellas escenas que fueron decisivas para mi, y todas funcionan como fragmentos que se organizan para lograr el efecto deseado en el lector», según explicó ayer el escritor soriano en la librería Oletvm. «Diría que es una novela de aprendizaje, iniciática, pero en verso, con muchos versos amorosos aunque no por ello confesionales».
Habían echado previamente por tierra tanto Angélica Tanarro como su editor, Jesús Egido, el incipiente optimismo que pregona, y ante ello el propio Fermín sacó las uñas para dejar claro una metamorfosis en su estado de ánimo frente al papel en blanco. «No soy un poeta pesimista, sí lo era de joven. Pero ahora, cuanto más viejo soy, más optimista me veo», confesando que el mejor ejemplo es este último trabajo en el que narra cómo echó a perder su juventud.
Herrero, que considera ‘pecado’ ser poeta, no olvidó mencionar a Jiménez Lozano, «la persona que me enseñó el camino», y citó al argentino Oliverio Girondo en alusión al tiempo que han estado aparcados los poemas de ‘Fuera de encuadre’ antes de ser publicados. «Tenía dos frases, en una decía ‘ché, qué pena estar haciendo versos durante años para después venderlos como salchichones’; y en la otra afirmaba que el mejor crítico es el cajón. Y este libro llevaba en el cajón mucho tiempo», zanjó.
El libro, que se iba a titular inicialmente ‘Fuera de campo’, incluye como buen guion cinematográfico su banda sonora, la de Lou Reed, Tom Waits y Ricky Jones, o grupos de la música New Age como The Cure o The Smiths.
En su presentación, Angélica Tanarro destacó la «búsqueda de la esencialidad» del autor, y una evolución en la que ha ido «desprendiéndose de artificios». «La mirada al pasado suele doler, pero antes o después lo hacemos todos», resumió, antes de citar a René Char: «La poesía es el mundo en su mejor lugar».
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