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JESÚS BOMBÍN
Sábado, 27 de septiembre 2014, 14:54
oger McGough se hizo poeta en el colegio. Gozaba tanto escribiendo poesía como odiaba estudiarla. «Lo que la convertía en atractiva o detestable es que entrase o no en el examen», explicó ayer ante un grupo de estudiantes de instituto españoles e ingleses del British Council en la iglesia de San Juan de los Caballeros, en Segovia.
Locutor, autor infantil y dramaturgo, el poeta nacido en Liverpool en 1928 es considerado uno de los escritores británicos de referencia. El auditorio de adolescentes británicos y españoles que ayer acudió a oírle estaba entusiasmado y le acribilló a preguntas después de que leyera poemas sobre la contaminación, la fama, los sonidos o el amor a los cuarenta. Fue presentado por Rod Pryde, director del British Council en España, que colabora con el Hay Festival. Pryde le definió como «el santo patrón de la poesía» en su país, con más de cincuenta libros publicados. Un tipo muy accesible, no está metido en su torre de marfil», afirmó.
Durante veinte minutos leyó algunos de sus poemas en los que mostró su querencia a manejar juegos de palabras y alterar significados en los que suele estar presente el humor y la ternura. Mi abuela y los ángeles, Fama o El coleccionista de ruidos son algunos de los poemas que leyó el autor, colaborador fallido de las letras de Pink Floyd. «Me llamaron para unos arreglos relató, pero no hubo acuerdo; ellos eran mas partidarios de la ofuscación».
Contó cómo disfruta haciendo poesía y lo que le gusta que le lean en las escuelas. «Cuando empiezo a escribir es el poema el que decide, te va llevando a un lugar con muchos lectores y públicos diversos», expuso el autor, que recordó que escribió sus primeros versos influido por Verlaine y Baudelaire, aunque no quedó muy satisfecho. «El primer poema que publiqué era espantoso, trataba sobre un huevo que era una puesta de sol y se deslizaba por la sartén». Le preguntaron de qué poema estaba más orgulloso y contestó sin dudarlo que uno que escribió poco antes de que muriera su padre cuando él tenía 20 años.
El consejo de quien presenta el programa Poesía por favor en BBC Radio 4 es que quienes quieran hacer poesía se diviertan «jugando con el idioma». Estima que la rima constriñe el poema y que sus textos son un equilibrio entre alegría y desesperanza, aunque incluye un lamento: «Si escribes poesía divertida no te consideran poeta de verdad; te toman más en serio siendo serio».
A McGough no le atrae otra cosa que no sea el verso. «Nunca he escrito novelas ni relatos, es muy difícil lograr el equilibrio de la trama y todo eso», comentó tras anunciar que en noviembre publicará un poemario titulado Nunca llueve y que está colaborando con la oenegé Oxfam con una obra sobre el cambio climático.
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