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Polémica junto a una joya del románico

Polémica junto a una joya del románico

Varios colectivos deploran el «daño estético» que provoca la construcción de dos casas con permiso de Patrimonio frente a la iglesia de San Martín, en la localidad palentina de Frómista

J. B.

Domingo, 31 de agosto 2014, 12:47

Por Frómista pasan cada año miles de peregrinos camino de Santiago de Compostela. Muchos de ellos hacen escala en el municipio palentino para visitar una de las joyas del románico enclavadas en la ruta, la iglesia de San Martín, ahora convertida en objeto de polémica por la construcción de dos viviendas junto al templo, en el mismo terreno que ocupaba una finca con patio y dos casas.

La obra, que cuenta con la licencia del Ayuntamiento, el visto bueno de la Junta de Castilla y León y la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Palencia, ha desatado una campaña de protesta que aúna a organizaciones como Hispania Nostra o la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago.

Lo que antes era un muro que circundaba un patio adosado a dos viviendas en la zona más cercana al templo, se ha convertido en un bloque de ladrillos, andamios y columnas sobre las que se asentará el nuevo inmueble. Los propietarios vieron rechazados los dos primeros proyectos de construcción hasta que finalmente las autoridades urbanísticas dieron el beneplácito para acometer el tercero.

María Ángeles Fernández, presidenta de la Federación Española de Asociaciones del Camino de Santiago, se hace eco del malestar existente entre los peregrinos que pasan por la localidad. «A medida que va progresando la construcción, la gente se alarma porque entorpece y oscurece la belleza de la iglesia de San Martín de Frómista, un hito mundial como ejemplo del románico».

Considera la portavoz de este colectivo que «el Ayuntamiento podía haber adoptado una posible solución para evitar el daño actual, porque el solar está a menos de diez metros de la iglesia y los propietarios han solicitado sus permisos. De hecho han presentado tres proyectos, los dos primeros no aceptados e incluso propusieron hacer un retranqueo para que la vivienda no estuviera cerca de la iglesia, pero se les dijo que no hacía falta; es una ignorancia supina de lo que supone ese monumento emblemático del Camino de Santiago, construido hace mil años».

En su opinión, la autorización para levantar el edificio «dice muy poco» del nivel de los representantes del Ayuntamiento, de la Comisión de Patrimonio y de la Junta de Castilla y León. «La edificación cuenta con todos los permisos, ese es el problema, porque en vista de donde está enclavada, el Ayuntamiento podría haberse adelantado e intentar recuperar ese espacio para el entorno y para eso tendría que llegar a lo mejor a un acuerdo con los propietarios. Y eso es lo que nos duele, que por una dejadez se consume un feísmo que perdurará los próximos mil años», lamenta la representante de las Asociaciones del Camino españolas, que cada vez que pasa por esta localidad entra a ver el templo, «porque es un símbolo en el Camino de Santiago».

Desde Hispania Nostra se califica como «un atentado gravísimo contra una de las iglesias románicas más emblemáticas de nuestro país y contra el Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad, donde se encuentra situada». Esta asociación ha iniciado una campaña de recogida de firmas a través de la web, que ya suma más de dos milcon la que pretende «impedir que se consume esta descomunal agresión que afectará muy negativamente a la imagen de la protección del patrimonio en España».

Para Ángel Luis Barrera, presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Palencia, tanto la Junta como el Ayuntamiento «no han estado previsores a la hora de buscar una solución, porque ese terreno era un solar, un patio, no rompía con nada al estar rodeado por una tapia de dos metros y ahora construyen dentro del patio produciéndose el desaguisado».

El templo recibe unos 60.000 visitantes cada año y es el principal foco de atracción del entorno. «Si Frómista hoy es conocido es precisamente por San Martín; si no, sería un Villlorrio, así de claro», opina Barrera.

Con cuatro albergues uno municipal y tres privados y 16 establecimientos hosteleros, el turismo es un recurso esencial para este municipio. Lo atestigua Mila Rojo, del Hostal Camino de Santiago, que muestra todo su apoyo a la familia propietaria de la vivienda. «Han mandado tres proyectos y Patrimonio ha metido la pata al aprobar el que menos gustaba a los dueños, que no querían construir en el patio, que es a lo que les han obligado. Los pobres están desquiciados por el tema».

Un portavoz de la familia propietaria de las viviendas desde «hace más de cien años», asegura que la obra carece de fines especulativos. «Son dos casas que estaban en muy mal estado y se van a hacer dos casas en buen estado. Hemos intentado hacer una casa en el terreno que hemos tenido toda nuestra vida y Patrimonio ha puesto las directrices que hay que seguir».

Quienes están construyendo las viviendas son dos hermanos a punto de jubilarse que desean retornar al pueblo en el que nacieron. «Queríamos levantar las casas en el mismo lugar en el que estaban las antiguas pero no nos han dejado, se modificó el proyecto y se ajustó la construcción a las indicaciones normativas». Con todo, sostiene el representante de la familia que «no va a haber ni una sola foto que se pudiera hacer del templo de San Martín antes del derribo que no se pueda realizar cuando se termine la casa», apunta. «La iglesia va a estar igual y con unas casas en mejor estado».

En los últimos tiempos los dueños de la propiedad se han visto inmersos en una polémica que les ha desbordado. Una de las hermanas de los propietarios ha sufrido un infarto y en el entorno se sienten presionados por el eco que está teniendo el conflicto. «En Frómista la gente del pueblo respeta, pero los de fuera, que no te conocen, sueltan la barbaridad, y se van a su casa y eso nadie lo ve ni lo valora», lamenta un allegado.

Tras la aparición de las primeras críticas a esta obra en las redes sociales, la familia emitió un comunicado a través de un despacho de abogados de Palencia en el que se recalca que «en todo momento se ha respetado la normativa urbanística de Frómista», y que «en modo alguno impedía ni impide, la construcción en la propiedad». Además se hace esta consideración: «Sorprende que quienes ahora se quejan tanto no lo hicieran cuando se aprobaron las normas urbanísticas de Frómista, allí ya estaba contemplada la posibilidad de construir en ese suelo y nadie se manifestó al respecto».

Los impulsores de la obra tienen claro que la iglesia de San Martín «es el sustento de Frómista», y confían en que cuando esté acabada la construcción se comprobará que no entorpece la vista del templo, declarado Monumento Nacional en1894 y Bien de Interés Cultural en 1982. «La obra, con vallas y andamios, resta espacio y afea la imagen; cuando esté concluida se verá distinta», apunta el portavoz familiar, reiterando que su familia heredó las casas y se tuvo que marchar del pueblo «porque no había trabajo». «No vamos a tene mejores vistas ni a especular con ella, lo único que quieren sus propietarios es jubilarse tranquilos y vivir en el pueblo donde han nacido».

Entre tanto, a la polémica se siguen sumando voces como la del Partido Regionalista de Castilla y León en Frómista, que apoya «la postura del Ayuntamiento, en el sentido de defender la total legalidad de las obras».

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