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En busca de la tranquilidad

En busca de la tranquilidad

Una asociación para la superación de la ansiedad y depresión pretende convertir Villacreces en un centro en el que vencer estas dolencias

josé luis martín arias

Miércoles, 29 de julio 2015, 20:19

Esta localidad abandonada en los años 80 es un pueblo deshabitado entre las provincias de Valladolid, León y Palencia, en plena Tierra de Campos. La impresionante torre mudéjar del siglo XVI, emblema de Villacreces, es el único edificio que se mantiene en pie, pero con graves daños en su interior. Conforma lo que queda de la iglesia de San Cipriano, construida en ladrillo a pesar de que en otros tiempos en la localidad imperó la arquitectura del adobe, material empleando en las casas de Villacreces y motivo por el que se encuentran actualmente en ruinas.

Antonio Fermoso Villalba, representante de la Asociación para la Superación de la Ansiedad y la Depresión Grupos de ayuda Mutua, pretende hacer del despoblado una ecoaldea en la que se puedan recuperar personas con problemas de ansiedad y depresión. Fermoso vive en Barcelona y, desde muy joven, ha tenido problemas de ansiedad. En estos momentos quiere impulsar un proyecto para recuperar estas dolencias con el respaldo de la Asociación a la que representa y de la que fue presidente durante un periodo de diez años.

La entidad es una asociación sin ánimo de lucro, constituida por un grupo de personas con trastornos de ansiedad que pretenden promover cambios de actitud, afirma Fermoso. «El grupo está formado por una gran familia de amigos y compañeros que comparten experiencias, estrategias y conocimientos para ir superando metas y dificultades», añade. Para ello, cuenta con un equipo interdisciplinar compuesto por psicólogos y terapeutas, que participan en la causa de Villacreces y colaboran con la Asociación de forma desinteresada.

Fermoso reconoce que el proyecto es «muy ambicioso», para el que será necesario «poner toda la energía con la que podamos contar». Para ello, la Asociación organizará un encuentro a principios de agosto en Santervás de Campos para ir dándolo forma y contenido. Una reunión que se planea de una semana de duración y en la que Fermoso admite que ha puesto «toda la ilusión», por lo que confía en que sea posible que Villacreces recupere el esplendor de épocas pasadas.

En encuentro pretende también servir de llamada de atención sobre el grave problema de despoblación que sufre una buena parte de Castilla y León desde tiempos inmemoriales, abandonados muchas veces a su suerte, explica Fermoso.

En el siglo XIX la población llegó a tener hospital, ayuntamiento, juzgados, escuelas y una infinidad de bodegas localizadas en las afueras del pueblo, actualmente hundidas en su mayoría.

En el año 1981 la familia de Regina Méndez Torbado, gozando de plenas facultades físicas y mentales con 95 años -los últimos en salir de Villacreces-, decidieron ir a vivir a Villada. Desde entonces el abandono, la desolación, el expolio, las inclemencias meteorológicas y la vegetación acabaron de hacer el resto, señala Jesús Escobar, vecino de un pueblo próximo.

Ésta es la situación de abandono que padecen más de 200 pueblos en Castilla y León, dejados a su suerte secularmente. Pueblos y aldeas que han caído en el olvido y que han sido repoblados a través de ecoaldeas, programas educativos, recuperación y ocupación rural a través de personas que desean salir de las grandes urbes y encontrar un sitio tranquilo en plena naturaleza, vivir sin ruidos ni presión. En ejemplos como esos son en los que se fija Fermoso a la hora de desarrollar el proyecto de Villacreces. «Se pretende un acercamiento a la vida del campo, reconocer el importante papel que el medioambiente juega en la vida de las personas a la vez que evitas el deterioro de los pueblos de España», indicó.

Éxodo rural

El trasvase demográfico español entre las áreas rurales y las ciudades comenzó de manera sostenida y desigual durante la primera mitad del siglo XIX y continuó de forma masiva durante la década de los cincuenta, sesenta y setenta. Sin embargo, en los últimos años y por efecto de la crisis se vislumbra el éxodo en sentido opuesto a aquellos años, con la llegada de nuevos residentes a las zonas rurales, que miran el campo como una oportunidad de vida.

Con motivo del despoblamiento de Villacreces se formó Villacreces crece, una asociación que nació para recuperar el primer despoblado de Tierra de Campos, Villacreces, donde hace treinta años que sus últimos habitantes dejaron de vivir en él.

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