Herrera: «No puede haber ninguna alegría hasta que toda Castilla y León perciba recuperación»

El popular Juan Vicente Herrera ha sostenido hoy en su toma de posesión como presidente de la Junta de Castilla y León que «no puede haber ninguna alegría» en la comunidad hasta que los efectos de la recuperación sean percibidos por todos los ciudadanos, especialmente sus 200.000 parados.

Herrera, que ha estado arropado por el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha apostado en su quinta etapa al frente de la Junta por el diálogo y el trabajo conjunto, informa Efe.

Se trata de ser «más austeros y transparentes», más abiertos a la participación, «más normales». «Gente normal para gente normal», ha zanjado.

La toma de posesión de Juan Vicente Herrera como presidente de la Junta de Castilla y León ha arrancado con el pésame de la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, por la muerte del exprocurador socialista Ángel Velasco.

Clemente ha lamentado el fallecimiento del político, sucedido ayer, y ha recordado su brillante trayectoria política y personal. La presidenta de las Cortes ha trasmitido el pesar de la Cámara a la familia del fallecido.

El popular Juan Vicente Herrera ha iniciado hoy su quinto mandato con una defensa cerrada de la minería ante la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y un llamamiento a la oposición a trabajar y dialogar conjuntamente para que esta legislatura no sea de «cuatro años perdidos».

En el acto de toma de posesión celebrado en las Cortes de Castilla y León, Herrera ha trasladado a los cinco grupos parlamentarios su «disposición» al trabajo y al diálogo, en un escenario de empate entre el PP y el resto de fuerzas, para que esta legislatura no sea «de cuatro años perdidos».

Herrera, que ha jurado el cargo como presidente de la Junta en un acto «sencillo y austero» ha asumido su quinta investidura con «coraje, compromiso, ilusión y entusiasmo».

En la que será la novena legislatura en el Gobierno autonómico, Herrera, sexto presidente de Castilla y León y que lleva 14 años al frente de la Junta, ha abogado por el entendimiento desde la idea de que son más las cosas que unen que las que separan con el fin de que en estos cuatro años que hay por delante se puedan aprobar propuestas tanto de la oposición como del Gobierno.

Un reivindicativo Herrera se ha dirigido a Sáenz de Santamaría para recordarle algunas de las exigencias de la comunidad, que «no pulsos», desde la lealtad para contar con Castilla y León en las «grandes empresas y proyectos de la nación». Desde una defensa del modelo constitucional autonómico, frente a separatismos y recentralizaciones que «no tocan», Herrera ha defendido el futuro de la minería del carbón y ha pedido Sáenz de Santamaría que «no desmaye» y se pase de las «musas al teatro» en este sector.

También ha reclamado un nuevo modelo de financiación autonómica que se ajuste a las características de los servicios públicos de la Comunidad, una financiación que «cubra lo que es escandaloso», ese desfase de 500 millones entre lo que la comunidad recibe vía financiación autonómica y lo que se gasta «en los grandes servicios públicos de su competencia».

Herrera, de 59 años, ha confesado que acoge su quinto mandato con la «misma ilusión, emoción, y compromiso que la primera vez», aunque ha ironizado con que hay medidas previstas para la limitación de mandatos.

El presidente de la Junta ha reconocido que se trata de un «mandato renovado de cambio en las formas y el fondo», derivado de los resultados de las elecciones del 24 de mayo, y ha sostenido que además de seguir por «el camino de la legalidad y honestidad, más que nunca» también deberán hacerlo por el del «diálogo, trabajo conjunto y acercamiento».

En esa línea, y pendientes de que mañana dé a conocer su nuevo gobierno, Herrera ha marcado las líneas que inspirarán esta legislatura, que incluyen mejorar el «trabajo y la calidad y actitud de los políticos», para ser «más austeros, eficientes y abiertos a la participación y transparencia».

También ha incluido entre sus prioridades el compromiso con los servicios públicos, con el proyecto de comunidad dentro del modelo constitucional autonómico y con el empleo juvenil.