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Jueves, 16 de julio 2015, 11:17
La Fiscalía de Burgos ha solicitado el archivo de las diligencias abiertas por el Juzgado de Instrucción número 2 tras la denuncia de una joven que fue sometida a 13 exorcismos cuando era menor. El fiscal jefe, Santiago Mena, considera en su escrito que «la única prueba de cargo» para seguir adelante con el caso sería el testimonio de la propia denunciante y que esta ha desaparecido con la carta que presentó en el juzgado en el que se retracta de su relato, publica hoy 'Diario de Burgos'.
Los padres de la menor, imputados en la causa, se manifiestan en la misma línea que el Ministerio Público pero, según informa Ical, piden al juzgado que cite a su hija para que especifique cuáles son los errores de las declaraciones anteriores a los que se refiere en la carta de su puño y letra que entregó para eximir a sus progenitores, a sus catequistas y a su profesora de religión de cualquier responsabilidad.
Además, el abogado defensor que los seis tíos que respaldan a la joven son únicamente testigos de referencia y no han presenciado ninguno de los hechos relatados, por lo que, con la misma argumentación del fiscal, sin la declaración de la joven no hay caso.
Por el contrario, la acusación popular subraya que se trataría de delitos perseguibles de oficio, al tener carácter público y expresa sus sospechas de que la testigo «haya podido ser sometida a presión con la finalidad» de exculpar a sus progenitores, ya que la carta y posterior comparecencia en el juzgado han tenido lugar tras retomarse el contacto familiar.
Ademas, siempre según 'Diario de Burgos', «esa vuelta a casa no ha incidido positivamente en el estado mental de la adolescente, sino todo lo contrario. De vivir en otra ciudad tutelada por una fundación, con tratamiento ambulatorio y aprendiendo un oficio ha pasado a estar internada en un psiquiátrico en régimen cerrado y severamente medicada, según fuentes de la acusación, que reclama también una copia de su historial clínico completo».
Los familiares también argumentan sus recelos en el contenido y los términos en los que está redactada la carta que envió al juzgado la menor y tildan de esperpéntico que se quiera hacer pasar por expresión espontánea un texto en el que se incluye el número de diligencias previas y argumentaciones técnico-jurídicas, más propias del lenguaje forense que de una adolescente».
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