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A. G. E.
Viernes, 2 de mayo 2014, 14:16
Veinticinco enormes planos muestran al detalle, poro por poro de la piedra, cada pequeño desperfecto de la fachada de la Universidad de Valladolid . Aquí una humedad, allí una fisura, allá trazas de mortero que hay que eliminar. Es el proyecto desarrollado por la propia UVA para que la empresa que consiga adjudicarse la restauración del monumento tenga que seguir unos pasos perfectamente definidos desde la institución.
En este gran proyecto de reparación de la fachada barroca, cuyo coste será de alrededor de 400.000 euros, se deja entrever algo que la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León recomendó el pasado 10 de abril, cuando dio el visto bueno al plan diseñado desde la Unidad Técnica de Arquitectura de la UVA: debería estudiarse la posibilidad de sustituir las esculturas de la fachada por réplicas para poder conservar las originales en un lugar adecuado.
Francisco Valbuena, arquitecto director de la Unidad Técnica de Arquitectura, lo deja entrever cuando explica someramente los planos del proyecto. Habrá grupos escultóricos cuyos volúmenes se podrán restaurar con mortero. En otros casos, con piedra. Y en algunos quizá sea mejor su sustitución por réplicas labradas en piedra para retirarlas a un museo.
La situación de la fachada es grave, aunque no tan urgente como si corriera riesgo de derrumbe. La mayor parte de los desprendimientos que motivaron el vallado del perímetro pertenecían a la restauración que se hizo 25 años atrás, y que se ha mostrado, con el tiempo, poco adecuada para este tipo de piedra y el clima de la ciudad. La fachada, además, está orientada al norte, y algunas de las figuras, sobre todo las situadas por encima de la balaustrada, sufren grandes contrastes de temperatura.
Estas peculiaridades son las que ha hecho que la Universidad de Valladolid optara por diseñar el proyecto de restauración y licitar después la obra, en lugar de licitar proyecto y obra conjuntamente, como se ha hecho en otros casos. «De este modo somos nosotros los que decimos qué actuaciones queremos hacer cuando sacamos el concurso», explica Francisco Valbuena. «Si lo hubiéramos hecho al revés, tendríamos que amoldarnos al proyecto que más encajara con lo que necesitamos hacer, y quizá no se adaptara por completo a nuestras necesidades», aclara.
La gran pregunta ahora es cuándo empezarán las obras de restauración de la fachada. Pues en primer lugar tendrá que publicarse en el Boletín Oficial de Castilla y León la licitación de la obra, para lo que aún faltan veinte días. A partir de ese momento las empresas que quieran optar tendrán 26 días para estudiar el proyecto hecho por la Universidad y presentar un presupuesto. Hecho esto, habrá diez días más para presentar los presupuestos definitivos. Y entonces será la Unidad Técnica de Arquitectura la que revise las propuestas presentadas y decida quién se hace cargo de la restauración de la fachada.
Obras en tres meses
Esto sitúa el comienzo de las obras, como mínimo, en torno a dentro de dos meses y medio o tres. La Universidad ya incluyó en sus presupuestos, en el último Consejo de Gobierno, una partida de 400.000 euros para el arreglo de la fachada.
Las actuaciones que se llevarán a cabo incluyen dos aspectos que hasta ahora no existían, y que tratan de servir como prevención para el futuro. Así, por ejemplo, se instalará un sistema electrostático antiaves para intentar evitar en lo posible los problemas derivados de la presencia de palomas en el friso de la fachada. Sus excrementos han dañado gravemente grandes zonas del monumento, especialmente en los grupos escultóricos.
Por otro lado, también se va a acometer lo que se conoce como cámara bufa. El arquitecto Enrique Zanni define la cámara bufa como «una zanja practicada junto a la mampostería de fundación dejando esta desnuda, sin ningún tipo de revestimiento ni revoque que pudiera impedir o dificultar la evaporación de la humedad». Este conducto permitirá que la humedad que se acumula en la base de la fachada, por debajo del nivel del suelo, y que después asciende por toda la pared dañándola, se evapore. Esto aliviará, cara al futuro, el sufrimiento de la piedra y evitará daños mayores.
El proyecto de restauración contempla la gran complejidad de este arreglo, algo que ya se pudo adivinar cuando la empresa encargada de hacer el primer diagnóstico a fondo, Petra, entregó su informe de quinientas páginas a la Universidad de Valladolid. No es una única patología lo que afecta a la piedra de Campaspero con la que está realizada. Humedades, hongos, costra negra, fisuras, mortero que hace de cuña en algunas juntas y que hay que retirar, zonas restauradas que han respondido mal al paso de los años... Afortunadamente, el escaneo casi centímetro a centímetro del monumento permite saber qué tipo de restauración se tiene que llevar a cabo para preservar este Bien de Interés Cultural que es único en su género en España.
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