Borrar
Consulta la portada de El Norte de Castilla
Aldagón escenificó el sábado en Paredes el Auto de la Pasión por segundo año consecutivo./ Ángel y Milagros
Los pueblos atesoran tradiciones singulares de referencia para la región
SEMANA SANTA

Los pueblos atesoran tradiciones singulares de referencia para la región

El historiador Enrique Gómez alerta de que la despoblación puede amenazar su futuro

J. OLANO

Miércoles, 16 de abril 2014, 15:56

La Semana Santa palentina puede servir para estudiar los fenómenos religiosos de todo Castilla y León. Así de categórico se muestra Enrique Gómez Pérez, historiador y conocedor del contenido y características de la Semana de Pasión de muchos pueblos y ciudades. El hecho por el que la Semana Santa palentina puede tomarse como campo referencial de estudio por la singularidad y disparidad de sus tradiciones se debe a que el territorio de la Diócesis de Palencia y el de la provincia no coinciden hasta 1955. Por ello, se mantienen tradiciones que ahora dependen de las diócesis de Burgos, León o Valladolid, como son los casos de la zona norte, de Villada o de Medina de Rioseco, respectivamente, comarcas o localidades que antes de 1955 estaban incluidas en la Diócesis de Palencia.

Entre esas singularidades más allá de la importancia de los pasos que desfilan o de la difusión que tienen algunos municipios, Enrique Gómez se refiere a aquellas relacionadas con los niños. Igual que la cofradía de la Vera Cruz de Palencia saca un paso infantil, Herrera de Pisuerga representa el Calvario. Se trata del Viernes Santo por la mañana en el viacrucis, una procesión matinal en la que desfila la imagen del Niño Jesús llevada por los niños. Un pequeño tríptico, llamado del Calvario también es portado por los niños.

Otro ejemplo de algunas de estas tradiciones infantiles es la procesión del Jueves Santo en Villaherreros, donde tras los penitentes con las cruces, sigue un 'Ecce Homo', una pequeña talla del siglo XVII portada a hombros por los niños. «Son tradiciones que implican a los niños desde muy pequeños, que han pasado de padres a hijos como garantía de su mantenimiento, pero que en pueblos pequeños corren peligro muchas veces por la falta de un sacerdote que lo coordine», explica el historiador.

El Lunes de Pascua en Carrión cierra el ciclo con la fiesta de 'Los Ángeles Somos', en la que los monaguillos piden limosna o alimentos cantando un villancico del siglo XVI que finaliza en bendición o maldición si reciben donativos o no. También en Calzada de los Molinos se conserva la tradición de la merienda de los monaguillos, mientras que en Saldaña, que se denominaba 'Lunes de huevos' se ha perdido.

Por su parte, en Astudillo, los niños preparan un muñeco de cartón y madera que colocan sobre unas angarillas, con el que recorren las calles. Disfrazados y con la cara pintada, van pidiendo limosna para la difunta Titera. Si algún vecino no da nada, le echan la maldición y le dicen 'Esta señora que no nos ha dado nada, los perros y gatos se le tiran a la cara'. La celebración acaba con el entierro de la Titera y de la merienda de los dolidos acompañantes, que se hace con lo recaudado durante el trayecto.

En el aspecto gastronómico, destaca Enrique Gómez que la limonada, las almendras o el pan de anises son elementos comunes a la Semana Santa en muchos municipios, si bien en Osorno también se ofrecen ciegas y en Villada unos bollos dulces con anisete en la procesión del Viernes Santo. También en Villada resulta curiosa la procesión de los caramelos, que es la del Jueves Santo, en la que los cofrades de la Vera Cruz reparten caramelos para compartir con el público, evidenciando un cierto paralelismo con desfiles de Medina de Rioseco y de Murcia.

En cuanto a rezos y canciones, también destaca el historiador las coplas del siglo XVIII de Jueves Santo y Viernes Santo en Astudillo, el poema atribuido a Lope de Vega que se recita en Población de Campos o el Rosario de la Buena Muerte que se reza en Calzada de los Molinos y en Villamoronta. Asimismo, en Bustillo de la Vega, en el viacrucis de la mañana del Viernes Santo, y con la implicación de todos los vecinos, se rezan unas oraciones del siglo XVIII.

Por su parte, en Castrillo de Villavega, desfila el penitente con una gran cruz, y a sus lados dos niños que van recitando los versos de la Pasión.

En cuanto a la vestimenta que distingue algunas procesiones, Enrique Gómez cita la procesión de Jueves Santo de Dueñas «con el mejor 'Ecce Homo' de los que procesionan este día», apunta el historiador, en la que los cofrades de la Vera Cruz, a cabeza descubierta, visten unas túnicas llamadas nafallas. Son convocados desde sus casas para asistir a la procesión por los hermanos que tocan la trompeta y el cancané, una campana que debe su nombre al sonido que produce. Ycuando la imagen de Nuestra Señora retorna a la iglesia, el estandarte es bailado al ritmo de la trompeta para terminar enrollándose, limpiando así el suelo para que pase la Virgen.

Destaca Enrique Gómez que la Virgen del Rosario es común en la mayoría de los municipios, vestida de rojo todo el año, de negro durante la Semana Santa y de blanco el Domingo de Resurrección, símbolos heredados de la predicación de los Dominicos.

Finalmente, el historiador invita a los palentinos a descubrir la riqueza de la inmensa variedad de peculiaridades de los pueblos en sus tradiciones religiosas, etnográfica y gastronómicas de la Semana Santa.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Los pueblos atesoran tradiciones singulares de referencia para la región