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Varios vecinos, en el chamuscado del cerdo. / Luis A. Curiel
Desde noviembre hasta abril
PROVINCIA / PALENCIA

Desde noviembre hasta abril

Trescientos vecinos se implican y disfrutan de la fiesta de la matanza organizada en Castrillo de Don Juan

LUIS ANTONIO CURUIEL

Domingo, 30 de marzo 2014, 22:32

'A todo cerdo le llega su San Martín', reza el popular refrán castellano, que atribuye el inicio de las fechas de la matanza allá por el mes de noviembre, teniendo otro de los momentos claves para el sacrificio del gorrino el 17 de enero, festividad de San Antón Abad. Sin embargo, varias localidades de la provincia de Palencia aprovechan los últimos días de marzo para celebrar las tradicionales fiestas en torno al cerdo, buscando una mejor temperatura y aprovechando los límites legales para realizar la matanza domiciliaria, que finalizan este mes.

Por este motivo, Castrillo de Don Juan se ha vestido de fiesta para celebrar la novena edición de las Jornadas Gastronómicas de la Matanza, organizadas por la Asociación Cultural y Deportiva San Antonio de Padua, en colaboración con el Ayuntamiento de la localidad. «Es muy importante que continuemos con este tipo de actos, que mantienen viva la memoria y la tradición de nuestros pueblos. Son fiestas que congregan a numerosos vecinos, que quieren disfrutar de la matanza al estilo familiar y tradicional. La colaboración de todos los vecinos es muy positiva», señalaron desde la Asociación San Antonio de Padua. De hecho, este colectivo trabaja activamente durante todo el año para dinamizar la vida de Castrillo de Don Juan.

Los actos comenzaron el viernes en la Plaza de Castilla y León. A primera hora de la tarde, un grupo de mujeres se reunió para pelar las patatas para la comida de hermandad que los castrilleros celebraron ayer, en la que se reunieron alrededor de trescientos vecinos.

Uno de los momentos que más público congregó fue el rito del chamuscado y limpieza del cerdo al estilo tradicional. Varios niños de la localidad siguieron atentos todo el proceso en torno al cerdo. La jornada festiva comenzó con el colgado del cerdo para su oreo y el destazado al estilo tradicional. Una degustación de pastas típicas y un surtido de aguardientes sirvió como colofón al primer día de la matanza en Castrillo.

Las novenas jornadas gastronómicas de la matanza continuaron durante la mañana de ayer. El tiempo no impidió que numerosos vecinos se acercaran a la plaza para colaborar en las diversas tareas de la matanza. Desde primeras horas de la mañana, un grupo de hombres continuaron con el destazado del cerdo para después degustar algunas de sus viandas. Mientras tanto, varias mujeres prepararon las típicas sopas de cochino, que permitieron coger fuerzas para continuar con la jornada. Además, la asociación preparó un buen desayuno compuesto de café, orujos típicos de la localidad, pastas caseras y magdalenas. Todo ello animado por la música típica de la tierra, destacando las canciones compuestas por el castrillero José Antonio Gómez, que evocan los sentimientos propios de su pueblo natal.

A media mañana, decenas de vecinos aguardaban impacientes los bocadillos de panceta y chusmarrillo asados a la parrilla en una hoguera preparada en el centro de la Plaza de Castilla y León.

La comida de hermandad

El acto central de la fiesta gastronómica fue la comida de hermandad, que reunió a unos trescientos vecinos. Los castrilleros disfrutaron de un menú típico castellano elaborado por varios vecinos durante la mañana. Costillas con patatas y parrillada de lomo, jamón y otras partes del cerdo hicieron las delicias de todos los comensales, que además disfrutaron del pan y el vino de la tierra, concretamente de las Bodegas Aragón Benito. Como colofón, una agradable sobremesa regada con orujos y pastas artesanas, que se prolongó con un bingo familiar en el que participaron numerosos vecinos.

Por la noche, los castrilleros continuaron con la fiesta en un animado baile en La Panera, dirigido por la discomóvil Zaka, que regentan dos vecinos de la localidad y que también animó las jornadas gastronómicas. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada, en un ambiente de hermandad y buena armonía. Un año más, el cerdo ha sido el protagonista de unas jornadas gastronómicas que han congregado a centenares de vecinos.

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