Borrar
SOCIEDAD

El Azar intensifica el trabajo para ayudar a los ludópatas a superar su adicción

Las terapias se enfocan también a la dependencia de juegos virtuales y aparatos electrónicos

J. OLANO

Domingo, 9 de marzo 2014, 19:12

palencia. El juego ha sido tradicionalmente considerado como un refugio con su consiguiente traducción en cifras de ingresos para las arcas públicas ante situaciones económicas difíciles como la que está atravesando España en estos últimos años. Sin embargo, parece que el sector se ha visto afectado por la crisis y se ha comportado de forma distinta. A falta de los datos referidos a 2013, el gasto se ha reducido alrededor de un 8% en los últimos años en un negocio que movió 35.000 millones de euros en España en 2012.

Castilla y León se encuentra entre las comunidades que más juegan en España, con una media de 80 euros por persona, lejos de las cifras que registran Canadá, Italia y Japón los países más gastadores, con un gasto por habitante de 383, 347 y 265 euros, respectivamente, pero que no dejan de ser preocupantes.

Porque detrás de las cifras están muchas vidas destrozadas y muchas familias desestructuradas. El juego es para muchos una enfermedad llamada ludopatía, que ni siquiera es reconocida como tal, pero que hace que los enganchados a las tragaperras y a los casinos sustituyan el trabajo, los amigos o la pareja por enormes deudas. El adicto al juego se mueve en un mundo de mentiras y tarda en reconocer su problema hasta que acepta, en la mayoría de los casos de la mano de la familia, que tiene una dependencia patológica y busca ayuda.

Es ahí donde la Asociación de Jugadores en Recuperación El Azar desempeña un papel fundamental. Tras unos años de paréntesis, la asociación ha reanudado su actividad con el objetivo de ofrecer a los palentinos un lugar en el que abordar la adicción al juego a través de la prevención y la atención terapéutica.

En esas terapias lleva seis meses y sin ninguna recaída Julio Gutiérrez, un ludópata que también tuvo problemas con el alcohol y que no oculta su miedo a las recaídas, a la vez que los voluntarios de la asociación de El Azar ensalzan la valentía de este hombre, que regenta junto a su hermana Begoña un bar, lugar más que difícil para alguien en su situación. «Me vi en un pozo sin salida, pero gracias a mi familia llevo otra vida totalmente distinta, disfruto de las cosas que antes me daban igual y ya estoy mentalizado, veo las máquinas de otra manera», dice, apoyado por su hermana, que recuerda cómo la vida de Julio y su entorno estaba destrozada, la desconfianza que había generado en la familia y las situaciones tan tensas que provocaba. Y fue precisamente cuando recurrió a su sobrino para pedirle 400 euros para jugar, lo que provocó la reacción del joven veinteañero, que hasta entonces había tenido una venda en los ojos para no ver el problema de su tío, cuando Julio se dio cuenta de que debía salir de ese pozo. Y lo está consiguiendo, con ayuda de la terapia de El Azar, además de la de Alcohólicos Rehabilitados (Arpa) y del Hospital San Juan de Dios. «Y se puede, se puede salir, y merece la pena», afirma emocionado.

Un testimonio parecido arroja José Rodríguez, quien recuerda que las mentiras formaban parte de su forma vivir hasta el punto de que él mismo se creía tanta patraña. «Las máquinas estaban tan metidas en tu cabeza que hasta les tomabas la temperatura y si estaban calientes seguías echando y echando esperando al premio especial», afirma, recordando que su adicción comenzó por dedicar un euro de la vuelta del café y se convirtió para toda la familia en un horroroso problema del que ahora también está saliendo gracias a la ayuda que recibe en la asociación El Azar y que recomienda visitar a quien viva una situación similar.

El equipo de voluntarios que atiende la asociación recalca que la ayuda es necesaria porque la rehabilitación por parte del adicto es casi imposible, y también resalta el papel de la familia, que es muchas veces la que detecta el problema. «Llega un momento en el que las mentiras ya no cuelan, porque son demasiadas veces las que se estropea el coche, demasiadas las veces en las que no acuden a una cita, están muy irritables y se dan situaciones muy tensas, por lo que la familia detecta que existe el problema y casi obliga al enfermo a buscar ayuda, y ahí estamos nosotros», defiende Aurora Maiso, vicepresidenta de la asociación.

Entre las múltiples vertientes de la terapia, a los ludópatas en recuperación se les propone meter semanalmente en una hucha una cantidad de dinero, aunque sea simbólica, para ahorrar. «Se trata de una pauta para que vean lo productivo que es el cambio de pensamiento y de actitud», explica la vicepresidenta.

De las experiencias que van viviendo en esta nueva etapa de la asociación, El Azar ha constatado que a las tradicionales máquinas tragaperras o a los casinos, existe una nueva forma de adicción, la de las apuestas virtuales. Y estos nuevos modelos de acción a apuestas deportivas, casinos o bingos virtuales, promocionados a través de constantes anuncios en la televisión y en Internet, han generado ludópatas más jóvenes. «Son adicciones sin sustancias, adicciones de conducta», subraya Begoña Pérez, psicóloga voluntaria de la asociación.

Y es aquí donde también El Azar quiere dar un tirón de orejas a la Administración, para que cumpla la ley de mayo de 2011 de ordenación del juego 'on line', que se ha posicionado como un segmento clave en el marco del comercio electrónico, con unos datos de volumen de negocio que crecen año tras año. Por citar algunos datos, en los seis primeros meses de regulación del sector con la ley de mayo de 2011, el póquer representó el 40% de lo jugado, con 952 millones de euros; seguido de las apuestas deportivas, con 861 millones; el casino 'on line', con 371 millones; y el bingo, con otros 24 millones, en un sector que registra más de un millón de jugadores.

«Era una regulación necesaria porque la ley anterior databa de 1977, y lo más importante es que crezca la sensibilización sobre los peligros del juego, no se trata de prohibir sino de promover un juego responsable», afirma la psicóloga y reitera Carolina de la Hoz, trabajadora social.

Más crítico es el voluntario Fernando Antolín, antiguo trabajador de una empresa de máquinas de juego y afectado en su familia por un caso de ludopatía, que considera que el control en las salas de juego es insuficiente. Antolín reclama que las brigadas especializadas que dispone la Policía Nacional para la vigilancia en estos lugares de juego debe ser más frecuente y estricta.

Entre las nuevas adicciones que El Azar quiere abordar terapéuticamente también figuran las creadas por la dependencia de los jóvenes a videoconsolas, teléfonos móviles y dispositivos de última generación. «Aunque la adicción varíe, los patrones de conducta son similares, porque aunque no se embarquen en deudas como las que pueden crear las tragaperras o el bingo, sí que estos jóvenes adictos dedican todo el dinero que tienen en comprarse el aparato más moderno que pueden», añade la psicóloga. «Todas las adicciones al juego y a los aparatos electrónicos son muy peligrosas porque el juego aísla mucho», concluye.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla El Azar intensifica el trabajo para ayudar a los ludópatas a superar su adicción