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MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ
Jueves, 20 de febrero 2014, 12:40
La planta de tratamiento de purines y cogeneración de Turégano está cerrado desde el viernes. La empresa Guascor, integrada en la multinacional norteamericana Dresser-Rand desde su adquisición en 2011, ha decidido suspender la actividad y ha dejado de recibir los desechos procedentes de más de una treintena de granjas de porcino de la comarca de Turégano, situadas en este municipio y en los de Torreiglesias, Caballar, El Guijar de Valdevacas, Muñoveros, Veganzones y Sauquillo de Cabezas. Los productores ya no saben qué hacer con los excedentes de purines.
La empresa paró los motores y cesó la recepción de purines el pasado viernes, al día siguiente de la reunión que mantuvieron los ganaderos que envían los excedentes de purines a la planta con los responsables de ésta y con el alcalde de Turégano, Juan Montes. Aquél día no se aventuró una fecha para el posible cierre, que sin otro aviso se produjo de un día para otro.
Los cerca de veinte trabajadores (16 de ellos vecinos de Turégano) siguen yendo a trabajar, pero se enfrentan a un posible expediente de regulación de empleo, temporal o definitivo en función de la duración de esta decisión de la empresa. A la incertidumbre laboral se suman las derivadas de la gestión de los residuos ganaderos y los medioambientales. Los productores de porcino de la zona comienzan a tener problemas para eliminar el excedente de estiércol porcino, y el municipio corre el riesgo de volver a estar incluido entre las zonas vulnerables por contaminación de purines que ya consideraba algo del pasado «porque desde que comenzó a prestar servicio la planta de Guascor, se eliminó el problema; ahora nos volverá porque en esta zona hay mucha concentración de granjas de porcino», según dice Montes.
El problema puede llegar a ser grave porque ya hay productores que tienen las balsas llenas y no disponen de terrenos suficientes para realizar el vertido de purines. La decisión empresarial, señala el alcalde, «ha llegado en el peor momento, cuando los ganaderos tienen dificultades para acceder a las tierras, que está anegadas por las lluvias, y las fosas llenas». Y lo que no tienen son otras opciones.
Un pulso al Gobierno
Con la medida de suspender la actividad de la planta de Turégano y de otras cinco que posee el grupo Dresser-Rand en España, adoptada en la sede central de Houston (Estados Unidos), la multinacional trata de echar un pulso al Gobierno para que modifique la Ley del Sector Eléctrico aprobada a finales de diciembre está en fase de alegaciones, en la que está prevista una reducción de las primas de cogeneración del 40%, al pasar de 156 euros a 100 euros por megawatio. Esta disminución de las ayudas a las energías renovables podría implicar una sustanciosa disminución de los beneficios de la división española de la multinacional, que informa en su página web de que el impacto de la reducción sería de 25 millones de dólares en el ejercicio de 2013 (al ser retroactiva la aplicación de las tarifas a julio del año pasado) y de aproximadamente otros 50 millones de dólares debido al deterioro de activos.
«En vista del cambio pendiente de las tarifas indica la empresa americana, la compañía ha decidido suspender las operaciones en sus seis plantas, a pesar de que las discusiones con el Gobierno español están en curso». Además de la planta de Turégano, Dresser-Rand tiene otras cinco, una en la localidad vallisoletana de Hornillos de Eresma, tres en Cataluña y otra en Aragón.
Empleo y medio ambiente
Pero el revuelo por la Ley del Sector Eléctrico no solo afecta a Segovia y a las otras cinco plantas de Dresser-Rand. El problema está en toda España. Los recortes de las ayudas a la cogeneración eléctrica (y a todas las energías renovables enmarcadas en el régimen especial de producción) afectan al menos a 29 instalaciones de tratamiento de residuos ganaderos y producción de electricidad. Si en Segovia están en peligro cerca de 20 puestos de trabajo directos, en el conjunto de España el cierre de estas instalaciones puede afectar a más de 4.000 empleos directos e indirectos.
La Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), la Asociación de Empresas para el Desimpacto Ambiental de los Purines (Adap), y las organizaciones profesionales agrarias Asaja, Coag y UPA ya han decidido movilizarse para exigir al Ministerio de Industria que mantenga el tratamiento especial establecido en 2007 para que las plantas de cogeneración sigan siendo viables.
Tanto Adap como los americanos consideran un error que el Gobierno equipare las plantas convencionales de cogeneración con las de tratamiento de purines. Y los ganaderos subrayan que el cierre de plantas, además de la pérdida de empleo, genera un grave problema ambiental.
Piden a la Junta y al Estado que reconsideren las tarifas
La preocupación por la suspensión de la actividad en la planta de tratamiento de purines y cogeneración de Turégano llegó este miércoles a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León y a la Subdelegación del Gobierno en Segovia, a cuyos representantes expusieron la situación los alcaldes y concejales de los municipios afectados, de Turégano, Torreiglesias, Caballar, El Guijar de Valdevacas, Muñoveros, Veganzones y Sauquillo de Cabezas.
Los ediles entregaron al delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, dos escritos, uno suscrito por los siete ayuntamientos y otro por la Federación de Explotaciones Acreditadas Sanitariamente de Ganado Porcino (Feaspor), y obtuvieron como respuesta del delegado su interés por la situación que se puede producir en estos municipios, que «temen el daño medioambiental que provocaría el cierre definitivo de la planta y la pérdida de puestos de trabajo». López-Escobar se comprometió a trasladar las peticiones de los ayuntamientos y de Feaspor a la Junta, el mismo compromiso de comunicarlo al Ejecutivo nacional que adquirió la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz, tras recibir a los representantes municipales.
En estos escritos solicitan que el Ministerio de Industria tenga en consideración el perjuicio que generará en esta zona de la provincia el cierre de la planta de cogeneración eléctrica, y explican que la paralización de la actividad, «en principio transitoria», se produce por la publicación del borrador del real decreto y la correspondiente orden ministerial que regula la producción de energía eléctrica con energías renovables y plantas de cogeneración y modifica la tarifa.
El precedente de 2008
La situación no es nueva en Turégano. En noviembre de 2008, Guascor paralizó la actividad de la planta y motivó que Feaspor y las más de treinta explotaciones afectadas pidieran a Industria que aplicara la tarifa eléctrica aprobada en 2007 para la producción de energía eléctrica en régimen especial, de modo que las plantas de purines pudieran desarrollarse durante el periodo establecido de 15 años. Guascor había comunicado entonces a los ganaderos que cerraba porque la tarifa de venta de energía eléctrica para las plantas de purines no había seguido la misma tendencia alcista que los costes del gas, perjudicando drásticamente su cuenta de resultados. Casi igual que ahora.
Guascor reanudó la actividad el 15 de enero de 2009 «por su compromiso con el sector ganadero y con la mejora ambiental de las comarcas en las que están ubicadas sus plantas». Y porque el Gobierno revisó las tarifas quince días antes.
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