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El agua anega el camino de acceso a la chabola, situada al borde del Pisuerga, entre el puente de García Morato y la iglesia de los Capuchinos. / J. S.
El agua anega una chabola construida en plena ribera a los pies del puente de García Morato
EVOLUCIÓN DEL PISUERGA

El agua anega una chabola construida en plena ribera a los pies del puente de García Morato

El caudal del Pisuerga se mantiene estable y alejado del nivel de riesgo a su paso por la capital a la espera de los aportes de sus afluentes

J. S.

Domingo, 16 de febrero 2014, 12:39

La última crecida del Pisuerga, que llegó a superar su nivel de alerta de desbordamiento a mediados de semana alcanzó un pico de 707 metros cúbicos por segundo el miércoles, dejó una víctima involuntaria al anegar una chabola construida en los últimos meses al borde mismo del río a los pies del puente de García Morato. El agua alcanzó el chamizo y obligó a sus moradores a salir de su miserable hogar y abandonar a su suerte sus pertenencias, que ayer aún flotaban a pesar del visible descenso del caudal (por la tarde apenas arrastraba 402 metros cúbicos por segundo).

La chabola está levantada con tablas y plásticos entre los árboles y la maleza de la ribera a la altura de la avenida de los Reyes Católicos justo detrás de la iglesia de los Capuchinos y cerca del citado puente, el único punto desde el que pueden observarse la cubierta plastificada de la caseta entre las zarzas. Sus ocupantes debieron abandonarla a toda prisa días atrás, ya que en su interior aún se encuentran bebidas, restos de comida, linternas e, incluso, juguetes puede que entre los chabolistas se encuentre algún niño.

La situación de la chabola, levantada al borde del cauce habitual del río, la convierten en un lugar más que peligroso en un invierno como el presente, en el que el río afronta su segunda avenida en apenas mes y medio. Eso además de encontrarse en un punto poco habitual por su cercanía al centro el Paseo de Zorrilla está a la vuelta de la esquina. Sus moradores, eso sí, no son los únicos de la ribera, ya que otro grupo, en este caso de inmigrantes, viven desde hace meses bajo los pilares del puente de Isabel la Católica, un punto, al menos, más alejado del agua.

El río, por lo demás, se mantenía ayer estable, aunque con un caudal «notable» de más de cuatrocientos metros cúbicos por segundo, pero alejado de su nivel de alerta de desbordamiento, situado en los 635. Su descenso de los últimos días, sin embargo, puede ser un espejismo, ya que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) mantiene aún la situación de alerta en algunos de sus afluentes, como el Valdavia y el Carrión (ambos en Palencia), y en el propio Pisuerga a su paso por Herrera y por Cordovilla La Real, dos localidades palentinas en las que arrastraba ayer un caudal de 106 y 166 metros cúbicos.

Así que el deshielo y las lluvias registradas en la parte alta de su cuenca llevan a la CHD a prever un nuevo incremento moderado del Pisuerga a partir de los próximos días.

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