Secciones
Servicios
Destacamos
FERNANDO CABALLERO
Martes, 4 de febrero 2014, 17:49
Fue abad de San Isidro de Dueñas desde 2000 hasta 2012 y en la actualidad es el prior. Nacido accidentalmente en Barcelona hace 73 años, la familia de Enrique Trigueros Castrillo procede de Antequera (Málaga). A los 23 años, abandonó los estudios de Ingeniería Industrial para ingresar en el monasterio eldanense, en cuya enfermería murió en 1938 por una diabetes el burgalés Rafael Arnáiz Barón. Tenía entonces 27 años y cuatro antes ingresó en la abadía para convertirse en monje cistericiense, pero la enfermedad se lo impidió. Tuvo que abandonar el noviciado para curarse en su casa en dos ocasiones, aunque regresó por tercera vez, pero con la condición de oblato, la categoría menor de la orden de los cistercienses. Enrique Trigueros pronunció la semana pasada en la Casa de la Iglesia la conferencia titulada 'San Rafael Arnáiz y la enfermedad', organizada por la Pastoral de la Salud.
¿Cómo afrontó la enfermedad?
La enfermedad fue algo que le sobreviene en un momento determinado de su vida y que se la transforma totalmente, pero supo aceptarla, con todo lo que ello le acarreó, como voluntad de Dios. El hecho de tener que salir del monasterio, su deseo de regresar Toda una historia que se va fraguando alrededor de la enfermedad, que es la que le llevó a la santidad. A través de la enfermedad, experimenta la renuncia a todo y la soledad, ya que se ve solo y abandonado en el sentido de que todas sus ilusiones han caído, y él sabe llevar todo eso como buen cristiano a la voluntad de Dios, es lo que Dios le está pidiendo y él lo acepta con mucha generosidad, y eso le hace ir efectivamente creciendo en la intimidad con el Señor y, por supuesto, en su transformación interior, hasta llegar a lo que ha sido y lo que es, a santo.
A parte de su vida, qué deseos truncó la enfermedad a Rafael Arnáiz?
La vocación, porque ser monje en esos años padeciendo una diabetes y sin poder llevar un régimen alimenticio como el de la comunidad suponía que ya no podía satisfacer su vocación. Pero luego, con un régimen de excepción se hicieron adaptaciones en el monasterio para que pudiera vivir la vida religiosa, y regresó en esas circunstancias. Lo aceptó como la voluntad de Dios y reafirmándole su vocación monástica. A partir de ahí, asumió plenamente lo que Dios le iba mandando y su transformación en Cristo.
Régimen de excepción
¿Qué ejemplo dio como enfermo?
Fue un enfermo admirable, en cuanto que a pesar de los sufrimientos y de que tenía que vivir un régimen de excepción, que esto dentro de la comunidad no era bien visto en aquellos tiempos, él supo aceptarlo todo, a pesar de su sufrimiento, con alegría y con entrega. Es un ejemplo para cualquier enfermo. Los enfermos pueden aceptar la enfermedad o pueden revelarse contra ella. Él fue un ejemplo admirable en este sentido de aceptación y de crecer y de santificarse con su enfermedad.
¿Cómo le condicionó esta situación?
Aunque la enfermedad fue fundamental en su proceso espiritual, Rafael no solo se santifica por la enfermedad, sino por una transformación interna por el amor a Dios, como que hay otros elementos importantes que van creciendo y se transforman. En un principio, él entra con su ilusión de ser monje, pero la enfermedad le cambia todos los esquemas y acepta esa situación, y a partir de ahí va realizando su vocación de otra manera, según la voluntad de Dios y lo que Dios le va transmitiendo día a día.
¿Tras la canonización de Rafael Arnáiz en 2009 en qué ha cambiado el monasterio?
La devoción hacia Rafael sigue creciendo. Se siguen comprando sus obras, escribiendo sobre él, preguntando por su vida y sus escritos y pidiendo por él. Para nosotros, la comunidad de monjes, tener un santo canonizado dentro del monasterio por una parte es una alegría y una satisfacción, pero por otra es una exigencia. Si él fue santo, nosotros también tenemos que serlo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.