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Vista parcial del órgano español encargado para Maguncia.
El órgano que viajó de Tordesillas a Maguncia
Música

El órgano que viajó de Tordesillas a Maguncia

Joaquín Lois envió un instrumento a la Feria de Frankfurt que se ha convertido en su tarjeta de visita por media Europa

VICTORIA M. NIÑO

Sábado, 1 de febrero 2014, 21:07

En la Universidad de Maguncia, la ciudad de Lutero, hay un órgano español construido por el taller de Joaquín Lois, en Tordesillas. Es un ejemplar de organería ibérica, con su trompetería horizontal y su fuelle neumático, que acaba de ser instalado. En tiempos de bonanza económica hubiera sido un encargo más al organero castellano. En este crítico presente, la adquisición ha tenido un peculiar recorrido que comienza en Frankfurt.

Durante la última feria de antigüedades e instrumentos de la ciudad alemana, Joaquín Lois participó con una réplica del órgano de Marugán (Segovia). Se trata de un instrumento construido por Juan de Inés Ortega en 1763, restaurado por este mismo organero (2009), un tipo de órgano pensado para una parroquia pequeña. «Era una feria comercial, no de especialistas musicales. Alguien de Maguncia se interesó por este instrumento y lo pidieron prestado unos meses para su conservatorio», explica Lois, quien no podía imaginar que aquella azarosa exposición se convertiría en inesperado escaparate para futuros alquileres y préstamos. «Cuando dábamos los fuelles a mano aquello era un espectáculo».

Por tierras bávaras

De Frankfurt a Maguncia y al cabo de un tiempo, primer encargo. La Universidad alemana quería un órgano en el que poder estudiar el repertorio barroco. «El instrumento que construimos para Mainz no es una copia de uno preexistente, sino un órgano según sus especificaciones inspirado en los barrocos españoles, eso sí, realizado con la técnica tradicional, con ornamentación inspirada en otros históricos y típica, jaspeados en colores y tallas en oro. Nosotros no inventamos, sino que recreamos o copiamos».

El Organ Hall de la Hochschule für Musik Johannes Gutenberg-Universität luce ya con su teclado manual partido de 45 notas de octava corta y doce registros. El organero construye todas las piezas del instrumento en Tordesillas, lo transporta desmontado y lo monta in situ. «Después viene la afinación, también la hacemos nosotros».

Por su parte, la réplica del de Marugán siguió viajando, a pesar de no ser portátil. Ni realejo, ni órgano de cuello ni de mano, sino uno para ser instalado fijo y que sin embargo se convirtió en anuncio nómada. «En vez de que vengan a vernos, acercamos nuestro trabajo con él».

Pasó por otras ciudades alemanas como Erlangen y la siguiente parada fue el Festival de Música Antigua de Utrecht, donde hay una exhibición de instrumentos históricos. Y de allí a Copenhague.

Está instalado en la Iglesia de Nuestro Salvador donde estudian los alumnos del conservatorio. Tiene otro compañero un poco mayor, construido por los hermanos Botzen entre 1696 y 1698. El gran instrumento suspendido está formado 4.000 tubos (que datan de cuando Bach era joven) y la curiosidad de descansar sobre bajo relieves que representan a dos elefantes.

Es uno de los instrumentos más antiguos de Dinamarca que ha sobrevivido a los fuegos que arrasaron barrios enteros de al ciudad en el siglo XVIII y a al bombardeo británico de 1807. Restaurado en 1965, volvió a sonar tras estar en silencio desde 1889.

Cerca de él estará el órgano español hasta el mes de junio. Los profesores Jens E. Christensen, Lars Somod y Hans Davidsson son los responsables de la programación y actividades en torno al órgano castellano. Durante este periodo se desarrollan dos cursos de interpretación de la música española para órgano a cargo del organista jerezano Andrés Cea Galán.

Cruzar el Atlántico

Aunque ha bajado la demanda, Lois confía en la curiosidad e interés de los organistas «que son los que hacen patente la necesidad de un instrumento a gestores y párrocos. Hay ciudades en Europa donde se tienen cuatro y cinco órganos». Mientras en España están congelados los encargos, atiende la demanda europea y la americana. «Estamos empezando a construir un órgano para Panamá capital. Se trata de un órgano también de inspiración ibérica pero estricto en el estilo ya que tiene dos teclados y pedal, pero con los registros partidos y lengüetería de fachada», explica el organero.

El taller de Joaquín Lois es uno de los tres que trabajan en Castilla y León, junto con el de Federico Acitores (Torquemada) y Soergel-Caramanzana (Medina de Rioseco). Divide su trabajo entre la restauración de instrumentos históricos y la construcción de nuevos. Además divulga el repertorio español con ciclos de conciertos y la instrucción de nuevos intérpretes con cursos.

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