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Miguel A. Pindado
Jueves, 30 de enero 2014, 13:57
Vuelve la Liga Asobal y el Cuatro Rayas Valladolid se prepara para afrontar una segunda vuelta repleta de finales y de partidos decisivos. El margen de error es cada vez menor. De nada vale ya hablar de lesiones, de ausencias, de mala suerte, de malos arbitrajes o de distracciones y falta de concentración. Son quince jornadas, únicamente quince, para decidir si el Cuatro Rayas Valladolid es merecedor de continuar en la elite de balonmano español.
El Cuatro Rayas solo ha ganado dos partidos de los quince disputados en la primera vuelta. En la primera jornada ante el Puente Genil y en la penúltima ante el Ademar. Entre medias un océano de derrotas salpicadas con cuatro empates ante Cangas, Anaitasuna, Puerto Sagunto y Bidasoa. Con estos mismos números en la segunda vuelta prácticamente se tiene seguro el boleto para la División de Honor B.
En esta segunda vuelta el Cuatro Rayas tendrá que jugar en las canchas del Puente Genil, Anaitasuna, Cangas, Juanfersa Gijón, Huesca, Cuenca y Ademar. Siete partidos complicadísimos donde será muy complicado obtener puntos. Por contra, tendrá ocho partidos en Huerta del Rey ante rivales como el Granollers, Bidasoa, Aragón, Naturhouse, Puerto Sagunto, Barcelona, Villa de Aranda y Guadalajara.
En la clasificación se puede apreciar que los cuatro últimos se han descolgado del resto. Puente Genil, Villa de Aranda, Cuatro Rayas y Bidasoa parecen abocados a luchar por eludir los dos puestos de descenso, salvo que alguna sorpresa incluya a algún otro conjunto como podría ser el BM Aragón tras la desbandada invernal. Así pues, los enfrentamientos directos serán decisivos y en este sentido el Cuatro Rayas comienza la segunda vuelta precisamente ante uno de ellos, el Puente Genil.
Los hombres de Nacho González han hecho una buena minipretemporada invernal. Ganaron al Ademar en un amistoso y empataron en Guadalajara. El equipo trabajó muy bien y mejoró notablemente en defensa, sin duda la principal arma con la que cuenta el Cuatro Rayas. El equipo ha ofrecido una constante mejora desde que se inició la temporada, si bien le cuesta mantener el mismo ritmo e intensidad los sesenta minutos. Precisamente son esos minutos de debilidad los que suele aprovechar el rival para desnivelar los partidos.
En el otro lado de la balanza está la marcha de Alberto Camino. El extremo-central recibió una oferta de trabajo irrenunciable y el club decidió dejarle marchar aunque mantendrá su ficha por si las lesiones se ceban en el equipo. Así, mientras los otros equipos se refuerzan (el danés Eilert jugará en el Naturhouse) para afrontar la segunda vuelta, el Cuatro Rayas pierde efectivos. Y Pablo Cacheda no estará disponible como mínimo hasta finales de marzo.
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