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NACHO SÁEZ
Miércoles, 18 de diciembre 2013, 17:29
Empresas, instituciones y particulares son conscientes de que la solidaridad conviene predicarla duranre todo el año y no solo en fechas señaladas como son las Navidades. Sin embargo, parece que es en esta época cuando la empatía hacia el prójimo está más a flor de piel y por ello, las ONGs tienen mayor facilidad para hacer acopio de ayudas que luego distribuyen entre los más necesitados.
Ejemplo de ello es Cáritas Diocesana de Segovia, que no cierra por vacaciones en ningún momento del año y que defiende la importancia de practicar esa solidaridad todos los días. De ahí que la Navidad sea para sus técnicos y voluntarios un periodo sensible, pero tampoco mucho más que cualquier otro del año. Las acciones que la propia Cáritas desarrolla o que impulsan las diferentes parroquias han tejido una red que da apoyo a muchas familias en dificultades. Hogares cuyos integrantes se encuentran en desempleo y han agotado todas las prestaciones y viven una situación desesperada.
La ONG de la Iglesia Católica sigue contando con diferentes programas para atender a las personas que así lo requieran, pero su economato se ha convertido en un punto de referencia en la labor de ayuda a los que más lo necesitan. Ya ha transcurrido un año desde que abrió sus puertas en el número 117 de la calle José Zorrilla de la capital segoviana, y su modelo de trabajo ha servido de ejemplo a otras organizaciones de diferentes puntos de España que lo han querido imitar, según apuntó este martes el delegado de Cáritas en Segovia, Julio Alonso.
En estos 18 meses, el economato Virgen de la Fuencisla, que así se llama el supermercado de la solidaridad de esta ONG, ha atendido a 206 familias, lo que equivale a que cerca de 800 personas se han beneficiado de su labor en este periodo, de acuerdo a los cálculos que realizan los responsables. Unos 40 voluntarios atienden el economato, que abre los lunes de 16:30 a 18:00 horas y los jueves y viernes de 10:30 a 13:00 horas. Su apariencia es como la de un supermercado normal y corriente, ya que en sus estanterías y cámaras firgoríficas hay de todo: huevos, yogures, leche, carne, pescado, aceite, legumbres, galletas, cereales, conservas... Lo que varía frente a las cadenas de alimentación son los precios, adaptados a las circunstancias de las personas que tienen que recurrir a este auxilio.
Desde que abrió, el economato de Cáritas ha mantenido la postura de cobrar los productos al 25% de su valor real en el mercado. De esta manera, la mayoría de los artículos que despacha cuestan entre diez y 30 céntimos, y una compra que en cualquier supermercado estaría valorada en 160 euros, cuesta en torno a 40 euros en el economato Virgen de la Fuencisla, al menos según las cuentas que manejan los responsables de la ONG. Llevan un control, eso sí, para que nadie se aproveche de las circunstancias y para que las familias que tienen que acudir allí realicen una compra equilibrada y lleven un cierto orden en la economía doméstica. «No permitimos que se abuse de ello», afirman sus responsables».
Los productos que se venden en el economato proceden de donaciones o son comprados en diferentes tiendas por la propia Cáritas. Según relevó ayer su presidenta, Rosario Díez, durante este 2013, hasta el 30 de noviembre, la ONG ha invertido solo en este proyecto más de 60.000 euros, mientras que ha ingresado otros 6.000-7.000 euros en donaciones. Las parroquias o los diferentes eventos solidarios que organizan instituciones, empresas, clubes deportivos u organizaciones culturales le permiten también recabar existencias. «Todos los productos que se donan van a la venta en el economato», señala Díez.
Cambio
Solo de esta forma pueden dar respuesta a las familias que solicitan su atención, que en estos momentos son alrededor de 70. Sin embargo, algo ha cambiado en la rutina diaria de este servicio de Cáritas. Mientras que hace solo medio año, los responsables de la ONG aseguraban que el porcentaje de familias españolas atendidas en el economato se situaba en el 46%, esa cifra parece haberse incrementado considerablemente en las últimas fechas. Según transmitió Díez en el curso de la presentación de la campaña de Navidad 'Es tiempo de esperanza', de las 66 familias que pasan por el economato habitualmente en estos momentos, 55 son españolas. De ellas, la mayoría de sus componentes carecen de empleo y han agotado los recursos.
«Cada persona, cada grupo, jugamos un papel muy importante. Por suerte son ya muchas las personas que están comprometidas con el bien del prójimo», señaló el delegado de Cáritas, Julio Alonso, quien insistió en la importancia de que esa acción solidaria se extienda a todo el año y no se limite a las fechas navideñas. Ahora, las necesidades del economato se centran en conseguir leche, congelados, harina, azúcar, tomate, quesitos, mermeladas y artículos de aseo y de limpieza. Son los productos que hacen más falta en la actualidad, según admitió la presidenta de Cáritas. La necesidad de pastas y arroz, en cambio, no es tan perentoria. El objetivo final es que ninguna familia que lo necesite se quede sin ayuda.
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