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J. DE LA FUENTE
Domingo, 27 de octubre 2013, 11:18
Cabezón de Pisuerga se embarcó hace más de año y medio en un ambicioso proyecto consistente en recuperar el monasterio de Santa María de Palazuelos. Ayer concluyeron los actos de conmemoración del 800 aniversario del templo, con mucho trabajo de rehabilitación hecho, pero más aún por hacer. La iniciativa de su alcalde, Víctor Coloma, y el empuje del grupo de vecinos y voluntarios de la asociación Amigos de Palazuelos, han posibilitado ya a día de hoy que el templo se pueda visitar y emplear para actos culturales, aunque el camino no ha hecho más que comenzar. A falta de recursos económicos y subvenciones, cada día más recortadas, la imaginación, la buena voluntad y la solidaridad son el arma que emplean en Cabezón.
Al aproximarnos a Cabezón de Pisuerga, en el límite con Corcos del Valle, se ubica esta auténtica joya del románico medieval del siglo XII, de las únicas en la provincia, el monasterio Cisterciense denominado 'Santa María de Palazuelos'. En mayo del 2012 comenzaron los trámites administrativos para poder adecentar y dar lustre al monasterio con el fin no solo de recuperar el edificio y mantenerlo, sino de convertirlo en un reclamo turístico. El monasterio de Santa María de Palazuelos es propiedad de la Archidiócesis de Valladolid. Tras solicitarlo el actual edil de Cabezón, en el mes de marzo de 2012 se estableció un protocolo de cesión de uso del titular a favor del municipio, por un periodo inicial estipulado de 50 años.
Este detalle ha resultado definitivo, dado que la cesión por ese tiempo era requisito indispensable para solicitar ayudas del 1% que destina el Ministerio de Fomento de su presupuesto para bienes de interés cultural, como es el caso del monasterio de Palazuelos.
En enero del año 1998 se produjo el hundimiento de las bóvedas del crucero, del transepto derecho y del presbiterio, unidas al hundimiento total del pilar toral derecho del presbiterio, con el consecuente hundimiento de la espadaña construida sobre el arco triunfal y fallo generalizado de la estructura de madera de la cubierta, inicio de todo el colapso estructural relacionado, al permitirse la entrada indiscriminada de agua sobre las fábricas de piedra y los elementos estructurales.
La estructura
Con la aportación de la Dirección General de Patrimonio, en el año 2002 se construyó un pilar de madera laminada en sustitución del toral hundido, sirviendo de apoyo a la estructura de madera de la nueva cubierta que cubre el área desaparecida tras el hundimiento de años atrás. El 1 de junio de 2012 se constituyó la Asociación de Amigos de Palazuelos. Una vez organizados, en el interior del templo se acometieron trabajos de limpieza en la zona del altar, sacristía y nave central, fundamentalmente eliminando la abundante palomina existente, de la que se llegaron a extraer más de mil kilos. Víctor Coloma destacaba «la presencia de chavales jóvenes, de entre 15 y 18 años, que nos han sorprendido no solo por su presencia, que agradecemos, sino porque han trabajado como leones. Espero que no decaigan y sigan en este empeño de trabajar y defender lo suyo».
La limpieza de toda la maleza existente alrededor del edificio, descubrimiento de los caminos y accesos, cerramiento de los huecos, ventanas, y sobre todo la limpieza y eliminación de la palomina existente, fueron los trabajos pioneros en los primeros meses de esfuerzo.
Labores de limpieza
Las labores de limpieza y acondicionamiento del monasterio culminaron con la instalación de la reja que protege la puerta de entrada original. Un muro de ladrillo cegaba la entrada que se acondicionó con la reja protectora y decorativa a la vez, aunque aún resta por terminar la restauración de la puerta de madera que ha aparecido tras el descubrimiento. Lo siguiente fue la adecuación de la instalación de luz eléctrica, habilitación de las salas en las alas laterales del templo, y la limpieza de la sacristía, que remataron las labores para dar lucidez al templo en su puesta de largo que se realizó con los actos de conmemoración del bicentenario de la Batalla de Cabezón.En cualquier caso, aún hay mucho trabajo por hacer en el monasterio. «Esto no ha hecho más que empezar. Consolidar la estructura del coro para poder darle uso, tanto en su parte alta como baja, con especial atención a los 'carpaneles', que son los arcos que están deteriorados y han cedido será de lo primero a realizar. Hay que rehabilitar los contrafuertes exteriores y la cubierta del templo, adecuar y limpiar las lápidas de los sepulcros, habrá que restaurar las pinturas de Antonio Estela que existen en la bóveda y que representan las catorce estaciones de la Pasión de Jesucristo, adecentar el pavimento interior y también recuperar la estructura de los claustros, que están todos enterrados y que habrá que ir descubriendo con excavaciones arqueológicas», explica emocionado, pero con su ímpetu habitual, Víctor Coloma, el alcalde de Cabezón.
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